Kiko Rivera ya se encuentra en su casa ("he vuelto a nacer" ha reconocido) después de haber sufrido el ictus este viernes y encontrarse ya totalmente fuera de peligro y tras 48 horas de observación médica. El ataque fue leve y eso permitió que estuviera controlado desde el primer momento por el equipo del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla. 

El hijo de Isabel Pantoja ingresó el pasado viernes de madrugada en dicho hospital sevillano tras sufrir molestias a lo largo del jueves. Estaba acompañado de su mujer, Irene Rosales, y tras haber sido atendido en un centro privado. La esposa del dj ha estado a su lado en todo momento y tranquilizó en la tarde del viernes sobre su estado, agradeciendo la labor de los sanitarios.

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Isabel Pantoja se puso en contacto con su hijo tras haber tenido tiranteces a lo largo de estos meses por el futuro de la finca Cantora y pudieron hablar, tras pedir que el estado de nerviosismo de Kiko debía aplacarse en todo momento tras la crisis sufrida.

Kiko ha mostrado en cuatro mensajes en las redes el agradecimiento por el interés mostrado por tantos seguidores y ha agradecido especialmente la labor en el hospital sevillano, que tuvo que salir al paso de algunos comentarios de trato de favor. La situación preocupante del ictus, en esa observación médica, obligaba a una tranquilidad absoluta del paciente.

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Rivera era dado de alta este lunes al mediodía, tras estar controlada la crisis vascular. Abandonó el hospital con ropa informal, acompañado de su mujer, y ante los flashes de los fotógrafos que hacían guardia. Ahora toca cuidarse más y vigilar la dieta y hábitos, además de estar cerca de su familia. "Mi vida ya no volverá a ser la misma", ha admitido en las redes.