Huelva

La Huelva vaciada deja de ser un mito

  • Según las cifras actualizadas del padrón municipal, casi la mitad de los pueblos de la provincia tienen menos habitantes que un año antes y la caída se afianza

Imagen de uno de los apenas 280 habitantes de Puerto Moral.

Imagen de uno de los apenas 280 habitantes de Puerto Moral. / Rafa del Barrio (Puerto Moral)

La Huelva vaciada ha dejado de ser un concepto apropiado del resto del país para referirse a la situación que viven algunas provincias donde la pérdida de habitantes derivada de la ausencia de oportunidades para las generaciones más jóvenes, ha extendido la imagen de pueblos casi sin habitantes. Hablamos de un país de interior, con pocas oportunidades y sin perspectivas de desarrollo en un futuro inmediato. La provincia es costera, tiene el segundo núcleo industrial de toda España, una agricultura que, en ciertos meses del año es la más importante de toda España y con una industria turística que, si bien es cierto que no se puede comparar a las grandes locomotoras de la principal fuentes de ingresos nacional, sí tiene uno de sus centros destacados.

Pese a todo ello, la falta de comunicaciones, de inversión en infraestructuras básicas y la ausencia de servicios hacen que el norte de la provincia emprenda su camino hacia el sur, justo al contrario de lo que se reflejaba hace décadas, cuando la gente buscaba en el norte las oportunidades que en el sur no tenían. Esta tendencia ya es algo más, porque se ve reflejada en números, no ya de hace décadas, sino en los últimos cuatro años, incluso en éste último.

Las cifras del padrón municipal hechas públicas por el Instituto Nacional de Estadística consultadas por Huelva Información, confirman casi la mitad de los 80 pueblos con los que cuenta la provincia, en concreto 38 de ellos, la pérdida de población el año pasado respecto al anterior, es un hecho. En algunos casos, como por ejemplo en El Granado, el descenso es de casi un 3%; es cierto que se trata de un municipio de apenas 500 habitantes, pero también lo es que el interior de la provincia aglutina buena parte de esa pérdida de población.No es el único caso.Cabezas Rubias ha perdido un porcentaje similar en los últimos cuatro años; Lucena del Puerto se ha dejado un 6% y en Nerva, un municipio que supera los 5.000 habitantes, la bajada es superior al 3% o del 5% en Zufre. Hasta la capital se ha dejado desde el 2018 un 1% de su población.

Por contra, los municipios costeros como Aljaraque, Lepe o Ayamonte que gana casi un 2% de población, la tendencia es la contraria. Sobresale el comportamiento del municipio de Cartaya, cuyo aumento del 4,5% en su población le permite ingresar entre aquellos que tienen una población superior a los 20.000 habitantes, con las ventajas fiscales que ello supone. Isla Cristina o Punta Umbría hacen gala de su potencial turístico y ambas localidades se apuntan incrementos poblacionales, mientras que en Palos y Lepe, la explicación hay que buscarla en la actividad industrial y agrícola como la explicación más razonable a sus aumentos de residentes.

La ausencia de servicios básicos es una de las consecuencias inmediatas de la pérdida de población. La ausencia de servicios básicos es una de las consecuencias inmediatas de la pérdida de población.

La ausencia de servicios básicos es una de las consecuencias inmediatas de la pérdida de población. / Rafa del Barrio (Puerto Moral)

Según explicó a Huelva Información Rocío Espinosa, coordinadora del Comisionado Provincial para el Reto Demográfico de la Diputación de Huelva, “hay localidades en las que la pérdida de población, según las series que manejamos, hablan de que se han dejado el 40% de sus residentes en los últimos 20 años. Por contra, en ese mismo periodo de tiempo, Aljaraque, por ejemplo ha incrementado su población en más de un 98%. La gente se va desde los pueblos del norte hacia los del sur. En un hecho incontestable”. Además, se añade una peculiaridad destacable a la hora de hablar de la provincia de Huelva, ya que la “densidad y la dispersión son muy bajas. Son pueblos de mucha superficie con poblaciones pequeñas, por lo que el riesgo de despoblación se acrecienta. Los datos comparados con el resto de provincias tampoco nos dejan demasiado bien en este apartado. Granada oJaén sí tienen esa densidad de población más alta, pero el caso de Huelva y el de Almería, por hablar exclusivamente de las andaluzas, son más preocupantes”.

