Sentencia judicial

La justicia da la razón a la familia de José María Íñigo sobre el amianto

  • El juez reconoce que el popular presentador murió de un cáncer procedente de la exposición durante años en los estudios de TVE

José María Íñigo entrevista a Johnny Weissmuller, que dio vida a Tarzán en los años 30, en 'Directísimo'

José María Íñigo entrevista a Johnny Weissmuller, que dio vida a Tarzán en los años 30, en 'Directísimo' / RTVE

El caso de José María Íñigo abre un precedente importante sobre las instalaciones con compuestos de amianto.  El juzgado de lo Social número 2 de Madrid ha declarado que la pensión a la viuda del periodista y presentador José María Íñigo deriva de una enfermedad profesional consecuencia del amianto presente en el Estudio 1 de TVE. Al periodista vasco se le diagnosticó en 2016 un mesotelioma maligno epiteloide y falleció por esta enfermedad el 5 de mayo de 2018.

Íñigo fue uno de los rostros más populares y con más presencia en pantalla a lo largo de los años 70 y 80. Sus formatos eran espacios en directo, como Estudio abierto, en la Segunda Cadena, entre 1970 y 1975. Su continuación en la Primera Cadena, Directísimo, entre 1975 y 76; Fantástico, entre 1978 y 1980 y de nuevo Estudio abierto, para la Segunda, del 81 al 85, todos ellos en el Estudio 1. Esta noche, fiesta, del 77 al 78 se emitía desde la sala de fiestas Florida Park.

La sentencia, que ha recogido la agencia Europa Press, considera que hay elementos evidentes para afirmar que el cáncer se produjo por dicha exposición al amianto en unas instalaciones que tenían compuestos cancerígenos en su estructura y aislamiento, lo que originó la enfermedad que fue la causa de su muerte, enfermedad profesional.

El juzgado reconoce que la actividad se llevó a cabo de forma continuada y prolongada en el Estudio 1,  con una gran presencia de amianto friable, como lo acredita el hecho que se depositaron en el vertedero 113.040 kilos de residuos". "Se ha de destacar que en ese periodo el amianto estaba colocado sin ningún elemento que lo aislara de las personas que trabajaban en el estudio, ya que el primer encapsulamiento colocando placas de virutex se produjo en el año 1986; por lo que estuvo en contacto con el amianto en el momento de mayor peligro de exposición", expone la sentencia. La presencia de público, ventiladores y aire acondicionado promovían una mayor movilidad de las partículas tóxicas, un riesgo para los trabajadores con mayor presecia de tiempo en esas instalaciones. 

"La existencia de fibras de amianto friable quedó corroborada por el intenso y necesario trabajo de limpieza desarrollado sobre el sistema de climatización efectuada en el año 2017. Los actos propios de la empresa en los años posteriores evidencia la presencia de amianto no controlado en el medio laboral en el pasado".

La sentencia contempla que el 90 por ciento de los tumores como el que padeció José María Íñigo vienen ocasionado por la exposición al amianto, al tiempo que precisa que el hecho de que no sea desarrollado por otras personas sometidas a la misma exposición en las misma circunstancias, se debe a que existe una predisposición genética que determina o no el desarrollo de la enfermedad.

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