Sociedad

El sida se propaga en Latinoamérica por el enorme atraso en la prevención

  • Los gobiernos de América Latina y el Caribe tratan de canalizar más fondos para combatir el VIH en una región con 1,83 millones de infectados, una cifra que va en aumento

Esa será una de las cuestiones centrales a debate en la XVII Conferencia Internacional del Sida (AIDS 2008) que se inaugura el próximo domingo en México y que es la primera que se celebra en un país latinoamericano. La reunión, según sus organizadores, será además una "gran oportunidad" para llamar la atención sobre la excesiva dependencia de la cooperación internacional para combatir el problema en la región.

Esa es la opinión de la chilena Raquel Child, especialista en prevención de VIH/sida del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA) y quien en entrevista con Efe diferenció lo que sucede en el Caribe y en el resto de Latinoamérica.

Los países caribeños, con 230.000 seropositivos, son, tras el África Subsahariana, "la segunda región del mundo más afectada por la epidemia de VIH y sida" entre adultos, con altas tasas de contagio entre heterosexuales, indicó.

La característica de esta zona es que "la mujer está en una situación de absoluta inequidad respecto al hombre", lo que se manifiesta en situaciones tan graves como la de Haití, con dos infectadas por cada varón.

En el conjunto de América Latina, donde hay 1,6 millones de personas con VIH, el contagio más común está ligado a hombres homosexuales y a la prostitución.

Los indicadores muestran que en casi todos los países la enfermedad aparece de forma "concentrada", es decir, afecta a menos del 1% de la población general y a más del 5% de los grupos en riesgo o vulnerables.

Bolivia es el único país donde el sida puede ser considerado "incipiente" (menos del 1% en población general con VIH y menos del 5% entre los citados grupos), mientras que en Honduras, Panamá y Belice es "generalizado" (más del 1% de la población general infectada), según Child.

El mayor problema, según la experta, estriba en que "el número de personas que se infectan al año supera al de las que ingresan a tratamiento".

Brasil concentra un tercio de los casos de VIH pero ha sido uno de los países que "se ha comprometido con la epidemia desde el inicio", con recursos propios y prestamos del Banco Mundial, agregó.

La incidencia del sida en la región ha disminuido por la generalización del tratamiento con antiretrovirales, que da cobertura al 70 por ciento de los afectados, lo que situó la mortalidad anual en 58.000 muertes en 2006.

Otro aspecto a destacar, según la experta, es el avance en la "visibilización de las necesidades de las comunidades homosexuales y el respeto a sus derechos humanos".

Sin embargo, un obstáculo habitual es el machismo reinante, "que desprecia y rechaza cualquier otra expresión de masculinidad diversa" y dificulta la prevención, precisó.

Destinar más fondos en los presupuestos nacionales para combatir el VIH y mejorar la calidad en los programas de prevención son otros retos pendientes.

Fundamental en las mejoras de los últimos años han sido la sociedad civil y los grupos afectados, "que han actuado para movilizar voluntades y financiación", en contraposición a los gobiernos, "bastante más lentos en responder", dijo Child.

La experta también atribuyó el atraso regional al peso en la sociedad de la Iglesia católica y otros credos.

"Las propuestas de la abstinencia, el condón y la fidelidad, no son suficientes. Para tener respuestas de calidad tenemos que dar un salto cualitativo en conocimiento de las culturas sexuales (...) y construir respuestas preventivas", apuntó.

Un aspecto más sobre el que reclamó atención fue la creciente "feminización" de la enfermedad, que se manifiesta, por ejemplo, en una prevalencia del 0,5 por ciento del VIH entre las mujeres latinoamericanas embarazadas, un nivel que Child consideró "alto".

En conjunto la prevalencia promedio del VIH en América Latina es del 0,6 por ciento.

No obstante hay países donde ese porcentaje aumenta para grupos específicos: hasta el 11 o el 12 por ciento entre las prostitutas y en torno al 30 por ciento entre los hombres homosexuales.   

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