Sociedad

Rusia entierra al patriarca artífice del renacimiento de la Iglesia Ortodoxa

  • Alexis II falleció en Moscú el pasado viernes a la edad de 79 años

El patriarca ruso, Alexis II, quien dirigió los destinos de la Iglesia Ortodoxa Rusa (IOR) desde los tiempos soviéticos, ha recibido sepultura tras un acto solemne al que asistieron dirigentes rusos y numerosos visitantes extranjeros. 

Los restos del decimoquinto patriarca de Rusia, fallecido el pasado viernes a la edad de 79 años, fueron enterrados en la Catedral de la Epifanía Yelojovski de Moscú, donde Alexis II ejerció durante años su labor episcopal. 

La ceremonia fúnebre empezó por la mañana en el templo mayor de la IOR, la Catedral de Cristo Salvador, que acogía la capilla ardiente y adonde más de 100.000 personas acudieron desde el pasado sábado para dar el último adiós al líder religioso. 

El metropolita Kiril de Smolensk y Kaliningrado, lugarteniente del Patriarcado, ofició la divina liturgia en presencia de miembros del Santo Sínodo de la IOR, obispos, dirigentes de los grandes monasterios y representantes del Gobierno. 

El jefe de Estado ruso, Dmitri Medvédev, y el primer ministro y ex presidente, Vladímir Putin, presenciaron la ceremonia junto a dirigentes y líderes religiosos de otros países. 

Asistieron a la liturgia el patriarca ortodoxo de Constantinopla, Bartolomeo I, líderes ortodoxos de Bielorrusia, Moldavia, Serbia, Georgia y Grecia, representantes del Vaticano, de la Iglesia Anglicana y de las iglesias protestantes de varios países, así como dirigentes musulmanes y de otros credos. 

En el templo destacaban, entre otros, la jefa de la Casa Imperial rusa, la Gran Duquesa María Románova, residente en España, y los cardenales vaticanos Walter Kasper, presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, y Roger Echegaray, vicedecano del Colegio de Cardenales. 

El metropolita Kiril declaró durante la ceremonia que "lo que quedará en la historia, es que el Santo Padre encabezó en su día una Iglesia debilitada por décadas de represiones, incapaz de revelar todo su potencial espiritual para dirigir su palabra a todo el pueblo, y dejó tras de sí una Iglesia renovada". 

Kiril, considerado el favorito para suceder al difunto patriarca, recordó los "graves desafíos históricos" que sobrevivió el país con la caída del comunismo, la desintegración de la URSS y la transición al capitalismo. 

Asimismo, destacó el mérito de Alexis II por haber preservado la unidad de la Iglesia Rusa y conseguido su reunificación en mayo de 2007 con la Iglesia Ortodoxa Rusa en el Exterior, la rama extranjera creada en el exilio tras la revolución bolchevique de 1917. 

El Patriarca de Constantinopla ofició la misa de cuerpo presente, tras lo cual Medvédev y Putin con sus esposas se acercaron por turno al féretro para besar al patriarca y santiguarse, seguidos de los presidentes de Bielorrusia, Moldavia, Armenia y Serbia. 

También lo hicieron los líderes de las dos separatistas regiones georgianas, ya en calidad de mandatarios, al reconocer Rusia la independencia de Osetia del Sur y Abjasia tras la guerra con Georgia de agosto pasado. 

Concluido el servicio religioso, el féretro con los restos del patriarca, al son de las campanas, fue llevado a hombros en una procesión de la cruz en torno a la catedral, destruida en su día por los bolcheviques y reconstruida a iniciativa de Alexis II. 

Finalmente, el cortejo fúnebre se dirigió a la Catedral de la Epifanía, donde el líder ortodoxo deseaba ser sepultado, pues en ese templo descansan las reliquias de su patrón celestial, San Alexis, y también están enterrados dos de sus antecesores, los patriarcas Alexis I y Sergio Stragorodski. 

A lo largo del trayecto, miles de moscovitas formaron filas con flores y velas en las manos para despedir al patriarca, a pesar de la lluvia que cae sobre Moscú desde el pasado viernes. 

Alexis II, que sucedió al frente de la iglesia a Pímen I en junio de 1990, un año antes de la caída de la URSS, fue el primer patriarca ortodoxo elegido por voto secreto y no a dedo por los dirigentes soviéticos. 

El miércoles, el Santo Sínodo se reunirá para fijar la fecha en la que tendrá lugar el Concilio Local, que deberá elegir al decimosexto patriarca de la IOR en el plazo de seis meses. 

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