Sociedad

'Gustav' mantiene en alerta a EEUU

  • El huracán pone a prueba la resistencia de los diques construidos en Nueva Orleans · La situación mejora tras descender el ciclón a categoría uno, aunque las autoridades temen grandes daños

El huracán Gustav, que sacude la costa estadounidense del Golfo de México y ayer lanzó oleadas de agua hacia los diques que protegen Nueva Orleans, se degradó anoche (por la tarde, hora local) a categoría uno en la escala de Saffir-Simpson pocas horas después de tocar tierra en el estado de Luisiana, según el Centro Nacional de Huracanes (NHC son sus siglas en ingles) de EEUU, con sede en Miami. Sus vientos sostenidos se redujeron a 145 kilómetros por hora, frente a los 175 con que tocó tierra, y se prevé que continúe perdiendo fuerza en el día de hoy. Tras entrar en territorio estadounidense por la localidad de Cocodrie, Gustav tomó rumbo noroeste y se dirige al noreste de Texas.

Las autoridades esperaban, al cierre de esta edición, que los diques de Nueva Orleans aguantasen el impacto del oleaje, ya que el programa de reconstrucción de estos dispositivos, que se inició después del huracán Katrina en 2005, aún no ha finalizado. La ciudad, que está bajo el nivel del mar, vuelve a estar amenazada por una inundación. El director de la agencia federal encargada de gestionar situaciones de emergencia (la FEMA), David Paulison, declaró ayer que los diques son más fuertes ahora, y más altos. Sin embargo, añadió que sigue habiendo debilidades en el entramado constructivo.

Gustav tocó tierra cerca de Nueva Orleans como huracán categoría 2, con vientos de 175 kilómetros por hora. Las rachas de viento lanzaban olas por encima de los diques, pero el ciclón no impactó directamente en la ciudad. A diferencia de lo que ocurrió hace tres años, la ciudad estaba ahora casi desierta, tras la evacuación forzosa de unos dos millones de personas. Momentos de preocupación se vivieron ayer en Nueva Orleans cuando dos botes y una lancha quedaron a la deriva en el llamado Canal Industrial, generando temores de que pudieran chocar contra las paredes de un dique, como ocurrió durante Katrina. Finalmente, la Guardia Costera pudo controlar los barcos. "No estamos fuera de peligro", todavía nos queda un momento crítico entre ahora y esta noche [madrugada de hoy]", indicó el alcalde de Nueva Orleans, Ray Nagin. A pesar de la reducción en fuerza, el NHC advirtió que el fenómeno sigue siendo muy peligroso, ya que podrían producirse crecidas de la marea de entre tres y cuatro metros en las áreas situadas al este del ojo, el lado peligroso de los huracanes en el hemisferio norte. También existe el peligro de la formación de tornados en los extremos del huracán, que tiene un radio de unos 80 kilómetros.

El presidente George W. Bush viajó a Austin (Texas) para verificar la respuesta gubernamental, que esta vez sí se ha anticipado y que ha previsto, si es necesaria, la movilización de 50.000 soldados. El huracán tiene, además, consecuencias económicas y políticas. La producción de petróleo en la región del Golfo fue suspendida y el Partido Republicano redujo la agenda de su convención nacional, que debe proclamar a John McCain candidato a la Casa Blanca. Además, las compañías petroleras evacuaron al personal e interrumpieron casi toda la actividad en las plataformas del Golfo, donde EEUU produce el 26% de su crudo.

La Guardia Nacional de Luisiana ha sido movilizada, en previsión de eventuales operativos de rescate para los cerca de 10.000 ciudadanos que se negaron a abandonar sus hogares, a pesar de las advertencias. También permanecían en la ciudad unos 70 niños ingresados en un hospital y las autoridades esperan que el huracán no los obligue a abandonar en helicópteros el lugar. Según el gobernador de Luisiana Bobby Jindal, Gustav causó sus primeras víctimas el domingo en ese estado: tres pacientes en estado crítico que murieron durante la evacuación de un hospital.

El NHC informó que la tormenta Hanna, en la zona de las Bahamas, se convirtió ayer en huracán de categoría uno.

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