Sevilla-Granada

La maravillosa senda de la eficacia (2-0)

  • El Sevilla saca adelante sin problemas un compromiso ante el Granada en el que se sirvió de unos parámetros muy diferentes a otros triunfos

  • Los blancos marcaron en sus primeras llegadas y controlaron después

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Nuevo paso adelante del Sevilla de Lopetegui y con unos registros diferentes a los que habían sido habituales hasta ahora en los nervionenses al calor de los suyos. Mucho más percal que seda para hallar la vía de la eficacia, bendita senda en el mundo del fútbol para alcanzar los objetivos de todas las grandes escuadras que se precien de serlo. Los blancos golpearon al Granada en sus primeras aproximaciones para después controlar perfectamente cualquier intento de sedición por parte de los hombres entrenados por Diego Martínez.

Fue el Sevilla más eficaz, sin duda, al menos cuando ejerce como local. De las cuatro llegadas interesantes del primer periodo, dos de ellas acabaron dentro de las redes de Rui Silva y eso dice mucho, y bien, de los anfitriones. Después de un primer disparo de Ocampos al poste con una violencia que recordó a algunos chuts de Scotta en sus tiempos, De Jong acertó con la testa de una manera un tanto heterodoxa, pues el balón salió hasta con efecto.

Pero qué más da, era el uno a cero favorable al Sevilla, sólo se habían contabilizado 11 minutos en el cronómetro de Hernández Hernández y eso, ante un rival tan ordenado como el Granada a la hora de defenderse, es un tesoro de incalculable valor. Al contrario que tantas comparecencias en el Ramón Sánchez-Pizjuán durante el presente curso, el cuadro de Lopetegui había sido eficaz. Dos aproximaciones y un gol tempranero, casi nada.

En ese arranque los sevillistas no se iban a conformar con el botín inicial, entre otras cosas porque sufrieron un buen susto cuando, poco después de ese cabezazo de De Jong, el árbitro decretaba penalti por un codazo de Diego Carlos en el saque de una falta. Afortunadamente para los sevillistas, el balón no había salido de las botas de Machís cuando se produce el contacto con Antonio Puertas. El VAR evitó el error del colegiado y todo siguió como estaba, aunque el Sevilla comenzaba a cargarse peligrosamente de tarjetas en su columna vertebral con las que vieron Franco Vázquez, Diego Carlos y Fernando.

Las imágenes del Sevilla fc-Granada Las imágenes del Sevilla fc-Granada

Las imágenes del Sevilla fc-Granada / Antonio Pizarro

Lopetegui había apostado casi por el mismo equipo que en la Copa frente al Levante, sólo metió al Mudo Vázquez por el sancionado Banega, y el Sevilla era un equipo con ritmo, con intensidad y con llegadas por las dos bandas para desarbolar a un Granada que se veía incapacitado tanto para salir con el balón, pues lo perdía con facilidad, como para protegerse de los arreones locales. Por un costado llegó la nueva opción en un remate de Ocampos a un pase de Jesús Navas, pero sería por el otro por donde se fabricaría ese dos a cero que ya parecía definitivo pese a restar casi una hora.

Reguilón arrancó, le puso el balón por delante a Nolito, que evitó caer en fuera de juego, y el sanluqueño sí ejecutó la suerte suprema con la calidad que siempre lo ha caracterizado. Un giro excelente del tobillo para desviar el balón lo justo y que el Sevilla ya estuviera con un colchón de dos goles a su favor, con mucho más de la mitad del trabajo hecho. El brío habitual había estado acompañado de la eficacia y no es mala combinación ésa en el mundo del fútbol.

Porque el litigio ya estaba más que encauzado hacia uno de los bandos y sólo una desaplicación en forma de segunda tarjeta podía impedir que el Sevilla no volviera a acumular tres puntos en su casillero. Lógicamente, el principal candidato para ello era un Mudo Vázquez que suele medirse poco en sus acciones en el centro del campo y que podía irse al vestuario antes de tiempo.

Lopetegui, pues, acudió a la lógica en el entreacto e hizo lo que hubieran hecho el 99 por ciento de los sevillistas presentes en el estadio. No había un cambio más cantado que ése, Gudelj por Franco Vázquez y asegurar que una de las opciones de expulsión era evitada. Está claro que tanto Fernando como Diego Carlos tienen más experiencia para medirse, entre otras cosas porque raro es el día en el que no ven una cartulina con su manera de defender.

El fútbol, sin embargo, es caprichoso. El Sevilla defendió infinitamente peor con Gudelj que con Franco Vázquez, entre otras cosas porque al serbio le costó hacerse con el sitio y también porque el Granada dio un paso adelante con Foulquier, el entrenador sevillista se llevó todo el segundo periodo tratando de ajustar piezas, moviendo a Gudelj, Fernando, Koundé o Sergi Gómez para protegerse y al final consiguió que los suyos se fueran con la portería a cero. Para entonces, la prosa ya se había impuesto a la lírica, pero quién le puede afear nada al Sevilla más eficaz del curso en casa. Puntos y más puntos, tres nada menos....

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