Si la privacidad es uno de los campos de batalla de Internet y de las nuevas tecnologías, en el caso de los menores, la cuestión es aún más grave.

Cuando navegamos por Internet es ya normal que los anuncios que aparezcan en las webs sean de búsquedas que hemos realizado con anterioridad, fruto dela información recopilada por los navegadores y desarrolladores.

Sin embargo, en el caso de los menores, no debería ser así porque la Ley de Protección de la Privacidad Infantil en Línea exige que las plataformas web y los creadores digitales deben obtener un permiso de los padres para poder recopilar información de los menores de edad. 

Los niños también son rastreados

Pues según un estudio publicado esta misma semana, llamado Preschooler Tablet Study (Estudio de tabletas para preescolares), son constantes los rastreos de información en aplicaciones infantiles. Con la investigación, detectaron cuándo las aplicaciones extrajeron datos como identificadores de publicidad, identificaciones de dispositivos o coordinadas de geolocalización sin que la tienda de aplicaciones o la aplicación en sí, proporcionaran ningún aviso ni información en este sentido.

Ya en 2018 un grupo de expertos analizó cerca del millón de aplicaciones y encontró que en la sección de entretenimiento familiar (donde se ubican las aplicaciones infantiles) es donde existían más rastreadores para conseguir información.

Para corroborarlo, un ente recientemente creado, International Digital Accountability Council, señala en sus publicaciones que la mayoría de aplicaciones gratuitas infantiles vulneran la ley de protección de datos.

Manipulación en los niños

Además de incumplir la legislación, la gravedad de estos datos reside en la capacidad que pueden tener para manipular el carácter de un niño, por lo normal impulsivo y con una personalidad aún no construida del todo.

Los rastreadores pueden conocer una información muy valiosa de los menores. preferencias, gustos, tecnología que usan e incluso desde dónde la usan. Unos datos muy valiosos para la publicidad.

Así lo avisa la Academia Estadounidense de Pediatría, que señala que "es increíble cuánto se puede inferir del comportamiento de juego de un niño: su impulsividad, sus respuestas a las recompensas o el cesamiento de la información y cómo esos datos pueden ser utilizados de manera incorrecta".

El mismo estudio avisa de dónde podría estar el truco de esta aplicaciones ala hora de saltarse las leyes. "Aunque la aplicación esté destinada a los niños, la catalogan como de entretenimiento general y no infantil, por lo que el uso de rastreadores no sería una práctica irregular.

Función de los padres

La Academia de Pediatría señala además algunas pautas a seguir para evitar esta intromisión en la intimidad del menor. "Como por parte de las autoridades no se está llevando a cabo un control exhaustivo, es tarea de los padres vigilar y denunciar estas acciones ilegales", indican.

Además, los padres pueden visitar la web AppCensus AppSearch y buscar la aplicación para ver qué protecciones de privacidad incluye. En el caso de que extraigan datos, el consejo desde esta asociación es la desactivación de dicha aplicación.

Asimismo, Common Sense Media y Campaign for a Commercial Free Childhood son lugares para obtener información y tendencias sobre la privacidad de los datos.

También es útil desactivar la geolocalización en todas las aplicaciones y juegos (o cualquier otra función), así como  verificar la configuración de privacidad en cualquier aplicación incluyendo Facebook y otros sitios de redes sociales a medida que crecen.

Es aconsejable eliminar las aplicaciones ya en desuso e incluso pedirle al desarrollador que borre cualquier dato que haya recopilado.

Por otro lado, existen aplicaciones destinadas exclusivamente al público infantil que sí minimizan esta recopilación de datos y que son las aconsejables.