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San Fernando

¿Cambiar el nombre de San Fernando?

  • ¿Llamarse La Isla o San Fernando? El debate, por muy llamativo que resulte, ni es nuevo ni forma parte de la agenda del gobierno  

  • Ya en 1998 el PSOE propuso el cambio de denominación en el pleno... Y fracasó  

  • IU no quiere el nombre de San Fernando para La Isla 

Monolito con el nombre de San Fernando colocado a la entrada de la ciudad en 2019.

Monolito con el nombre de San Fernando colocado a la entrada de la ciudad en 2019. / Román Ríos (San Fernando)

El debate no es ni mucho menos nuevo. La propuesta que IU –que carece de representación en el Ayuntamiento– lanzaba días atrás aprovechando las vísperas del 24 de Septiembre incidía en un tema que viene de largo o, si se quiere, en una espinita que muchos ciudadanos tienen aún clavada: lo de llamarse La Isla, su denominación de siempre, en lugar de San Fernando, que es el nombre que lleva desde 1813 en honor a Fernando VII.

Que aquel Borbón pasara a la Historia como uno de los peores monarcas de España y que fuera recordado con el apelativo de "felón" no es algo que ayude y entusiasme a los ciudadanos, desde luego. Aunque lo cierto –si nos quedamos con lo positivo– es que la denominación llegó cuando Fernando VII todavía era el rey al que llamaban El Deseado y fue, además, un honor concedido especialmente por Las Cortes para reconocer el heroico papel que había tenido la villa durante el largo asedio de la Guerra de la Independencia y al dar cabida a las primeras sesiones de los diputados, que posteriormente dieron lugar a la Constitución de 1812.

En la práctica coexisten pacíficamente y sin problemas ambas denominaciones, la histórica y la oficial. Hay incluso quien matiza al utilizar La Isla para referirse a su esencia más tradicional –sus barrios de siempre, sus costumbres– y San Fernando para abarcar los nuevos desarrollos de las últimas décadas, esa nueva ciudad y esos nuevos vecinos que terminaron por afincarse en la localidad.

El fondo del debate no va en realidad de Fernando VII, aunque para algunos partidos –como es el caso de IU– este sea un argumento especialmente relevante. Es una cuestión puramente sentimental. Y desde luego la propuesta no tiene nada de original. Hace 23 años, el propio PSOE de San Fernando se encargó de poner sobre la mesa el debate, que en aquellos tiempos dio mucho que hablar y suscitó numerosas reacciones.

En 1998, la socialista María Jesús Castro pretendió la creación de un grupo de trabajo y llegó incluso a consultar con expertos de la UCA. "Los isleños no se sienten identificados con el nombre de San Fernando", decía entonces. La propuesta se trasladó al pleno del Ayuntamiento en forma de una moción que fracasó ante la falta de apoyos a pesar de que los socialistas gobernaban entonces con el PA, que no apoyó la idea.

"Fue una propuesta del partido que se vinculó además a la lucha por el trato especial –las compensaciones al municipio por la insularidad y sus servidumbres que se reclamaban al gobierno– con la idea de fondo de visibilizar que San Fernando era una isla", cuenta la senadora, que hoy se muestra incluso más convencida que entonces de la necesidad de abordar ese cambio de denominación.

Una década después, la conmemoración del Bicentenario de La Cortes azuzó nuevamente el debate acerca del cambio de nombre, sobre todo cuando en 2013 se celebraron los 200 años de la concesión del título de San Fernando. Eso sí, en esta otra ocasión, el tema no llegó siquiera a saltar a la arena de la política.

Y ahora tampoco parece que vaya a tener mucho más recorrido. Lo de cambiar la denominación de la ciudad ni está en la agenda del gobierno municipal ni en la de los partidos que engrosan la bancada de la oposición. Y tampoco –aunque la cuestión, cada vez que se toca, tiene una indiscutible repercusión al apelar a lo sentimental– existe un clamor ciudadano que demande al Ayuntamiento dicho cambio. No es que no sea una prioridad sino que ni siquiera es algo que se plantea dado que, como se ha dicho, en la práctica además coexisten sin problemas la denominación tradicional y la oficial.

"Lo del nombre es algo recurrente que va y viene pero no es algo que esté previsto por este gobierno", confirma la alcaldesa, Patricia Cavada. "Ni estamos en eso, ni entendemos que exista un sentimiento en este sentido para cambiar el nombre de la ciudad. No hay un debate abierto al respecto ni hay razones reales que nos haga plantear esta cuestión con independencia de la opinión que cada uno pueda llegar a tener", reconoce la regidora.

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