El francés Joris Gnagnon aterrizó anoche en Sevilla para pasar el reconocimiento médico y firmar como nuevo refuerzo para el equipo de Pablo Machín después de que su club, el Stade Rennes y el Sevilla, cerraran un acuerdo el lunes como adelantó Diario de Sevilla. Paralelamente, Sergi Gómez, cuyo fichaje también se daba por hecho en dicha información, viajaba a la ciudad hispalense por carretera y tenía prevista su llegada pasadas las dos de la madrugada.

Ambos serán futbolistas del Sevilla en las próximas horas de forma oficial, una vez que se resuelvan todos los trámites burocráticos que requieren las operaciones de este calado en un mundo que muchas veces ofrece sorpresas desagradables, de las que además el Sevilla tiene experiencia al haberlas sufrido en carne propia. El verano pasado con Vitolo o este mismo año con alguna operación casi cerrada que se cayó conforme los actores de las negociaciones se dejan llevar por su falta de escrúpulos.

Algo de eso tuvieron que sufrir también este martes los gestores sevillistas, que se encontraron con la desagradable sorpresa de comprobar cómo los dirigentes del Stade de Rennes exigían nuevas condiciones en un acuerdo que ya quedó cerrado el lunes. Es una práctica habitual en el fútbol que no siempre acaba rompiendo la baraja. El Rennes llegó a romper el acuerdo, causando el lógico estupor en la tercera planta del Ramón Sánchez-Pizjuán.

El Sevilla había pactado con el Rennes el traspaso del futbolista por algo más de 10 millones de euros más bonus en variables que lo acercaban a 15, pero el club francés pretendía incluir nuevas condiciones económicas. Incluso el presidente del Rennes reconocía haber negociado con el Sevilla, si bien omitió que el entente era total. "No puedo negar los contactos con el Sevilla. Este miércoles no hay acuerdo y Joris sigue siendo un jugador del Stade de Rennes por el momento", decía Olivier Letang en la presentación de un futbolista. Ese "hoy", pronunciado con énfasis, era un desafiante mensaje a los gestores nervionenses. La nueva postura del Rennes obedecía a una treta negociadora que además contaba con la ventaja de que el jugador es pretendido por otros clubes y de que los agentes, siempre al acecho de mayor tajada, suelen ofrecer su producto a terceros incluso después de haber cerrado un acuerdo.

No obstante, que el jugador esté ya en Sevilla es señal de que la operación ha de cerrarse con un final feliz una vez que Gnagno supere todas las pruebas médicas y el Rennes acepte respetar lo pactado.

Gnagnon es un central muy joven y prometedor que cumple el perfil del jugador aún con recorrido que Caparrós deseaba para el centro de la defensa, donde la idea que tiene el Sevilla es traer otro central con más experiencia. Con 21 años, destaca por su rapidez en el corte, su decisión a la hora de ir al balón y su buen dominio de los tiempos que requiere uno de los principios defensivos básicos como es la entrada.Internacional sub 21 con Francia, selección en la que coincidió con Lenglet, Gnagnon ha jugado más de 70 partidos en la élite con el Rennes en sólo dos temporadas en las que ha anotado dos goles. No es muy alto (mide 1,82) pero es valiente y muy potente en el salto, fruto de su desarrolladísimo tren inferior. Es de complexión fuerte y su pierna dominante es la derecha.

Si finalmente se mantiene el acuerdo que el Rennes ha amagado con romper exigiendo nuevas cantidades, el Sevilla pagará por Gnagnon una cifra algo superior a los 10 millones de euros de fijo que, sumado a los bonus por objetivos, podría acercarse a los 15.

Mientras, Sergi Gómez llega con un perfil algo más bajo, aunque también ha levantado menos expectación que el francés por tratarse de un jugador archiconocido en España aunque nunca sobresalió demasiado. Tiene 26 años, 1,85 de estatura y acumula muchísima experiencia en Primera, más de 200 partidos en el Celta, donde llegó en la temporada 14-15 después de debutar en el Barcelona y formarse en su cantera. Por el catalán el Sevilla abonará al Celta unos cinco millones de euros.