Punto de vista

¿Tiene culpa Ana Blanco de lo mal que van los 'Telediarios'?

Ana Blanco en una imagen de archivo a mediados de los años 90/RTVE

Ana Blanco en una imagen de archivo a mediados de los años 90/RTVE / EFE

Los informativos de TVE viven su peor momento de audiencia y ya llevan muchos años que van viviendo sus peores momentos: signo de la deriva de la cadena pública mientras los demás la adelantan.

Ana Blanco ha dejado de conducir el Telediario 1 pero la veterana comunicadora, imagen en sí de TVE al cabo de más de treinta años, no tiene un exceso de culpa de que los Telediarios sean una marca cada vez menos considerada por los espectadores. Blanco no está ya en primera línea y el asunto no va a mejorar. Cambiar tendencias en los actuales consumos de televisión requiere tiempo, cambios oportunos que van funcionando por goteo.

Si hay que buscar responsables en la pérdida de influencia de los Telediarios hay que encontrarlos en los propios políticos que durante lustros han visto en la cadena pública un bastión de poder o un arma arrojadiza, según posición, trincheras; y en los directivos nombrados a su vez por los políticos que han velado por los intereses particulares y partidistas en lugar de construir una corporación pública de calidad.

Entre los últimos, ni José Antonio Sánchez, línea dura del PP; ni Rosa María Mateo, brazo armado de Podemos, supieron estar al margen. Entre tanto ruidio externo e interno, la redacción vive entre divisiones y recelos de todos contra todos. Los sindicatos tampoco han contribuido a hacer más respirable el clima. Es tan complicada mover esa mole que tampoco funcionan las tibiezas del actual presidente, Pérez Tornero.

Imagen del ‘Telediario 2’ Imagen del ‘Telediario 2’

Imagen del ‘Telediario 2’ / A. G.

Cuando hasta la sintonía del Telediario es desafortunada, es difícil recuperar fieles y presencia cuando en el contenido prevalecen el oficialismo, las cuotas impuestas o conceptos superados. La presencia diaria de Ana Blanco, que ha rebasado épocas políticas de todo sesgo, es necesaria en la cadena pública. No es cuestión de edad. Ni tampoco hay que pensar en que los espectadores se cansaron. Son los Telediarios los que tienen que rejuvenecerse.

Y si es por conexión con el público, más seco, distante e insípido es Carlos Franganillo. Desde que está él las cifras siempre han ido a la baja. Ana Blanco no se merece dejar el Telediario de una manera tan señalada.

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