Un hombre aceptó ayer en un juicio una pena de 21 meses de prisión por maltratar de forma habitual a la que fue su pareja, en una condena que también incluye que sus padres tengan que pagar sendas multas de 900 euros por consentirlo y no socorrer a la víctima. La vista oral se celebró ayer en la sección primera de la Audiencia de Alicante y acabó con un acuerdo entre la defensa, por un lado, y las acusaciones particular y pública, por otro. La sentencia, que se emitirá en los próximos días, convertirá a Alicante en la primera provincia donde los familiares de un maltratador resultan condenados por permitir este tipo de actuación delictiva.

En este caso, el procesado, J. C. H., mantuvo una relación sentimental con una mujer durante cuatro años y convivió con ella en el domicilio de sus progenitores. Al menos desde marzo de 2013 y hasta mayo de ese mismo año, el hombre la maltrató física y psicológicamente de manera habitual, tal y como él mismo ha confesado. La fiscalía relata en su escrito de acusación que le propinaba puñetazos en varias partes del cuerpo y que llegó a atizarle con cables, palos, un cinturón o el mango de un cuchillo. En algunas ocasiones la empujó contra la pared y otras veces hizo el ademán de estrangularla con sus propias manos o asfixiarla con una almohada.

Igualmente, la ató de pies y manos y la encerraba en un armario hasta que ella "paraba de llorar y se mostraba más tranquila", relata el fiscal, quien añadió que no le permitía "ducharse ni asearse" y le cortó el cabello con un cuchillo cuando se le llenó de nudos para chamuscarlo a continuación con un mechero. Algunos de esos episodios, que incluían la obligación de la víctima de pedir perdón de rodillas a su compañero, fueron presenciados por sus padres sin que hicieran nada por impedirlo.