Campaña

“Desde la Junta seguiremos mostrando un apoyo incondicional al sector frente a la competencia desleal de terceros países”

  • Entrevista a Carmen Crespo - Consejera de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía 

Carmen Crespo, consejera de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía.

Carmen Crespo, consejera de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía.

-¿Qué balance hace de la campaña 2019-2020 en términos generales?

Esta campaña ha estado marcada, sin duda, por el Covid-19. La pandemia ha condicionado en gran medida el trabajo de los agricultores que, a pesar de las dificultades añadidas y de las medidas sanitarias que han tenido que ir incorporando a su día a día para desarrollar con seguridad su trabajo, no han parado ni un sólo día para poder abastecer los mercados. El Covid-19 asaltó a los profesionales del campo en plenas reivindicaciones por un precio justo por sus productos y, a pesar de ello, no se lo pensaron dos veces para dejar las protestas y dar lo mejor de sí mismos ofreciendo alimentos de máxima calidad e incluso contribuyendo con su maquinaria en las labores de desinfección. La producción ha bajado en numerosos sectores y la rentabilidad de las empresas también se ha visto, en muchos casos, comprometida. Especialmente la ganadería extensiva, el vino o la flor cortada y la planta ornamental, que se han visto muy afectados por el cierre del canal Horeca al ser su principal vía de comercialización.

-¿Cómo ha influido en este curso la crisis sanitaria?

Ha añadido complicaciones que hasta ahora no existían pero, gracias a la concienciación, el esfuerzo y el compromiso de los empresarios y trabajadores del sector, los resultados han sido buenos. Los mercados han estado abastecidos en todo momento, garantizando así el acceso de los ciudadanos a unos productos básicos de calidad y con toda la seguridad alimentaria y eso es, en sí, todo un éxito. Esto no significa, desgraciadamente, que no se hayan notado las consecuencia en el sector. Son múltiples los afectados como, por ejemplo, los productores de flor cortada y planta ornamental, los ganaderos de extensivo o los viticultores y bodegueros. Profesionales que precisan del apoyo de las Administraciones para poder hacer frente a los efectos del cierre del canal Horeca durante los meses de confinamiento y que, ante la amenaza de una segunda oleada, siguen manteniendo la incertidumbre de cara a la próxima campaña.

-¿Qué papel ha tenido el sector primario durante esta pandemia?

Los trabajadores del sector agroalimentario han sido nuestros “héroes invisibles” en la pandemia. Han salido de sus casas, incluso en los momentos más duros, para hacer posible que los demás ciudadanos tuviéramos todo lo que necesitábamos en nuestra mesa. Y todo ello respetando, estrictamente, los protocolos sanitarios establecidos para garantizar su seguridad y su salud. Han sido, y siguen siendo en el proceso de recuperación, un colchón para afrontar la crisis. Por eso, precisamente, las Administraciones debemos mantenernos a su lado y ayudarles en su labor diaria. Tenemos que colaborar para conseguir la máxima seguridad y que, si se detecta  algún contagio, todos los protocolos se activen inmediatamente para facilitar la mejor reacción y el rastreo. Los agricultores lo saben y están comprometidos con esta causa. Junto a ellos, las Consejerías de Salud, Empleo y Agricultura hemos consensuado unas medidas que persiguen intensificar la prevención, elevar al máximo las precauciones y actuar de forma coordinada en las campañas. El protocolo aprobado por la Junta de Andalucía ofrece a los empresarios y trabajadores de las explotaciones agrarias las claves a tener en cuenta, por ejemplo, cuando se produzca un contagio.

-¿Cree que pese a todo esto, desde fuera, se sigue marginando al sector agrario?

