Sociedad

Una adicta tiene tres veces más riesgo de sufrir violencia machista

  • Casi el 50% de las mujeres que solicitan tratamiento por consumo de drogas son objeto de agresiones de género · Los expertos inciden en la importancia de abordar conjuntamente ambos problemas

Consumo de drogas y violencia machista van unidos, de tal forma que las mujeres adictas presentan un riesgo tres veces mayor de ser víctimas de una agresión física o sexual por parte de su pareja.

Así lo expresó la doctora Marta Torres, psiquiatra del Instituto de Neuropsiquiatría y Adicciones del Hospital del Mar de Barcelona, en las XIV Jornadas de Patología Dual (adicción más otra enfermedad psiquiátrica), celebradas recientemente y que reunieron a expertos nacionales e internacionales.

La elevada asociación entre maltrato y consumo de drogas se hace evidente si se tiene en cuenta que entre el 40 y el 85% de los hombres que buscan o reciben tratamiento por una adicción ha abusado de sus parejas en el último año, una proporción cuatro veces superior a lo registrado en la población general. Alrededor del 50% de las mujeres que solicitan tratamiento por consumo de drogas son objeto de violencia de género.

¿Y por qué? "Explicaciones hay muchas y ninguna concreta, hay muchos factores", señaló la doctora Torres, quien precisó que se trata de mujeres con poca capacidad de decir no y que en la mayoría de los casos sufren depresión.

El consumo de drogas está más estigmatizado en las mujeres que en los hombres, por lo que es más difícil que acudan al tratamiento.

Además, una vez que han logrado superar esa barrera, surge el miedo a contarlo por si se entera la pareja y se agrava la situación de violencia. En la mayoría de los casos, estas mujeres siguen consumiendo "porque es la única manera que tienen de soportar la situación que tienen en casa".

A la pregunta de si consumen porque son víctimas de violencia o viceversa, la psiquiatra afirma que "hay de todo", ya que cuando acuden a solicitar ayuda para su adicción "ya es muy difícil saberlo".

Muchas veces se da la circunstancia de que el iniciador al consumo fue la propia pareja. Y aunque en la mayoría de los casos consumen ambos, "no siempre es así".

Junto a la violencia física, a los profesionales les preocupa también la violencia sexual que soportan estas mujeres dentro del hogar y que hace que se enfrenten a un alto riesgo de infección por VIH. "Nos habíamos olvidado de que estas mujeres el factor de riesgo sexual lo tienen en casa".

La doctora Torres incidió en la importancia de abordar conjuntamente violencia de género y adicción, y de hacerlo en el mismo centro al que las mujeres acuden a recibir tratamiento para su abuso de sustancias. "No hay que derivarlas a un sitio específico", señaló esta psiquiatra, quien abogó por enfocar el tratamiento dando por hecho siempre que son objeto de violencia, independientemente de que la mujer lo confirme en ese momento o más adelante, debido "al terror que siente hacia su pareja".

Así, la mujer que se trata de su adicción debe recibir estrategias para manejar la situación con su pareja. Esto es esencial porque "si no tratamos la violencia es más difícil que se cure; sobrelleva la situación consumiendo".

Por su parte, la doctora Pilar Saiz, del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Oviedo, puso de relieve el aumento de los casos de trastorno mental unido a una adicción (patología dual) entre la población femenina.

No obstante, aún se está lejos de los hombres. Aproximadamente el 80% de la población con patología dual son varones, frente al 20% de mujeres. Aunque estos datos pueden no ser reales ya que, según explicó esta doctora, existe un infradiagnóstico en las mujeres.

Saiz precisó que la adicción femenina se centra en sustancias de comercio legal y cannabis y son los hiposedantes no prescritos los que se llevan la palma. Esto marca también una diferencia con los hombres. La adicción de las mujeres suele pasar más desapercibida que la de los hombres y, de hecho, no suelen demandar ayuda en los servicios de toxicomanías sino en los de salud mental.

Cuando una mujer tiene patología dual, el curso de la enfermedad y la respuesta al tratamiento del trastorno mental "empeora de forma importante" y "se incrementa notablemente el caso de suicidios".

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