JILL KARGMAN. ACTRIZ Y ESCRITORA, 'mamá contra corriente'

"Yo misma sufro porque sé que no encajo en mi familia"

  • La autora neoyorquina da vida al propio personaje que concibió para una novela, una madre macarra del elitista Upper East Side neoyorquino

  • Cosmopolitan estrena hoy esta comedia

El canal Cosmopolitan se marcha a la zona más pija de Nueva York, el Upper East Side, para conocer a la Mamá contra corriente, serie que estrena esta noche este canal de las plataformas de pago a las diez de la noche. Odd Mom Out es el nombre de esta ficción originalmente, una comedia basada en la novela Momzillas, y protagonizada por su propia autora, Jill Kargman, que da vida a esa madre rockera y descarada, Jill Weber, que convive con su familia y con todos los arquetipos de la alta sociedad neoyorquina más insufrible. Ante el estreno de esta noche en España, Kargman desvela las claves de la serie.

-¿Cómo nació de su imaginación todo este universo de 'Mamá contra corriente'?

La última vez que actué fue en la universidad y nunca pensé que haría carrera como actriz"

-He escrito novelas de este tipo prácticamente a lo largo de toda mi carrera como escritora. Cuando los derechos de Momzillas fueron adquiridos por la NBC presentí que algo grande iba a suceder. Tras varias reuniones conseguí hacer de ella una realidad en la que yo, una madre de 39 años sin apenas experiencia como actriz, sería la encargada de ponerme al frente.

-¿Cómo fue el proceso de convertir su novela en un guión?

-He estado adaptando mi novela junto a un guionista. No me había visto en otra. Esdivertido. Aprendí cosas técnicas, como cómo construir un arco narrativo y, sobre todo, cómo trabajar en equipo. Además, me ha ayudado a tener tiempo para mí misma después de haber tenido tres niños en apenas cuatro años.

-¿Crees que la serie es fiel a lo que imaginó y contó en su novela?

-Sí. No tengo quejas, que suele ser lo habitual. Si tengo tiempo, lo cual no es siempre, me gusta mezclar un poco todo y que se confunda qué es realidad y qué es ficción, que es lo que realmente trato en las novelas y en la serie. Hablo de mí porque soy yo la que suele tomarse la libertad de improvisar sobre la marcha.

-¿Cómo define a Jill Weber?

-Jill es una mujer fuerte y con mucho sentido del humor. Parece que no encaja demasiado en ese ámbito social tan complicado, pero sabe ver el lado divertido de las cosas y nunca deja de ser fiel a sí misma. Tiene un alma rockera, a pesar de que ahora tenga que dejarla un poco de lado, y se preocupa mucho por sus tres hijos, procurando que consigan ser admitidos en una de las mejores escuelas infantiles de Nueva York.

-¿Cree que esa Jill ficticia es una extensión de usted?

Prácticamente sí. Aunque yo estoy casada con un judío y la Jill de la serie con un pijo, lo que la hace sentir como cortada y pegada en su familia sin terminar encajando. Eso mismo me pasa a mí muchas veces, me siento bastante incómoda ante el hecho de que no encajo completamente con mi entorno. Yo misma sufro porque sé que no encajo ni en mi familia ni en mi círculo social por mi manera de ser.

-¿Cómo fue trabajando estas novelas que describen sus vivencias?

-No soy una persona muy espiritual, pero me gusta trabajar en un sitio donde se respire calma y felicidad. La creatividad se despierta con el entorno adecuado, pero también tengo ideas muchas veces en la ducha o cuando voy de camino a casa. Las suelo apuntar en el móvil para que no se me olviden.

-¿A qué se dedicaba, además de a escribir, antes de meterse en una serie?

-La última vez que actué fue en la universidad y nunca pensé que haría carrera como actriz. No creo dar el perfil. Si he terminado aquí ha sido gracias a mi libro, por lo que estoy muy orgullosa. Mi personaje es una versión de mí misma e interpretarlo es como respirar.

-Su ficcción es divertida, pero tiene algunos personajes ciertamente odiosos...

-La verdad es que no ha sido algo que haya decidido. Me ha salido así. Existe una gran diferencia entre las personas que se burlan de la gente de forma amistosa y las que lo hacen yendo a hacer daño. Yo consigo aportarle ese toque de humor a todo lo que hago, incluso a personajes que en otro contexto generarían amargura.

-¿Reconoce que algunos de esos rasgos de Jill Weber son poco adecuados para vivir en su barrio tan elitista?

-La verdad es que sí, pero también creo que lo que tengo me lo he ganado y que me lo merezco. Hubo un tiempo en que vivimos en un apartamento situado en una cuarta planta en el que había hasta ratas. Por eso creo que ahora puedo permitirme tener alguno de esos rasgos pese a que esté desaconsejado en mi entorno.

-¿De dónde le viene su vocación por la comedia?

-Mi padre decidió dedicarse a los negocios cuando falleció mi abuelo para honrar su memoria, o eso he creído. Él es más divertido que todo eso y el humor siempre ha sido su arma secreta. Lo he heredado de él.

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