Definitivamente, una vez más se le está torciendo el curso a Chevantón, que hasta dentro de un mes no podrá incorporarse al grupo. Desde que llegó en el verano de 2006, el uruguayo ha salido a lesión grave por temporada. En el primer año fue una dolencia en la espalda por una fisura en la vértebra. Luego vino la pelea con Juande Ramos, por la que se quedó sin ficha. Y por último, cuando Manolo Jiménez ya contaba con él tras ser inscrito con el curso empezado, se lastimó la rodilla en un partido ante Osasuna. Hubo de operarse dos veces, en Sevilla y Montevideo, y ahora le ha vuelto a dar la cara su articulación.

El último partido que jugó fue ante el Málaga, tras aparentar que había superado su recaída con Uruguay, el 11 de octubre. Pero, tras recibir una nueva baja médica, su rehabilitación no avanzaba y las pruebas realizadas el viernes en Vitoria no dan excesivo pie al optimismo. No tiene afectado el cartílago de la rodilla derecha, pero deberá permanecer al menos otro mes de baja.

Ésa es la conclusión a la que llegaron los médicos que lo tratan tras su visita a la clínica especializada en traumatología La Esperanza, en la capital alavesa. El pasado viernes, el uruguayo y Lautaro Acosta, que tampoco termina de salir del esguince de tobillo que sufrió ante el Stuttgart, se sometieron a un cartigrama (una resonancia con cartograma) para avanzar en un diagnóstico más profundo.

En el caso del charrúa, deberá estar dos semanas con un tratamiento farmacológico conservador, puesto que la prueba ha confirmado la dolencia ósea que arrastraba en la rodilla operada (síndrome femoropaletar, que produce dolor entre la rótula y el fémur). De momento, al no estar afectado el cartílago, se proseguirá con la rehabilitación. Su incorporación al grupo está prevista para dentro de un mes.

En cuanto a Acosta, su evolución sí está siendo más positiva. El argentino se lastimó su tobillo izquierdo en el primer partido de la liguilla de la UEFA, el pasado 23 de octubre. Fue un fuerte esguince, pero su rehabilitación se ha alargado más de lo normal. Incluso hubo de ser infiltrado con factores de crecimiento en el ligamento afectado. Aun así, se ha estimado oportuno que siga la rehabilitación durante diez días.