No estoy de acuerdo con esa idea. Quizás, hasta ahora, la sociedad en general no era tan consciente de la labor que se realiza a diario en los campos, las fábricas y las empresas de transporte para conseguir que los supermercados y las tiendas que tenemos en nuestros barrios tengan esa enorme oferta de alimentos de calidad que, muchas veces, damos por supuesta. Pero eso no significa que se margine al sector. De hecho, cada vez son más los consumidores que dejan de mirar tanto el precio y se fijan más en otras cualidades de los alimentos que compran porque reconocen, por ejemplo, de la importancia del método de producción y del desembolso que suponen algunas técnicas de cultivo. Los agricultores y los ganaderos inician la cadena para que los trabajadores de las industrias agroalimentarias puedan recibir la materia prima que necesitan en la elaboración de sus productos; los transportistas recogen alimentos para llevarlos a los negocios que los venden; y los empleados de estos comercios lo ponen a nuestra disposición. Son miles de empleos que dependen de ellos para mantenerse y miles de hogares que esperan sus productos para consumirlos. Debemos darles el lugar que merecen y, personalmente, creo que la sociedad de hoy es más consciente de ello.

-¿Es la futura PAC lo que más preocupa en este momento a su Consejería?

Sí, es una de las cuestiones que más nos preocupa y nos ocupa porque el debate europeo continúa aún abierto y hay que seguir peleando desde España para defender los intereses de los productores ante posibles cambios de la PAC que supongan perjuicios en nuestra tierra. La PAC es absolutamente necesaria para los agricultores y ganaderos, unos profesionales que han ejercido como red de seguridad durante la pandemia y que han abastecido los mercados de medio mundo en una situación de complejidad extrema. Trabajadores a los que, lejos de agradecer su esfuerzo, se les siguen aumentando las exigencias al tiempo que se le reducen los recursos. En comparación con el marco actual 2014-2020, son nada más y nada menos que 40.000 millones de euros menos de presupuesto para la nueva PAC a nivel europeo. Se trata de una situación totalmente injusta que debemos evitar ahora que aún estamos a tiempo. Por eso, desde Andalucía hemos vuelto a solicitar al Ministerio que apueste por una diplomacia activa en Bruselas hasta el final, sin rendirse hasta que el tiempo de las negociaciones esté realmente concluido.

Carmen Crespo visita una cooperativa agrícola. Carmen Crespo visita una cooperativa agrícola.

Carmen Crespo visita una cooperativa agrícola.

-¿Cómo afectaría para Andalucía la actual propuesta?

Este tijeretazo del 10% al presupuesto de la PAC se traduciría, a nivel nacional, en una reducción de alrededor de 5.000 millones de euros; y en el caso andaluz, en un recorte de más de 1.200 millones de . Y frente al conformismo que muestra el Gobierno central, desde la Junta creemos que aún hay posibilidad de mejora y que, por tanto, el ministro debe seguir reivindicando en Bruselas un presupuesto más justo para la nueva política europea. En general, nos preocupa que se puedan presentar propuestas sin contar con informes de impacto al respecto de asuntos de peso como, por ejemplo, una posible reducción de las regiones productivas y la definición del agricultor genuino. Y, por supuesto, nos mostramos en contra de que se produzcan trasvases de fondos entre Comunidades Autónomas.

-¿En qué punto está la problemática de la subida de los aranceles por parte de Estados Unidos?

Desgraciadamente, en el mismo que hace meses. Por más que desde Andalucía reclamamos insistentemente al Gobierno central que haga gala de una diplomacia proactiva en este asunto, ni siquiera hemos conseguido fijar un encuentro bilateral con el ministro Luis Planas en el que poder abordar las consecuencias de la política de Trump en sectores andaluces tan afectados como el aceite de oliva y la aceituna de mesa. La actitud pasiva que ha mantenido hasta ahora el Gobierno de España no ha dado resultados, por lo que rogamos al Ministerio de Agricultura que no pierda ni un minuto más y trabaje con Bruselas para resolver un conflicto que supone una injusta condena para los productores de Europa, de España y de Andalucía. Esta situación precisa de un frente común sin fisuras que nos permita acabar con una guerra comercial en la que el sector agrícola se ha visto inmerso a pesar de que, realmente, no tiene cartas en el asunto.

-¿Y con respecto al Brexit?

