Los niños españoles de 1975 se quedaron sin programación infantil desde el 20 de noviembre y hasta la tarde del 22. Tras la proclamación de don Juan Carlos el sábado al mediodía (a la hora en la que en el resto del año se emitía La guagua de Torrebruno), la programación continuó con la capilla ardiente. Pero ya avanzada la tarde, y sin previo aviso, la dirección de TVE alivió tanto pesar y emitió el capítulo previsto de la serie de animación del momento, Heidi. En aquella entrega el padre de Clara llegaba a Frankfurt para alegría de la enferma y de la joven montañera, exiliada a la gran ciudad.
Como hubo personal que no se enteró, el episodio se repitió al sábado siguiente.
‘La casa de la pradera’ como ‘premio’. Tras las horas de funeral en la mañana del domingo la edición de Telediario ofreció un resumen de lo acontecido en las exequias. Pasadas las tres y media de la tarde se reinició la programación habitual de la Primera Cadena con un capítulo de La casa de la pradera titulado, curiosamente, El premio.
Fútbol y ‘McCloud’. A continuación de los Ingalls, María del Carmen Goñi, la chiripitifláutica Valentina, rescataba coplas infantiles con Canciones del desván, y una serie británica de dos adolescentes, Soldado y yo, completaba el contenedor infantil, que aquel día de duelo dio paso a una retransmisión de gimnasia, una película, el Oviedo-Atlético, y un capítulo de Estrenos TV con McCloud (con el entonces popular Denis Weaver) y su caballo. Era la parrilla de la (casi) única cadena.
¿Y la Segunda? En la ciudades donde se sintonizaba el UHF (en Andalucía, apenas el entorno de Sevilla) en la tarde de aquel domingo tenían la opción de una entrega de Disneylandia y un episodio de Las calles de San Francisco, con Karl Malden y un joven Michael Douglas. Aún faltaban exactamente 40 años para que llegara Netflix.
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