Sociedad

El Gobierno admite que hubo un fallo humano al vigilar al preso que mató a su novia

  • Interior anuncia que se revisarán los dispositivos GPS y el titular de Justicia matiza que lo relevante fue el acto criminal

El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, confirmó ayer que la alarma del GPS que portaba Maximino Couto, el preso de permiso que el pasado sábado 29 asesinó a su pareja en Pontevedra, no fue detectada debido a un fallo humano, ya que el funcionario responsable "no la vio".

Rubalcaba, que inauguró ayer en Lérida una comisaría, explicó que se han realizado las comprobaciones del dispositivo y que éste funciona correctamente, pero hubo un "fallo humano". Además, indicó que el dispositivo de control tiene dos alarmas, la primera se activa cuando se penetra en el círculo de seguridad, que era de dos kilómetros respecto a la protegida, y la segunda suena cuando el preso se quita la pulsera. "En este caso el interno pudo entrar en el círculo prohibido sin que el funcionario responsable se percatara de ello", explicó el ministro. Couto, quien cumplía condena en la prisión pontevedresa por amenazas a su ex esposa, mató a su nueva pareja, María José Peso, de 57 años, en Ponte Caldelas (Pontevedra). Una vez cometido este primer asesinato, fue a la casa de su ex mujer con la intención de matarla, pero no la encontró, así que fue en busca de un matrimonio que había testificado contra él, al que agredió, al igual que a un policía que intentó su detención.

Rubalcaba anunció que "vamos a revisar todo el sistema, mejorando el protocolo de vigilancia y el funcionamiento del GPS".

Por su parte, el ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, asumió desde Madrid el "error humano" en el control del dispositivo electrónico, pero matizó que "el deseo de venganza" del presunto autor de los hechos, al que tildó de "bestia" y "delincuente", "está en primer plano".

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