Sociedad

Qué son los anticuerpos monoclonales y para qué sirven

El tratamiento ha sido desarrollado en laboratorios y solo puede suministrarse a personas contagiadas con el COVID-19

El tratamiento ha sido desarrollado en laboratorios y solo puede suministrarse a personas contagiadas con el COVID-19

Una de las preguntas que más se repiten tras un diagnóstico positivo en una prueba de detección del COVID-19 es cómo reducir los riesgos que supone contraer esta enfermedad. Actualmente, tras más de un año de pandemia ya existen tratamientos para minimizar estos riesgos. De hecho, una terapia reciente, siempre en base al historial clínico del paciente y a los síntomas, parece ser que ha dado con la respuesta definitiva de forma más que esperanzadora.

El tratamiento con anticuerpos monoclonales, mAb en sus siglas en inglés, puede reducir la cantidad del virus SARS-CoV-2 en el cuerpo del paciente, es decir, la carga viral procedente de la enfermedad. Si la carga viral es más baja, menor será el riesgo de hospitalización.

¿Qué son los anticuerpos monoclonales y a qué pacientes pueden ayudar?

Nuestro organismo de forma natural desarrolla anticuerpos para luchar contra las infecciones. La problemática en torno al coronavirus radica en que al tratarse de una enfermedad relativamente "nueva" puede engañar a estos anticuerpos. El tratamiento basado en anticuerpos monoclonales se desarrolla en laboratorios para atacar concretamente esta infección y se suministra a las personas contagiadas mediante una transfusión. De esta manera, todos aquellos pacientes que tengan más riesgo de sufrir la enfermedad de manera más grave pueden detener los altos riesgos del virus en su organismo; de forma que no necesiten ser hospitalizados.

Los anticuerpos monoclonales tienen un proceso diferente al de las vacunas. Las vacunas incentivan la respuesta inmunitaria natural del cuerpo, para que sea este el que evite el riesgo de infección y que el organismo sea el que realice la respuesta ante el contagio. Si a pesar de ello se ha producido el contagio, es cuando entrará en juego el tratamiento con anticuerpos monoclonales. Entre las personas que pueden recibir tratamiento con anticuerpos monoclonales y minimizar sus riesgos se encuentran aquellas que tengan síntomas leves o moderados y cuyas pruebas de COVID-19 hayan detectado el contagio en los últimos diez días y que, además, tengan un alto riesgo de presentar síntomas más graves debido al contagio. 

El tratamiento se administra en centros médicos de Estados Unidos, en centros de transfusión a través de vía intravenosa y es un proceso que lleva entre 3 y 4 horas. El profesional médico realiza una evaluación e inmediatamente se realiza la transfusión en menos de una hora. Durante otra hora el paciente deberá permanecer en el centro para verificar que no presente ningún efecto secundario o reacción alérgica. Los expertos advierten que si bien este tratamiento revierte los síntomas más graves del virus, el paciente sí que tiene la capacidad de transmitirlo por lo que es recomendable que siga aislado hasta que hayan pasado al menos diez días desde los primeros síntomas. 

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