Para Espinosa, se trata de algo más serio que un problema estadístico, ya que se “abandonan prácticas agrícolas y forestales que favorecen a esos territorios, con lo que también se produce una degradación ecológica importante”. El trabajo de Sergio del Molino, el primero que habló sobre la España vacía, es una realidad mucho más cercana de lo que parece. En cuanto a las causas, Espinosa advierte de que “son mucho más transversales de lo que parecen, ya que van desde la falta de infraestructuras, al reto digital, aunque no hay que caer en simplificaciones, ya que se trata de soluciones mucho más complejas de lo que parece”. A su juicio, “se abandona los pueblos por la falta de servicios básicos que todos necesitamos para vivir y que van desde una guardería para los niños, a disponer de un médico cercano, conexión a internet, o un cajero automático. Hay que tener en cuenta que en Huelva hay nueve localidades que no tienen ninguno”.

A esos servicios básicos se añaden “la falta de oportunidades para encontrar un trabajo o el problema de la vivienda; hay muchas vacías y otras que necesitan ser rehabilitadas con lo que se abre un campo muy importante de oportunidades para ser aprovechadas”. Lo que sí tiene claro es que “se trata de un problema a afrontar desde muchas disciplinas y, especialmente, entre todas las administraciones; una sola no puede arreglarlo”.

La ausencia de vivienda o el deterioro de las mismas es uno de los retos fundamentales. La ausencia de vivienda o el deterioro de las mismas es uno de los retos fundamentales.

La ausencia de vivienda o el deterioro de las mismas es uno de los retos fundamentales. / Rafa del Barrio (Puerto Moral)

El catedrático de la Universidad de Huelva, Jesús Monteagudo, confirma también esa tendencia a la despoblación que se vive “especialmente en las comarcas del Andévalo y de la Sierra, víctimas de un proceso largo que se acrecentó sobre todo tras la creación del polo industrial que requería una cantidad de mano de obra importantísima, así como a la explosión de la agricultura que hizo que muchos pueblos se vaciaran, por la propia pérdida de población o por el envejecimiento de la misma”. Si Espinosa sugería la inversión de la emigración del norte al sur, la teoría de Monteagudo se basa en el comportamiento de la provincia “como si fuera víctima de la ley de la gravedad, ya que parece que la población se cae hasta el sur de Huelva”.

El catedrático tiene una visión mucho más radical, ya que considera que “acabamos de salir de un confinamiento, cuando Huelva lleva años confinada. Estamos en un fondo de saco que se palió en una buena parte cuando entramos en la Unión Europea, cuando se trasladó a Portugal y hay que recordar que hasta 1991 no tuvimos puente que nos uniera, había una desconexión total”.

Ahora, a su juicio, tampoco existe tanta diferencia “ya que no tenemos conexión con la Autovía de la Plata porque la A-435 es impresentable, tampoco con la autovía del Mediterráneo y los ferrocarriles son del siglo XIX”. Monteagudo reconoce que “no soy muy partidario del concepto de España vaciada, yo hablaría más de despoblada, pero estamos abandonados completamente y tratándose de una provincia costera es más alarmante todavía. Es que además hay cosas incomprensibles; por ejemplo los hoteles en Huelva están cerrados desde octubre y en el Algarve están todos abiertos, o los empleos en la campaña agrícola que requieren mano de obra procedente de otros lugares”.

En cuanto a comunicaciones, a pesar de reconocerse “poco amigo del aeropuerto, sí que deben mejorar las conexiones ferroviarias y menos mal que tenemos el Puerto que es lo que nos conecta con el exterior”. La explicación que encuentra tiene un trasfondo político: “es una provincia que es un granero para el PSOE, así que cuando gobierna no se ocupa de ella porque la da como ganada y para el PP tampoco es trascendente porque hagan lo que hagan no la van a ganar nunca”.

Eso, en su opinión es “lo que justifica que nos hayamos convertido en el vertedero de media Europa, con el traslado del los residuos que nadie quiere; todo sigue igual y esperamos que ahora con la nueva consideración de la energía nuclear como verde, no se le ocurra a nadie instalar una central en la provincia, porque geológicamente es la parte del país más estable, todo el oeste y además es la más despoblada”.

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