Toros

Andrés Roca Rey, la cuenta atrás

Andrés Roca Rey, calándose la montera antes de hacer el paseíllo en La Maestranza

Andrés Roca Rey, calándose la montera antes de hacer el paseíllo en La Maestranza / Juan Carlos Muñoz

Hacía mucho tiempo que un torero –Andrés Roca Rey– no levantaba dolor de cabeza a los empresarios, acomodados en el sota, caballo y rey. Su seria lesión de cervicales, por la que se vio impotente para finiquitar un toro en los pasados Sanfermines, le ha dejado fuera del frenético carrusel en el que se convierte la temporada para una figura del toreo. Era el único espada contratado en Pamplona a dos tardes y únicamente pudo cumplir su primer compromiso. Eso ha supuesto que los organizadores tengan que buscar sustitutos en todas las plazas en las que estaba contratado.

Roca Rey, con 22 años y que hace tan sólo un lustro repartía programas de mano en La Maestranza es, sin duda, un fenómeno de masas, el diestro que convoca a más gente en la taquilla, especialmente jóvenes que desean ver al limeño, un torero con un valor natural y unos conocimientos innatos, que aporta una gran dosis de improvisación e incluso inspiración en sus faenas. Las empresas donde estaba anunciado el espada peruano miden con tiento sus previsibles sustitutos para que el negocio no se vea afectado. Hasta el momento, Cayetano ha sido el que más sustituciones ha cogido –Huelva, Málaga, Cuenca, Ciudad Real, Tomelloso o nada menos que Bilbao–. Como en muchas ocasiones, las empresas apuestan por unos toreros y la afición sueña con otros, comenzando por la gran revelación, el sevillano Pablo Aguado.

Roca se lesionó en una voltereta terrible en una corrida celebrada el pasado San Isidro. Tuvo que cortar su temporada unos días y no pudo cumplir sus compromisos en Teruel, Burgos y Soria por una severa lesión de cervicales, con problemas en el hombro derecho, con pérdida de fuerza en el brazo y mano diestra. En estos casos de cervicales cabe la intervención quirúrgica o un tratamiento conservador en la rehabilitación, por el que ha optado el diestro, quien se ha sometido a la misma poniéndose en manos del fisioterapeuta coriano José Antonio Salas.Ya hace un par de años sufrió un percance parecido, con una fuerte voltereta en Málaga que le dejó fuera de combate en pleno mes de agosto, perdiendo compromisos como Bilbao, donde estaba acartelado dos tardes. Reapareció en Palencia quince días más tarde volviendo a ser cogido por un toro y viajando a EEUU para sanar de dos fuertes traumatismos craneoencefálicos muy severos.

En esta ocasión, parece que todo comienza a estar encarrilado y que el propio torero señala a su entorno que quiere reaparecer el 31 de agosto en la Corrida Goyesca de Ronda, en la que está anunciado en un mano a mano con Morante de la Puebla, con toros de Juan Pedro Domecq.

Hasta ese día, muchos aficionados esperan al joven torero, anunciado en las principales ferias del mes de agosto en España y Francia, entre tanto los empresarios tienen quebraderos de cabeza para reformar sus carteles sin que la taquilla se resienta. Entre tanto, comienza la cuenta atrás.

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