A día de hoy no hay un programa de televisión en España que haya tenido tales registros como el de la gala de Eurovisión 2002, cuando actuó la granadina Rosa López (con Bisbal, Bustamante, Gisela, Geno y Chenoa en los coros): 80,4% de cuota. En aquel sábado 25 de mayo de 2022 una media de casi 12,8 millones de españoles siguió al completo el festival y los votos. Salvo la selección de fútbol cuando ha tenido partidos decisivos en grandes competiciones los audímetros nunca ha registrado tales concentraciones de personal.

¿Se puede dar hoy un caso parecido con el 'Chanelazo'? Hay buenas vibraciones con la cantante española que como mínimo va a dar una alegría de buen resultado en el escenario y en los votos pero es imposible que con la dispersión de contenidos se produzca una reunión de tantos espectadores como sucedió con Rosa. En la actualidad en abierto hay cuatro veces más cadenas que en 2002, hay alternativas de todo tipo bajo demanda y muchas ganas, más que nunca, de estar en la calle.

La 1, además, vive su peor momento de audiencia y consideración del público. Lo de Chanel, además, ha pillado por sorpresa al público medio, la anterior noticia que habian tenido de Eurovisión era que la representante había sido elegida por tongo (no, por unos votos fundamentales del jurado frente a Tanxugueiras y Rigoberta Bandini). Por cierto, la final del Benidorm Fest, que de todas formas también pilló un tanto en frío para el gran público, tuvo 3 millones de espectadores, y fue considerado un logro para la actual TVE.

Raffaella Carrá con Rodolfo Chikilicuatre tras la gala eurovisiva de 2008

Hoy va a haber mucha audiencia ante la pantalla para seguir Eurovisión pero lejos de aquellos 13 millones de hace veinte años.  El dato más aproximado puede ser el de 2008, con Rodolfo Chikilicuatre. Habia en aquel momento más interés por la guasa que podía despertar el personaje que sus posibilidades reales de hacer un buen papel. En 2008 vieron el festival en España 9,3 millones de espectadores. En 2022 la cita estará sobre los 8 millones, lo que ya es un hito.

Tras la decepción de Rosa, que fue séptima, al año siguiente Beth, con una propuesta más sólida (en principio, no en el escenario) y también con el respaldo de la edición de OT tuvo 8,8 millones, 58,4% de cuota. Pese al desencanto el festival ha mantenido su audiencia famiilar fiel, numerosa, pero sin arrebatos que vayan más allá de los 5 millones de seguidores (lo que de todas formas es una barbaridad entre los registros del día a día).

La audiencia aumentó con propuestas de calidad y esperanzadoras como Pastora Soler, que en 2012 tuvo 6,5 millones, y el regreso de la sugestión con OT llevaron a Amaia y Alfred a que fueran vistos por 7,1 millones de espectadores. Chanel y su jugo de mango pueden hoy arrastrar ante el televisor a un pico aún mayor que aquella pareja edulcorada.

La consultora GECA reúne aquí a todos los datos históricos de la galas de Eurorisión:

Audiencias de Eurovisión. Estudio de GECA