Sociedad

Manifestación en Dublín en apoyo a las víctimas de los abusos en centros católicos

  • Miles de personas han marchado en silencio hasta el Parlamento, donde dejaron coronas de flores y zapatos de niños.

Miles de personas se dirigieron este miércoles en una marcha silenciosa a la sede del Parlamento irlandés como muestra de apoyo a las víctimas de los abusos sexuales y malos tratos sufridos en centros gestionados por la Iglesia Católica entre los años treinta y setenta.

Los manifestantes, entre los que había numerosas víctimas de estos abusos, portaban pancartas con el lema "Proteged a todos los niños del Estado por igual" y llevaban lazos blancos en señal de su juventud perdida. Tras llegar al Parlamento depositaron ante las puertas varias coronas de flores y llenaron la entrada de zapatos infantiles.

La publicación el pasado 20 de mayo de una investigación que revela que miles de niños sufrieron malos tratos y abusos sexuales "endémicos" en instituciones de la Iglesia Católica ha indignado profundamente a los irlandeses.

"Era como si estuvieras dentro de una prisión y cuando sales no hablas de ello", explicó Marina Permaul, de 66 años, una mujer que sufrió estos abusos cuando era una niña. Según indicó, el centro regentado por monjas al que fue enviada, en el condado occidental de Galway, utilizaba un "estilo militar" para educar.

"No hablas de ello ni siquiera con tus hijos. Estás demasiado avergonzada de todo ello, y en cualquier caso, ¿te creerían? No te atreves a hablar contra una orden religiosa", señaló Permaul, quien llegó hoy mismo de Londres para participar en la marcha.

Las informaciones de los medios locales hablan de 7.000 asistentes a la manifestación, entre los que había cientos de víctimas de los abusos. Los organizadores habían convocado la protesta para que coincidiera con el debate parlamentario sobre el informe publicado en mayo, pero mostraron su indignación después de que se aplazara para votar la moción de censura contra el Gobierno.

 "Esto demuestra una vez más que el Estado no ha entendido todavía ni un poquito lo que fue para los 165.000 niños que fueron a 216 instituciones. Estoy realmente decepcionada", manifestó Christine Buckley, una de las víctimas y fundadora del Centro Aislinn de apoyo a las personas que sufrieron estos abusos.

Escándalo en las indemnizaciones

Los organizadores entregaron también una petición a la Conferencia de Religiosos de Irlanda, que representa a las 18 congregaciones denunciadas en el informe, en la que hablan de los acuerdos alcanzados en 2002 entre el Gobierno y la Iglesia que fija el máximo de las indemnizaciones por parte de los religiosos en 127 millones de euros.

Esa cantidad cubre sólo una parte de la factura final, ya que ahora se ha conocido que el plan de compensaciones para las víctimas asciende a 1.300 millones de euros y que la mayoría de este desembolso saldrá del Estado.

Para Buckley, este fondo para la reparación de las víctimas es un fracaso del Estado y pidió que se revise la indemnización que recibió y que se cree otro fondo en su lugar. "Toda la idea de las reparaciones es otra forma de abuso institucional", añadió.

Después de negarse a aumentar su contribución, las congregaciones católicas de Irlanda terminaron cediendo a la presión y el enfado de la sociedad, por lo que se comprometieron la pasada semana a evaluar sus recursos con vistas a elevar la cantidad.

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