No han sentando bien en las filas de Spanair las declaraciones de la Ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, durante su comparecencia en el Congreso para dar explicaciones sobre el accidente de Barajas, en la que relató, como información relevante, que la aerolínea se planteó cambiar de avión tras los primeros problemas, algo habitual en los protocolos para situaciones de avería como la del MD siniestrado. 

"Nos sentimos humillados y apaleados", señalan trabajadores de Spanair en una carta abierta al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en la que denuncian que Álvarez ha hecho de una actuación "normal", pues entra dentro del protocolo sugerir un cambio de aeronave, "una evidencia de la culpabilidad" de la compañía y sus empleados. Ante este escrito Zapatero ha salido en defensa de la ministra y aseguró que no ha querido poner "ninguna sombra de duda" sobre nadie. La dirección de la compañía se ha desmarcado de la carta, en la que el comité de empresa no participó.

En la misiva, trabajadores de Spanair mostraron su "indignación" por la actuación de la titular de Fomento cuyas declaraciones, en vez de calmar la situación que se vive actualmente en los aeropuertos, ha contribuido, a su juicio, a "alimentar un sentimiento público de indignación" contra la empresa, "haciéndola responsable del accidente", un método que utiliza para "escurrir el bulto de cualquier responsabilidad relacionada con la seguridad aérea". Por este motivo, piden a Zapatero que lleva a cabo un "gesto público que despeje cualquier sombra de dudas sobre la actuación de la compañía y sus profesionales" y les salve del "injusto linchamiento" al que consideran que están siendo sometidos".

Así, según se puede leer en la carta, los trabajadores consideran que revelar "de forma notoria y como información trascendente" que Spanair intentó sustituir el avión accidentado, una actuación que se considera "normal" ante una incidencia de este tipo, ha promovido que sea interpretada comO" una evidencia de la culpabilidad de Spanair y de sus empleados": "Nos sentimos humillados y apaleados, difamados por la conducta de un miembro de su Gobierno", añaden en el escrito. Además, expresan su temor a la pérdida de sus puestos de trabajo ya sea "por la pérdida de confianza" de los clientes de la aerolínea ante "las difamaciones vertidas" como por el "clímax social incentivado" por Álvarez, que conlleve a una retirada del certificado de operador de Spanair.

A este escrito se refirió el presidente del Gobierno, durante una entrevista en Telecinco. Zapatero salió en defensa de Álvarez afirmando que la comparecencia de la ministra es un "ejercicio de transparencia" y que ni ella ni nadie "ha querido poner ninguna sombra de duda sobre la actuación de nadie". Además, reconoció que no es infrecuente que una compañía tenga preparado otro avión cuando alguna aeronave tiene algún problema. "Esa información como todas las actuaciones y todos los hechos y todas las comunicaciones, como debe ser, que suceden en Barajas están registradas y grabadas", dijo Zapatero.

Sin embargo, la secretaria general del PP, María Dolores De Cospedal, al igual que los empleados de la aerolínea, no se mostró partidaria de la declaraciones de Álvarez, y denunció que no se pueden crear incertidumbres "si no se tiene conocimiento absoluto" de si una compañía es segura o no. "Si el Gobierno tiene la certidumbre de si una compañía no es segura tiene que decirlo claramente, y si no tiene esa certidumbre lo que no puede hacer es general inseguridad en los pasajeros", sentenció. De Cospedal calificó "chocantes" las palabras de la ministra, pues no le pareció lógico que pusiera "en duda" los datos ofrecidos por su departamento y le acusó de "echar las culpas a diestro y siniestro", incrementando así la inseguridad entre los ciudadanos. 

Con todo, Cospedal recalcó que el PP "no va hacer sangre" con el desarrollo del accidente ni va llevar a cabo una actuación partidista, pero instó al Gobierno a dar "declaraciones sensatas" del accidente "que impliquen transparencia" y tranquilicen a los ciudadanos y generen seguridad en los viajes aéreos.

Por su parte, la compañía Spanair se ha desmarcado de esta carta de empleados de la compañía, asegurando que "no ha promovido ni alentado la difusión" de este documento y que desconocía tanto la iniciativa como el contenido del mismo. De este modo, mediante un comunicado Spanair aclara que la postura redactada representa a los empleados "no representa de modo alguno la posición oficial de la compañía" y precisa que desde el mismo momento en el que se confirmó el accidente aéreo el pasado 20 de agosto "Spanair estableció todas las líneas de comunicación y colaboración con todas las autoridades, a todo nivel". Dicha colaboración con el Gobierno "ha sido positiva"; explican en la nota, en lo que se refiere a la atención de víctimas y a sus familia "y en los procesos de investigación judicial y técnica en curso".

Del mismo modo, el comité de empresa ha negado su participación en la redacción de la misiva.