TV-Comunicación

Alfredo Amestoy, las siete vidas del que fue el periodista más irreverente

Alfredo Amestoy con su nuevo libro

Alfredo Amestoy con su nuevo libro / EFE

Mis siete vidas. Lo que no pude ni quise decir es el título del último libro de Alfredo Amestoy Eguiguren (Bilbao, 1941), en el que el periodista y escritor, figura clave en la televisión española de los últimos cincuenta años, recoge experiencias personales, profesionales y “recuerdos que permanecen en la memoria”.Se trata de una obra autobiográfica, "un inventario, que no inventado" de hechos, anécdotas y vivencias de sus 81 años, explica el periodista vasco, afincado desde hace años en la Costa Tropical de Granada, donde ha presentado recientemente su libro, que pretende ser una recopilación de recuerdos, más que sus memorias.

"Cuento cosas sin hacer ningún tipo de análisis ni interpretaciones, lo único que quiero es que la gente las inserte en la vida española de los últimos setenta años que yo he tenido el privilegio y el honor de vivir", señala.

Una publicación que, dice, no va a resultar "indiferente para muchos" y que "sorprenderá" a otros, aunque en el libro ha cambiado algunos nombres.

Dice que se ha divertido escribiendo este libro, con el que ha sido "muy sincero, tal vez por no tener hijos", y en el que confiesa y desvela "vivencias y cosas" que su mujer "desconocía", aunque le hubiera gustado contárselas antes de que muriera, según revela.

Mis siete vidas repasa una época de la televisión española marcada por Chicho Ibáñez Serrador y Valerio Lazarov, a quienes Amestoy considera unos “auténticos maestros”. A este libro preceden otros como El reportero, que escribió con apenas 21 años En el cielo no hay Chanel, El partido, Perritos calientes y Últimas voluntades, entre otros, y no descarta, “aunque es muy difícil”, que lleguen otros más: “mientras tenga vitalidad continuaré escribiendo y, sobre todo, leyendo”. Alfredo Amestoy, posiblemente uno de los comunicadores más conocidos de España, ha estado vinculado a numerosos proyectos televisivos que le han dado, dice, muchas satisfacciones personales.

Entre sus programas figuran 35 millones de españoles (1974-1975), el primer reality, La España de los Botejara (1978) o 300 millones (1979-1981).

También estuvo en los primeros compases de Antena 3 y tuvo varios espacios en Telecinco.

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