Entrevista a José Antonio Ruiz Díez

"Grabamos durante cuatro meses sin saber si el programa se vería"

  • 'Mzungu-Operación Congo' se ofrece los miércoles por la noche en Cuatro sobre la epopeya de construir una escuela en un pueblo remoto de la República Democrática del Congo

El expedicionario solidario José Antonio Ruiz Díez

El expedicionario solidario José Antonio Ruiz Díez / Mediaset

Este canario con 29 años había dado la vuelta al mundo y una experiencia traumática en la Antártida le llevó a implicarse más en el lado solidario como muestra su serie documente Mzungu-Operación Congo, que ofrece Cuatro en los miércoles por la noche. José Antonio Ruiz Díez se dirigió con 30.000 euros de su bolsillo y donaciones al interior  de la República Democrática del Congo para fundar una escuela en un lugar recóndito.

—¿Cómo apareció esta oportunidad de hacer esta serie documental?

—Desde que comencé mis actividades en el campo solidario, numerosas personas querían sumarse, así que pensé que debía contarlo de una forma amplia. Por un lado, para llegar a más gente y tratar de hacer el proyecto autosostenible. Y por otro, para inspirar a otras personas a llevar a cabo sus propios proyectos. No me refiero necesariamente a irse a un lugar lejano o en conflicto, sino a ayudar a los demás en general. Cerca o lejos, de muchas formas. Cualquiera de nosotros puede ayudar. Entonces me vino a la cabeza el medio audiovisual porque es un gran altavoz.

"África te enseña que aun contando con poco, si nos unimos, podemos con cualquier cosa"

—Hay que comunicar.

—Yo me lancé a grabar por mi cuenta sin saber dónde se terminarían viendo, o si se llegarían a ver, las imágenes. Después, aunque no conocía a nadie en el sector, me puse a la tarea de buscar un hogar para ellas y tras muchos obstáculos y un largo recorrido un día me senté con Mediaset España, quien me abrió sus puertas y para quien solo tengo palabras de agradecimiento.

—¿Cómo fue la grabación? ¿Durante cuánto tiempo estuvo grabando?

—Grabar en la República Democrática del Congo es toda una odisea. Entre que íbamos con pocos recursos y que las condiciones allí eran muy precarias, tuvimos muchas dificultades. Pero tanto Sergio como David, los dos operadores de cámara que se unieron en esta aventura, pusimos lo mejor de nosotros mismos para mostrar lo que quería mostrar de la mejor forma posible. Fueron casi cuatro meses en los que nos ocurrió de todo y más... y sin saber si alguien lo vería. Fue agotador y mentalmente todo un reto.

—¿Cómo es la República Democrática del Congo?

—Este país ha sufrido, y sufre, mucho debido a problemas de gran calado como la pobreza o los conflictos bélicos permanentes. Pero más allá de su complejidad, es un país verdaderamente cautivador: sus paisajes, su fauna, sus atardeceres y amaneceres, sus colores… Unos azules, marrones rojizos y verdes que te llenan de vida. La gente es maravillosa. Son sonrientes, amables y como es lógico, también hay algunos individuos que son todo lo contrario.

—¿Qué historia fue la más dura?

—Lo más duro es saber que las personas que te rodean viven en condiciones muy difíciles permanentemente. Pero en un recuerdo concreto, en las inmediaciones de la construcción de la escuela encontramos a una mujer tirada en medio de un camino acompañada de otras personas. La llevamos rápidamente al dispensario más cercano.Murió al día siguiente por una infección de su último parto que se había extendido durante dos mees.

José Antonio Ruiz en plena expedición José Antonio Ruiz en plena expedición

José Antonio Ruiz en plena expedición / mediaset

—¿Cuál sería su mensaje a través de su experiencia?

—Que entre muchos podemos hacer mucho y que ayudar está en nuestras manos. África te enseña que aun contando con poco, si nos unimos, podemos con cualquier cosa. Con la situación que estamos viviendo actualmente, también. Con determinación y sacrificio, todo se puede.

—¿Cómo podríamos ayudar?

—Muchas personas se han ofrecido a hacer donativos y se lo agradezco enormemente, de verdad. No obstante, yo no pido dinero, sino que la gente lo vea, que disfrute con él, que desconecte, que se evada por un rato en medio de lo que estamos viviendo. Con este sencillo gesto, que además es muy entretenido, ya estamos ayudando y mucho ya que, cuantos más lo veamos, más probabilidades tendremos de seguir haciendo el programa y de ayudar a más personas. Por tal motivo, difundirlo también es un gran apoyo y animo a todo el que quiera a hacerlo. Cuando llegue la próxima acción sobre el terreno, lo comunicaré y quien lo desee podrá participar de diferentes formas. Mucho ánimo y fuerza a todos.

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