Sociedad

Wert asegura que la reforma educativa busca alternativas al abandono sin segregar

  • El ministro lamenta que el proyecto se esté viendo "muy desfigurado" por razones de tipo político que "tienen muy poco que ver" con la propia futura ley.

El ministro de Educación, José Ignacio Wert, ha negado este martes que la reforma educativa sea segregadora, porque busca reducir el abandono escolar dirigiendo el "tráfico educativo" para que una parte de los estudiantes opten por la "vía formativa más adecuada para ellos", la formación profesional. En su intervención en la Interparlamentaria del PP, Wert ha lamentado que la reforma se esté viendo "muy desfigurada" por razones de tipo político que "tienen muy poco que ver" con la propia futura ley.

En este sentido ha señalado que se está centrando "muchísima atención" en "cuestiones accesorias" que no se refieren a lo "medular" de la ley y que sólo sirven de "elemento de distracción". Y una forma de intentar distraer, ha señalado, es cuando se focaliza toda la atención en lo que "llaman recortes". El objetivo de la reforma, ha subrayado el ministro, es "corregir el rumbo" de un sistema en el que se había hecho mucho en pro de la universalización o la cobertura educativa, pero que tenía "desatendidos aspectos esenciales" como los resultados. Y frente a quienes creen que la reforma vulnera la equidad, Wert ha señalado que "la mayor quiebra de la equidad es justamente un sistema que deja en la cuneta a la cuarta parte de los que entran en él", en alusión al abandono escolar del 26%.

Wert ha asegurado que la voluntad del Gobierno es que la reforma educativa obtenga el mayor consenso posible, no sólo político sino también social, incluyendo a la comunidad educativa. El titular de Educación ha centrado buena parte de su intervención en este encuentro en defender anticipar un año los itinerarios formativos para "encauzar" a alumnos que de otra manera "acabarían indefectiblemente en el abandono escolar". Así, la idea es mantener la proporción ya elevada de estudiantes que se dirigen a la educación universitaria y conseguir a un tiempo aumentar la de quienes optan por la formación profesional

Según el ministro, en España ha habido mucha ocupación laboral sin titulación, que "no tenía la gravedad social en términos de empleabilidad de la que tiene ahora". En este sentido, Wert ha aludido a estudios que apuntan que entre 2015 y 2020 sólo el 15 por ciento de los empleos que se vayan a crear en la UE podrán ser ocupados por personas con baja cualificación.

De ahí la necesidad de buscar vías formativas que garanticen una mayor cualificación para garantizar el acceso al empleo y acabar con el "agujero inmenso" que hay en la formación profesional en España en comparación con otros países de la UE, y que es "el que da lugar a que nuestro abandono escolar sea tan alto". Al referirse a la necesidad de mejorar los resultados, el titular de Educación ha dado otras estadísticas. Así, ha señalado que el porcentaje de excelencia de los estudiantes de 15 años españoles es del 3% frente a una media del 8% en la UE.

Y en el caso de los alumnos de cuarto de primaria, de 10 años, en las materias de lectura, matemáticas y ciencia no sólo tienen una puntuación media "claramente inferior a la de la media de la OCDE" sino que además su proporción de rezagados es del doble y la de alumnos excelentes está entre menos de la mitad y menos de la tercera parte, dependiendo de cada una de esas tres materias.

También ha recordado que aunque la tasa española de escolarización a los tres años es la más alta de Europa, del 97%, cuando se llega a los 10 años los estudiantes están mucho más rezagados que otros europeos que entraron en el sistema escolar mucho más tarde. "A mí no me entra en la cabeza que nuestros chicos sean más torpes o menos inteligentes", ha señalado Wert, para quien por todas estas razones es necesario "corregir el sistema.

El ministro también ha defendido la necesidad de "clarificar" las competencias entre Estado y comunidades autónomas y en concreto la de devolver al Estado la competencia en la evaluación de los centros educativos.

Debe existir, en su opinión, una "cultura exigente de la evaluación en todas las fases del proceso" porque no hay ni un solo sistema educativo de éxito -ha puesto como ejemplo el finlandés- que no la tenga. "No es lógico que quien está facultado para emitir todos los títulos, el Estado, no tenga la facultad de verificar si esos títulos se pueden conseguir o no", ha añadido.

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