Cofrades para la historia
De pronto se hizo mucha orfandad
Daniel Jiménez-Quirós Martínez (1957-2010). Abogado y siempre fiscal de paso en San Isidoro se enganchó a la Hermandad del Santo Entierro en sus tiempos de estudiante de Derecho.
Antes que trianero fue soleano
Antonio Ordóñez Araújo (1932-1998). Creció en Nervión, estudió en los Escolapios y debutó en la Soledad. Antonio García Carranza lo llevó a la Esperanza de Triana y fue su hermano mayor.
Un torero sitiado por dos amores
Manuel Vázquez Garcés (1929-2005). Fue hermano mayor de San Bernardo entre 1962 y 1966. Llegó al Gran Poder de la mano de su suegro y su última estación de penitencia fue en la Madrugona.
El palermo que vino de Versalles
José María O'Kean Blanco (1927-2004). Como hermano mayor del Valle en la Coronación de la Virgen culminó una vida sevillanísima. El deporte como practicante y directivo, otra de sus pasiones.
Enorme pastor y cofrade ejemplar
Eugenio Hernández Bastos (1903-1999). Llegó a Sevilla reclamado por el cardenal Segura. Canónigo por oposición, Amigo Vallejo lo nombró arcediano en 1983. Cofrade ejemplar en el año 1982.
Un número uno muy polifacético
Antonio Delgado Roig (1902-2002). Fue autor de la Basílica del Gran Poder y de innumerables obras en iglesias sevillanas. Era hermano número uno del Silencio, del Baratillo y del Sevilla Fútbol Club.