La lógica dice que el MP4 es la continuación del MP3 y que, por lo tanto, el MP5 sigue la línea evolutiva y ofrece otras alternativas y mejoras; pero la realidad es que sólo es una cuestión comercial para incentivar el consumo de estos dispositivos, ya que las supuestas funciones del 5 las hace el 4 -incluidas, en muchos modelos-: la lectura de vídeos en formato divx. También hay aparatos de reciente aparición en el mercado que incluyen un receptor de TDT, pero eso no significa que sea un MP5, significa únicamente que se puede ver la televisión. Por todo ello, hay que desconfiar de las campañas publicitarias agresivas que nos intentan convencer de una evolución que no es tal y que pueden deslumbrar, entre otros, a los más jóvenes. Lo mejor es tener claro qué dispositivo se quiere, tanto en tamaño como en resistencia (son siempre dispositivos que van con nosotros a cualquier parte y lo normal es que se caigan y se lleven golpes) y decidir si lo usaremos realmente para ver vídeos o fotos o simplemente para escuchar música mientras hacemos el resto de nuestras actividades diarias. A partir de ahí tome una decisión, porque, como en otras muchas cosas, no siempre lo más caro y último es lo que a nosotros, o a nuestros hijos, les conviene. Eso sí, conviene ya que se compre con una capacidad de 8 gigas, para poder almacenar todo lo que necesitemos. También debe poder actualizarse el firmware (programa inicial del dispositivo) vía internet, para aprovechar al máximo las posibilidades del aparato.