También se trata de una tema en el que, al superar las competencias del Gobierno autonómico, insistimos en la necesidad de que la Diplomacia española se interese pòr cada uno de los pasos que se están dando. Ésta es la única manera de poder asegurarse de que el acuerdo final sea satisfactorio para el país y, por ende, para Andalucía. Se acerca la fecha límite para alcanzar un consenso y, desgraciadamente, el ritmo de las negociaciones no ha sido, hasta la fecha, muy bueno. Esta situación nos preocupa especialmente a los andaluces porque el Reino Unido es un mercado de gran importancia para nuestro sector agroalimentario. Cada año exportamos toneladas de alimentos al mercado británico: frutas, especialmente frutos rojos, y también hortalizas, aceite de oliva, vino, licores… Prácticamente todos los sectores de nuestra Comunidad Autónoma se verían afectados por un Brexit duro. Por tanto, que Bruselas alcance un buen acuerdo es fundamental para nuestra tierra.

-Usted siempre hace mucho hincapié en el control de los contingentes de países terceros, ¿maneja ya la Consejería esta información?

A pesar de haberla demandado en numerosas ocasiones al Ministerio, únicamente disponemos de los datos que están accesibles para todos los ciudadanos a través de la web de la Unión Europea que recoge información de este tipo. Y como responsable de Agricultura en la región, considero necesario dar mayor agilidad a estas referencias que resultan de interés para los andaluces al vernos afectados por las importaciones de productos que nosotros mismos comercializamos. Desde la Junta hemos mostrado, y seguiremos haciéndolo, un apoyo incondicional al sector frente a la competencia desleal que en ocasiones sufren los agricultores de nuestra tierra por parte de terceros países. Al respecto, es vital el cumplimiento de los contingentes establecidos que, por cierto, creemos que es preciso revisar desde Bruselas para adaptarlos a las circunstancias actuales. El objetivo final no es ni más ni menos que garantizar que todos los agentes de la cadena, independientemente de su lugar de procedencia, se adaptan a las mismas reglas de juego. A esta medida se suma, además, otra que también consideramos fundamental: la aplicación del principio de preferencia comunitaria. De esta forma, estaremos defendiendo en mayor medida los intereses de los productores europeos. El sector agroalimentario es estratégico en el ámbito económico y para la generación y mantenimiento de empleo, por lo que su peso en la reactivación de Andalucía es muy alto.

-El campo ha tomado conciencia de la difícil situación por la que vienen pasando los agricultores por los precios en los últimos años, y han salido a la calle para reivindicar un cambio. ¿De qué manera está trabajando la Junta de Andalucía para revertir esta situación?

El cese de las manifestaciones es una prueba más de la concienciación de los agricultores y ganaderos con su papel en la sociedad, ya que, a pesar de continuar sufriendo precios bajos, abandonaron sus reivindicaciones para volcarse en el abastecimiento de los mercados durante el confinamiento por Covid-19. Por nuestra parte, nos hemos puesto al lado de los productores andaluces para apoyarles en sus reclamaciones porque entendemos que la unión es la vía más eficiente para lograr que perciban un precio justo por su esfuerzo y sus producciones y acabar así con el lamentable desequilibrio que se observa a veces en la cadena alimentaria. Ejercemos de intermediarios de los agricultores y ganaderos de Andalucía ante la Administración central, de quien depende, por ejemplo, la normativa relativa a esta cuestión, y seguiremos respaldándoles en la medida de nuestras posibilidades.

-¿Cuáles son los principales proyectos que se acometerán este año desde su cartera?

Es difícil seleccionar unas pocas actuaciones en una Consejería en la que trabajamos en ámbitos de gran peso en la economía andaluza como la agricultura, la ganadería y la pesca, y a los que se suman otro alcance fundamental: el medio ambiente. El desarrollo sostenible de las actividades del sector primario, es decir, su mantenimiento y mejora en competitividad en sintonía con el máximo respeto al medio natural podría considerarse el leitmotiv de este Departamento, ya que entronca de forma clara con la Revolución Verde que impulsamos desde la Junta de Andalucía en esta legislatura. Para ello, por ejemplo, continuaremos poniendo al servicio de los productores convocatorias de ayudas que respalden mejoras en el sector como la modernización de explotaciones y agroindustrias o proyectos empresariales que apuestan por la innovación y, en concreto, por la digitalización de la agricultura y la ganadería. Además, y en el sentido que comentábamos antes de continuar avanzando en sostenibilidad, también mantendremos el respaldo que ya venimos ofreciendo a quienes se deciden por métodos de producción respetuosos con el entorno, especialmente, a las explotaciones que se encuentra en las proximidades de zonas protegidas por su valor ambiental.

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