Pedro Rodríguez. Presidente de ASA Andalucía

“La prioridad ha sido salvaguardar el agua como derecho”

  • Las empresas andaluzas de abastecimientos de agua y saneamientos han puesto en marcha importantes planes de contingencia y de acción social durante la crisis sanitaria.

Pedro Rodríguez es el presidente de la asociación ASA Andalucía.

Pedro Rodríguez es el presidente de la asociación ASA Andalucía.

Científicos, psicólogos, empresarios, políticos, sociólogos... Todos coinciden en que la crisis sanitaria mundial provocada por la irrupción del coronavirus, que se ha cebado especialmente con España, ha conseguido que las personas aprecien como nunca las cosas sencillas: un abrazo, una charla, un compañero de trabajo, un paseo.

La sencillez de lo cotidiano, de todo aquello que el confinamiento ha cercenado del día a día de la gente, pero también de lo que ha estado garantizado: el alimento, el suministro eléctrico, la conexión a Internet y por supuesto algo tan sencillo como abrir un grifo del que sale agua corriente.

Algo tan simple que a menudo no se cae en la cuenta de que detrás de ese pequeño gesto hay kilómetros de tuberías, instalaciones de saneamiento, acometidas, plantas potabilizadoras, depuradoras y, por encima de todo, centenares de trabajadores que en estos días de confinamiento han hecho posible que el abastecimiento de un recurso tan esencial como el agua no se haya visto alterado a pesar de las extremas circunstancias.

Detrás de todo eso, el trabajo y el compromiso de las empresas de la región que, en su mayoría representadas por la Asociación de Abastecimientos de Agua y Saneamientos de Andalucía (ASA Andalucía) han hecho posible no sólo la continuidad del servicio, sino también la adaptación del mismo ante el problema añadido del cierre de innumerables establecimientos y negocios. Pedro Rodríguez, presidente de ASA Andalucía, explica en esta entrevista cómo está siendo la realidad de las empresas de aguas andaluzas ante una situación excepcional que ha puesto a prueba sus capacidades.

-Parece que en estos días hemos aprendido qué bienes son esenciales. El agua es uno de ellos.

-Empezaría citando textualmente lo que dijo la OMS el pasado 11 de marzo, cuando declaró la pandemia: “El suministro de agua de consumo humano y el saneamiento son elementos esenciales para la protección de la salud humana durante todos los brotes de enfermedades infecciosas”. Queda absolutamente claro el carácter esencial que tienen el consumo y el saneamiento de agua. Por eso mismo, considerando que son servicios esenciales, el sector del agua en Andalucía ha tenido muy claro que había que establecer una prioridad fundamental: salvaguardar el agua como derecho humano indispensable y analizar nuestros servicios para darlos con las máximas garantías y en las mejores condiciones de salubridad y calidad.

-¿Cómo se ha trabajado desde las empresas para conseguirlo?

-Desde que se puso en marcha el Decreto de Estado de Alarma nos pusimos manos a la obra con un doble objetivo. Primero, como he dicho, en garantizar que debíamos disponer de agua en las condiciones habituales de calidad para toda la población. En segundo lugar, garantizar la seguridad de las personas que están trabajando en este objetivo prioritario. Las distintas empresas de ASA Andalucía aprobaron planes de contingencia, previendo diferentes hipótesis (desde una situación prácticamente normalizada hasta otras con altos niveles de contagio del personal), determinando los puestos críticos, fundamentalmente aquellos que tienen que ver con el tratamiento del agua, con la potabilización. En las plantas de tratamiento ha habido confinamientos, establecimiento de turnos sin contacto, retenes para hacer frente a posibles problemas, etc.

La parte esencial de la gestión del ciclo integral la hemos realizado mediante el teletrabajo, de forma que la mayor parte de los trabajadores están en sus casas, funcionando y adaptándonos con bastante flexibilidad a la nueva situación sin mermar el trabajo en sí. Es cierto que hemos modificado una tarea fundamental al cerrar las oficinas la atención al usuario, pero se está supliendo con eficacia más que aceptable mediante el uso del teléfono, el correo electrónico y las oficinas virtuales. Es muy relevante el enorme trabajo de los profesionales, que de una manera inadvertida están permitiendo que el agua no se convierta en un problema añadido a todo lo que tenemos encima. No quiero ni imaginar cómo sería si, además, hubiera problemas de abastecimiento. En ASA Andalucía sentimos una especial gratitud por todos ellos, especialmente los que están ahí fuera, garantizándonos este recurso esencial y a los que sin duda hay que reconocerles el esfuerzo que están haciendo.

Un operario trabaja en una de las estaciones de Aqualia. Un operario trabaja en una de las estaciones de Aqualia.

Un operario trabaja en una de las estaciones de Aqualia.

-La situación de alarma y el confinamiento ha traído consigo la paralización de gran parte de la actividad productiva, despidos, ERTEs… ¿Cómo se ha afrontado desde las empresas del agua?

