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Más que Pablo Motos

Cárdenas no para ni en verano. Si pensábamos que íbamos a descansar de él durante las vacaciones, nos equivocábamos. Aunque Hora Punta no se emita durante julio y agosto, el presentador continúa haciendo ruido. Lo cierto es que no suelo repetir tema en este hueco en el que me permiten reflexionar cada lunes. Pero lo de Cárdenas y RTVE me parece tan inaudito, que al igual que muchos espectadores hacen en redes sociales, siento la necesidad de compartirlo. Hay programas que provocan que necesites desahogarte por la repulsa que provocan y y este se lleva el primer premio.

Lo último, lo que faltaba por ver, ha sido que el conductor del formato ha emitido un comunicado a través de su despacho de abogados en el que desmentía que su programa se haya cancelado. La semana pasada todos nos creímos felices durante unas horas cuando varios medios aseguraban que Hora Punta no regresaría en septiembre. Él no tardó en anunciar a lo grande que no era así. En lugar de que fuera la cadena la que desmintiese los hechos, Cárdenas no dudó en tomarse las molestias de acudir a sus representantes legales y enviar por escrito su versión. Qué exagerado. Lo que tenía que haber hecho era fijarse en la alegría de los espectadores por la supuesta cancelación del formato. Pero no. Parece que él disfruta siendo la oveja negra.

Resulta sorprendente la poca dignidad del presentador Javier Cárdenas

Resulta sorprendente la poca dignidad del presentador. Cuando tienes a un amplio porcentaje de los espectadores en contra de tu programa, cuando las cuotas altas de audiencia se deben a que los televidentes están esperando a que comience el programa que se emite a continuación, resulta indignante que se te suba el ego de la forma en la que se le sube a él. Es incluso más egocéntrico que Pablo Motos, que ya es difícil. Normalmente un programa gusta o no, está mejor o peor hecho. Pero lo de Cárdenas roza lo esperpéntico. Todos cometemos errores, pero algunas de las perlas que él ha soltado en horario de máxima audiencia son difíciles de perdonar. Lo raro es que cuente con colaboradores como Luis del Olmo. Lo de que RTVE cuente con él no es tan raro. Teniendo en cuenta quién ostentaba la anterior dirección, quién tomaba las decisiones y qué partido político estaba más presente, no es de extrañar que en nuestra cadena pública hubiese un programa de este tipo. El problema es que son muy listos (que no es sinónimo de inteligentes) y dejaron atada su continuidad. O eso parece. Aunque no perdamos la esperanza, quizá a finales de septiembre nos llevemos una alegría y por fin el programa de Javier Cárdenas desaparezca de la programación de La 1.

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