Cristóbal Coronel | Secretario general en la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria

"Se está creando un nicho ecológico para que emerjan enfermedades prevenibles"

El doctor Cristóbal Coronel, pediatra.

El doctor Cristóbal Coronel, pediatra. / José Ángel García

El éxito de la cultura del esfuerzo. Trianero de adopción, el doctor Coronel es natural de Bonares (Huelva). De su padre, jornalero, aprendió a luchar. “Les debo todo lo que soy a mis padres, y a mi madrina Conchita Moreno que me trató como un hijo. Me educaron en el esfuerzo”, afirma. Pediatra e investigador incansable; académico correspondiente en la Real Academia de Medicina de Sevilla, Excelente por la Agencia de Calidad Sanitaria en varias ocasiones; el doctor Coronel pertenece al comité editorial de varias revistas médicas; y ocupa el cargo de secretario general en la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP).

–¿Qué le preocupa más como pediatra?

–La salud mental de los niños y de los padres; la adicción a las nuevas tecnologías; y recuperar los hábitos de vida saludables, que se están perdiendo, como ejercicio físico, vida al aire libre, etc.

–Hay evidencia de que los niños y adolescentes se contagian con menos frecuencia, a menudo presentan una menor carga viral y sufren síntomas más leves de Covid-19. ¿Qué ve en consulta?

–Las formas clínicas de presentación son muy variadas, todas las referidas anteriormente y otras muchas menos conocidas. En general vemos más padres afectados últimamente que abuelos, pero suelen evolucionar bien.

–A medida que avance la vacunación ¿es previsible que se vean más niños y adolescentes más afectados?

–Probablemente cambie el perfil de los afectados, así como la gravedad y las formas de manifestarse.

–Algún laboratorio ya ha anunciado vacunas disponibles para niños en otoño. ¿Qué opina?

–Una vez comprobada su eficacia y seguridad, y sea aprobada por la EMA (Agencia Europea del Medicamento), habría que vacunar a todas las personas posibles. He leído que algunos países, y entre ellos España, se postulan para vacunar a los mayores de 12 años a partir de próximo otoño.

–Toda la atención sanitaria se la lleva el Covid, ¿se están descuidando otros problemas de la infancia y adolescencia?

–Creo que muchísimo, parece que todo lo actual se divide entre Covid o no Covid. Habría que hablar de la patología asociada de forma indirecta al Covid, como son los retrasos en los diagnósticos y tratamientos por la menor accesibilidad a las consultas médicas o pruebas complementarias, o la demora de estas. Muchos médicos deseamos que vuelva la nueva normalidad, estamos ante una crisis asistencial.

Entre un 25% y un 70% de los niños andaluces, dependiendo de la zona, no son atendidos por pediatras”

–Desde el confinamiento se han producido retrasos en la vacunación oficial. ¿Hay preocupación por la posibilidad de bolsas de niños pendientes de vacunar?

–La cobertura que habitualmente superaba el 95-98% no llega al 75% en la actualidad. Y existe preocupación. Con este descenso de la cobertura, unido al fracaso vacunal estándar y los mal vacunados por diferentes motivos (inmigrantes, desconocimiento, etc.), se está creando un nicho ecológico favorable para que emerja cualquier enfermedad inmunoprevenible en forma de brote.

–Hace poco fue el Día de la Meningitis. Andalucía disfruta de un calendario completo frente a esta infección letal. ¿Cómo es posible que aun así se den casos?

–El meningococo coloniza la nariz y faringe especialmente a adolescentes, que actúan de portadores generalmente sin causar síntomas. Y éstos transmiten la bacteria al resto de la población. En algunas ocasiones puede pasar a la sangre y de allí distribuirse por todo el organismo, causando enfermedades graves como la meningitis y la septicemia. Pueden producir la muerte, o secuelas físicas y neurológicas graves y permanentes. No podemos bajar la guardia de la vacunación. Siempre es mejor prevenir que curar.

–El sobrepeso infantil ha aumentado durante la pandemia, ¿efectos?

–Va a tener una repercusión en todos los sistemas del organismo, aumentado los problemas ortopédicos, metabólicos (diabetes, hiperlipemias, etc) y, sobre todo, psicológicos, con una alteración de la imagen corporal y del estado de ánimo. Aumentarán la depresión y la ansiedad. Lo más preocupante es la normalización de la obesidad, puesto que ésta no surge bruscamente. El sobrepeso se consolida y se ve como normal puesto que se trata de un problema familiar, que no hereditario. Por todo ello tanto los niños obesos como sus familiares no buscan ayuda para resolverlo, puesto que no lo consideran un problema que precise solución alguna.

–Desde hace años faltan pediatras especialmente en zonas rurales. ¿Cómo se puede solucionar?

–Premiando. Con más medios, recursos diagnósticos y de formación; y, sobre todo, con una retribución más adecuada, pues parece que este aspecto da pudor comentar, pero es una gran verdad. La Atención Primaria está peor reconocida económicamente que la hospitalaria. Parece que entre un 25 y 70% niños andaluces, dependiendo de las zonas y provincias, no son atendidos por pediatras. Soluciones se me ocurren muchas y la administración las conoce. Se ha creado un Marco Estratégico para potenciar la Atención Primaria, publicado el año pasado en el BOE y que, como en otros casos son leyes y normas, luego no se implementan ni se aplican.

–¿Soluciones?

–Sería fundamental aumentar la rotación de los estudiantes y residentes por los centros de salud, haciendo que ésta sea más atractiva desde la Universidad; y haciéndola valer como la más global y puerta de entrada al sistema sanitario. Para ello se tendría que dotar de más tutores y promocionar con más plazas de profesores asociados. Actualmente, Sevilla sólo cuenta con uno y vinculado a una área hospitalaria, a gran diferencia de otras Universidades.

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