Sociedad

Los jóvenes científicos en el extranjero se resisten a volver

  • La burocracia del sistema científico español y la incertidumbre laboral son las principales trabas para el retorno

A pesar de la creación de un ministerio exclusivo para la Ciencia y la Innovación, el que dirige Cristina Garmendia, y de la elaboración de una nueva Ley de Ciencia veintidós años después de la que sigue vigente, muchos jóvenes científicos españoles siguen prefiriendo trabajar en el extranjero por la excesiva burocracia del sistema y la falta de financiación. Así lo entienden los jóvenes científicos que han participado en la ya la tradicional reunión sobre avances en Biología Molecular que organiza cada año el CSIC por estas fechas.

Daniel Lucar, investigador español de 31 años que trabaja en el Hospital Monte Sinaí de Nueva York (EEUU), señala que el principal problema a la hora de regresar a España es que los recursos son "muy limitados". Tanto, que al compararlos con la media de la UE los califica de "bajísimos"; y de "ridículos" cuando los enfrenta a los de EEUU. "En España hay mucha burocracia y se depende de muchos papeleos. Además, toda la carrera científica se basa en becas, que ni siquiera son contratos, donde no tienes ni los más mínimos derechos. Así, muchísima gente válida se queda por el camino, y se ven obligados a marchar al extranjero para conseguir un currículo competitivo", explica.

Para David Sancho, científico de 36 años que trabaja en el departamento de Inmunología Antitumoral del Instituto de Investigación contra el Cáncer londinense, el problema es que hace falta más dinero para "investigación de excelencia", y que es preciso "administrar bien" las inversiones. "No sólo es poner más dinero, sino hacerlo en aquellos sitios donde haya excelencia y ésta sea productiva. También, potenciar el desarrollo de patentes y que éstas se premien", destaca.

Asimismo, Daniel López, científico español de 31 años que trabaja en la Harvard Medical School, afirma que marcharse de España es "bueno" para conocer otros sistemas de investigación, al tiempo que indica que uno de los fallos del sistema científico español es que "todos los científicos tienen que ser funcionarios".

Estos investigadores coinciden en que parte de la solución sería una mayor inversión, y que en la nueva Ley de la Ciencia se estableciese una carrera científica y unos criterios de competitividad que indiquen qué pasos hay que seguir para lograr una plaza de investigador, o para poder dirigir una investigación. "La nueva normativa debe ser más cautelosa y celosa con sus científicos. Se están educando grandes investigadores que después sirven para promocionar la ciencia de otros países porque no se es capaz de recuperarlos", añade López.

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