-Ha sido un tema crítico para nosotros. Sin perjuicio de que son muchas empresas y muy distintas, en ASA, siendo conscientes de que estamos gestionando un derecho humano, hemos arbitrado un conjunto de medidas que denominamos de acción social. Ya veníamos desarrollando acciones de este tipo garantizando que nadie que no pueda pagar sus facturas se va a quedar sin agua, pero el problema ahora se ha agravado. Ya no hablamos de una serie de familias socialmente deprimidas, sino que el ámbito se ha extendido a familias de tipo medio que se han quedado sin trabajo, o están en medio de un ERTE, o han tenido que cerrar su negocio…

Obviamente es una situación extraordinaria, y como tal hemos adoptado medidas extraordinarias. Hemos ampliado el plazo voluntario de pago de las facturas en vigor, estamos garantizando el aplazamiento del pago de facturas para que las familias puedan fraccionarlos, hemos incrementado a un mayor número de familias las bonificaciones en la factura, aumentando la renta mínima necesaria para estas…

En el caso de autónomos y negocios, hemos establecido considerar un consumo a la baja para todos aquellos que hayan tenido que cerrar sus instalaciones, y en algunos casos se está bonificando al 100 por 100 la parte fija de la factura mientras permanezca esta situación. Además, a aquellas empresas que prevean que su actividad va a tardar en reactivarse se les ha abierto la posibilidad de que suspendan sus contratos de forma que puedan restablecerlo posteriormente sin coste ni cargo alguno durante este periodo. Y, esto es muy importante, hemos ampliado el fondo de acción social (el fondo que las empresas utilizan para compensar los impagos de familias), en algunos casos de forma muy importante. Luego, hay acciones de algunas empresas de la Asociación que han ido más allá, por ejemplo haciendo acopio de alimentos para Cáritas, Cruz Roja o el Banco de Alimentos. El sector del agua, todas las empresas que están en ASA, tienen el compromiso firme de que el agua no suponga un problema añadido a los que ya tenemos. Ni a las familias (a los hogares) ni tampoco para los comerciantes, industriales, autónomos que han tenido que cerrar.

"El Plan de Infraestructuras es muy necesario, y las empresas quieren sumarse a su desarrollo"

-¿Y qué ha supuesto la paralización de la actividad económica para las propias empresas del agua?

-Somos un servicio público de un suministro vital. Por supuesto nuestra prioridad, como he venido diciendo, es garantizarlo con la máxima calidad. Pero es verdad que no hay que olvidar la parte económica. La acción social, las inversiones, la gestión de las empresas del agua vienen en buena parte de los ingresos que reciben por las facturas. Todos sabemos que el valor del agua está muy lejos de su coste y, de por sí, a duras penas se sostienen las inversiones que hacen las empresas.

En estas circunstancias se está produciendo un hecho que estamos empezando a ver ahora. Las facturaciones de agua son bimestrales o trimestrales, así que de momento vamos teniendo pistas de que, si bien el consumo doméstico se mantiene o se ha elevado en torno al 2%, en absoluto se compensa con bajadas de hasta el 40% de los ingresos provenientes de las tarifas comerciales e industriales, que en Andalucía se ve agravado muy especialmente por los ingresos de la hostelería y el turismo. Estamos elevando a las administraciones este diagnóstico porque necesitaremos una serie de medidas de apoyo que palien este deterioro importante.

Hay que buscar un equilibro, y estamos empezando a hablarlo ya con los poderes públicos, con datos que están sobre la mesa y arrojan luz sobre nuestro futuro, por ejemplo, y como prioridad, sobre la necesidad de una planificación de infraestructuras hidráulicas. Si bien el abastecimiento de agua en Andalucía es una asignatura superada, en el saneamiento nos queda aún mucho por hacer y debemos afrontarlo. El Plan de Infraestructuras es muy necesario, y las empresas del sector quieren sumarse a su desarrollo.

La Administración no tiene todos los recursos humanos necesarios para afrontar un plan tan importante, y en cuanto pase esta situación tan dramática creemos que es el momento oportuno, una oportunidad magnífica, para trabajar en un plan potente de infraestructuras que además servirá para reactivar la economía, el empleo, que sabemos en qué estado van a quedar después de todo esto. Es necesario llegar a un pacto, a un acuerdo del sector con la Administración, para que las empresas que operamos en el sector participemos. Tenemos muy buenos profesionales que pueden ayudar mucho en este trabajo, y la Administración debe aprovechar ese talento y las posibilidades, los recursos que les pueden brindar las empresas del sector. Hay mucha tarea por delante. El problema prioritario ahora hace que olvidemos los otros problemas que tenemos encima, como la sequía o el hecho de que nuestra infraestructura hidráulica debe renovarse. Hay muy pocos recursos en este mundo imprescindibles para vivir, y el agua es desde luego uno de ellos. Puede parecer una perogrullada, pero nos ayuda a ser conscientes de su importancia. Debemos darle al agua el valor que tiene. En cuanto se normalice un poco esta situación terrible tendremos que ponernos a trabajar en un plan de infraestructuras en el que participemos todos y nos permita garantizar el servicio en el futuro.

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