Estreno

Ángel Cristo y Bárbara Rey, cuando la gente no estaba preparada para ayudarles

Jaime Lorente y Belén Cuesta como Ángel Cristo y Bárbara Rey

Jaime Lorente y Belén Cuesta como Ángel Cristo y Bárbara Rey / Atresmedia

Jaime Lorente (El Cid, La casa de papel) y la sevillana Belén Cuesta (La llamada, La trinchera infinita)  se ponen desde hoy en la piel de Ángel Cristo y Bárbara Rey, el domador y la actriz y presentadora que coparon portadas durante años por su conflictiva relación.

En Cristo y Rey se habla de ambos y se añaden las relaciones personales y sentimentales de ambos con personajes de toda índole en el contexto de la España que iniciaba su andadura por la democracia. Momentos conocidos y otros soterrados de la vida social y política española se arremolinan en los ocho episodios que ofrece Atresplayer Premium, con el arranque de los dos primeros que llegan hoy a la plataforma. Es una producción de Good Mood, con Daniel Écija al frente. Los dos actores protagonitas atendieron a este periódico para adelantar aspectos de esta ficción.

Bárbara Rey y Ángel Cristo a mediados de los años 80 Bárbara Rey y Ángel Cristo a mediados de los años 80

Bárbara Rey y Ángel Cristo a mediados de los años 80 / Europa Press

'Cristo y Rey' 'Cristo y Rey'

'Cristo y Rey'

-¿Cómo han sentido ese viaje a los años 70, 80 y 90?

-Jaime Lorente (J.L): Si tuviera que visitar aquellos años de forma turística yo había preferido otros lugares. Ha sido un trabajo muy intenso y muy comprometido ponerte en la piel de ambos. Hace unos días vi el primer capítulo y me ha impresionado. Recordaba cosas que han quedado tras el rodaje muy bien.

-Belen Cuesta (B.C.): Dentro de la rigurosidad y de lo que es pura ficción, ha sido divertido y curioso vivir esos años.

-¿Era necesario conocer a Ángel Cristo y Bárbara Rey? ¿Vamos a descubrir aspectos que no podíamos imaginar?

-J.L.: Sí, me parece que era necesario conocer un poco la historia de estas dos figuras que parecían, así por encima, un poco como estrambóticas, pero muestran cómo era y cómo  pesnaba la sociedad española de su tiempo: Las consecuencias de aquellos años llegan hasta ahora

-B.C: Era necesario conocer que había de puertas para adentro. Son figuras significativas de aquella prensa, de aquella televisión. Representan un momento, son referentes para explicar aqeullos años.

-En el caso de Ángel Cristo ¿cómo se aproximó a este personaje?

-J.L.: Ha sido un trabajo muy guiado por el guion, valga la redundancia. Creo que Cristo como personaje está muy escrito, bien desarrollado. Cómo es el personaje se vislumbra en las líneas, ya estaba ahí y lo que hemos intentado es evitar la tentación de caer en la parodia, en la imitación. Queríamos acercarnos para construir un personaje más carismático y explicar esos extremos a los que llegó.

-En el caso de Bárbara Rey pudieron hablar con ella...

-B.C.: Estoy muy contenta de haber podido hablar con ella tanto, me ha permitido quitarme prejuicios. He descubierto a una mujer que me interesa muchísimo. Antes de hacer la serie igual no me interesaba nada, la verdad. Ahora me fascina. Nos ha detallado todo lo posible para que la historia sea tan poderosa como contempla el espectador.

-Entre los personajes reales que interpretan otros actores, como Manolo Escobar, Chelo García Cortés, Paquirri ¿se quedan con alguno que les impresionara?

-B.C.: Cada uno se ha acercado como querido. Todos los compañeros han sido rigurosos en modelar a esos personajes reales que muchos de ellos conocemos todos para darles un carácter verosímil, pero como decíamos sin intención de buscar las imitaciones. Si se hubiera pretendido imitar se desvía el juego y la intención de la serie.

-J.L: A mí me sorprendió el personaje de Luis Mariñas. Ahí estaba clavado.

-Sobre la relación de Bárbara con el Rey ¿qué nos puede adelantar?

-B.C: La serie va más allá de su relación con el Rey. Esta serie habla del romance, de la relación del matrimonio. Es la relación de ambos y todo lo demás está contado como ficción, habrá cosas reales y otras que no fueron exactamente así. Lo importante es que tanto Bárbara como Ángel tuvieron una vida fascinante. Y hay unos guiones magníficos.

Tráiler de la miniserie de Atresplayer Premium 'Cristo y Rey'

-Entrecruzando sus personajes ¿qué le parece el trabajo y el personaje del otro?

-J.L.: Justo le decía a Belén hace unos días que me ha emocionado mucho su trabajo. Me ha sobrecogido. Belén como Bárbara está brillante. Y sobre el personaje, ha sido un honor conocerla en persona y conocer su vida a través de la serie.

-B.C: Jaime es un amor. En una serie así si no tienes un buen compañero y con una buena relación todo se puede ir al traste. Es una suerte, y eso se nota. Y a Ángel Cristo también me ha gustado conocerlo, teníamos una imagen más cercana de él de dejada, de decrepitud. No es por justificar nada de sus acciones, hay que reconocer que era una persona con muchos problemas, con muchas carencias...

-J.L.:... Y que no terminó bien 

-¿Ángel Cristo era digno de odio o digno de lástima? ¿Qué le pasó¿

-J.L.: Nada puede justificar una mala acción. Yo creo que todo lo que hizo fue terrible y ojalá hubiera existido un freno. ¿Podría haber tenido otra vida? Probablemente sí. Ojalá hubiera tenido ayuda en ese momento de saltar de pantalla y caer en un abismo.

-B.C.: Ángel también fue una persona encantadora, en algunas momentos. Sus adicciones lo destruyeron y nada puede justificarlo. Y no fue el único, lamentablemente.

-Ni le ayudaron ni pudo ayudarse a sí mismo...

-J.L.: La sociedad no estaba preparada para ayudar en casos así. Ni a él ni tampoco a ella, que sufría tantos malos tratos.

-¿Cómo se trabaja entre ambos cuando ha habido escenas tan difíciles de agresividad, también de sexo?

-B.C.: Siempre es difícil. Entrar en situaciones así en la ficción es complicado. Hay que trabajarlas y concentrarse.

-J.L.: Son más difíciles las escenas de sexo que de violencia. Es cuestión de plantear adecuadamente la secuencias. En las escenas de sexo ha venido muy bien el trabajo del 'coach' de intimidad, figuran que no existía hasta ahora. El trabajo así ha sido menos incómodo.

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