En la quinta jornada del juicio por el caso de la niña maltratada Alba, ha sido el turno de testimonio de la hermanastra de la pequeña, Maite, que actualmente tiene 8 años. Las declaraciones de la niña son importantes para esclarecer lo que ocurrió ya que ella estaba presente en muchas de las palizas que supuestamente le daba el acusado a Alba. En este sentido, en el informe con las declaraciones de Maite presentado hoy en el juicio, los especialistas destacan que la pequeña percibía las palizas que su padre le propinaba a su hermanastra como "un juego" pero era consciente que a ella no le gustaban, por lo que desarrolló un instinto protector hacia ella. En cuanto a la declaración e su tío que explicó que la niña le contó que Alba se cayó de la cama, los psicólogos aseguran que la niña estaba presionada y lo hizo por miedo a las represalias.

En el informe presentado en el juicio en contra de la madre y el padrastro de Alba, los psicólogos explicaron que no se puede preguntar directamente las cosas a los niños porque éstos responden lo que creen que su interlocutor espera oír. Por ello, mediante las preguntas que le formularon los psicólogos y el lenguaje no verbal de la menor, ésta les relató lo ocurrido en la casa de los procesados, en Montcada i Reixac (Barcelona). Así, determinaron que la niña vivió los malos tratos como "un juego" y no fue hasta tiempo después que se dio cuenta de la gravedad de los hechos. Por esa razón, consideraron "normal" que Maite reprodujera posteriormente en las muñecas lo que había visto hacer a su padre a Alba.

Sin embargo, "decía que a Alba no le gustaba y la ayudaba, la desataba y le quitaba el celo", relataron los psicólogos, que destacaron el instinto protector de la niña. Además, en alguna ocasión, "cuando Alba tenía miedo, Maite se ponía delante de ella y la menor se escondía detrás suyo", añadieron.

Como ya hicieron los médicos que atendieron a Alba en el ambulatorio de Montcada y en el Hospital Vall d'Hebron, los médicos forenses descartaron de forma taxativa que las lesiones de la menor, y más, teniendo en cuenta los antecedentes que apuntaban a un caso de malos tratos, fueran fruto de una caída fortuita de la cama, tal y como declararon el padrastro y su hermano. Éste último dijo, además, que Maite había declarado esta versión a la Policía y su testimonio fue grabado por los agentes. Sin embargo, en esta cuestión, los psicólogos señalaron que sí estuvo presionada cuando su tío la grabó diciendo que esa noche estaba jugando con Alba cuando ésta cayó de la cama. Dicen que la pequeña reprodujo la versión de su padre por quien "tenía mucho miedo". "Me daba yuyu", les dijo Maite cuando le preguntaron por las distintas versiones.

Si bien, los facultativos no pudieron explicar las causas exactas de la grave lesión que sufría Alba, los forenses aseguraron que pudo deberse a "una sacudida o un traumatismo directo", pero en cualquier caso, a "un movimiento de alta intensidad" que le causó un grave hematoma subdural. Esta lesión es una de las causas de muerte más habituales entre los boxeadores, añadió uno de los especialistas para ejemplificar la gravedad de la lesión.

Alba fue intervenida de urgencias y sometida, posteriormente, a diferentes intervenciones quirúrgicas para tratar los problemas respiratorios, neurológicos, hemodinámicos, dermatológicos, hematológicos y la fiebre que presentaba. Además, sufría desnutrición extrema "a resultas de la falta de cuidados y asistencia mínimos imprescindibles" que deberían haberle prestado su madre y su padrastro, según sostiene el fiscal.

Los forenses explicaron que Alba sufrirá secuelas permanentes, por lo que necesitará ayuda toda la vida para realizar las actividades cotidianas, no podrá hablar con fluidez y padece problemas de movilidad, además de tener los pies y las rodillas deformados.