Los españoles cuando viajan fuera y salen del país suelen echar de menos muchos elementos autóctonos: comida, localizaciones, estilos de vida, etc. Sin embargo, a la hora de hospedarse en una habitación y, en especial, al llegar la hora de dormir seguro que en algún momento han echado de menos algo que todos los españoles tenemos pero que, curiosamente, el resto de países no: la persiana.

La explicación a esto es que en su origen las persianas solo acostumbraban a utilizarse en países cálidos, entre los que se encuentra España. Por ello, lugares nórdicos como Reino Unido y Alemania, entre otros, no cuentan con este elemento protector. Sin embargo, conviene aclarar que la persiana externa es propia de España, porque aunque en Latinoamérica y los países del Caribe hace mucho calor, en general no se utilizan este tipo de persianas. 

Y no solo eso, sino que además, los habitantes de estos países tiene hábitos y rutinas de vida diferentes. Suelen despertarse y comenzar el día antes que los españoles, por lo que se levantan cuando aún existe oscuridad en el cielo. Una oscuridad que, por cierto, en invierno aparece antes que en España, por lo que es preferible aprovechar la luz del sol en todo momento.Si a esto le sumamos la falta de costumbre de dormir la famosa siesta española, es comprensible la ausencia de las persianas en estos países mencionados anteriormente.

A estos factores se les une el religioso. A lo largo de la historia la falta de persianas estaba relacionada con la práctica del Calvinismo, allá por el siglo VIII. De este modo, los habitantes demostraban un síntoma de no tener nada que ocultar, en sus propias palabras “la honestidad y el no tener miedo a enseñar si eres pobre o rico”.

Los españoles aunque poseen un carácter más abierto y socialicen más, solo es de puertas para afuera, en la calle, su vivienda sigue siendo un lugar íntimo. También se debe a la educación católica rígida que implica una preocupación por el qué dirán, por demostrar una conducta moral irreprochable acorde con lo que se espera socialmente de las personas. Y las persianas desconectan las casas del exterior para que las personas puedan hacer lo que les apetezca, sin ser vistos.

Factores climáticos, sociológicos y religiosos. Las persianas llegaron a España para quedarse y hoy en día supone un elemento fundamental y una preocupación para el español viajero en búsqueda de un sueño profundo y reparador evitando las luces externas.