La crónica

Bendita rutina de ganar (3-1)

  • El Sevilla saca adelante una tarde que se le complica más de la cuenta frente a un ordenado Zaragoza · Tras el 1-1 de Jarosik, Kanoute y Negredo sentenciaron desde los 11 metros.

El Sevilla sigue adelante con su escalada de la segunda vuelta. El equipo de Gregorio Manzano parece que se ha acostumbrado a salir con una sonrisa de los partidos que le va deparando el calendario y lo hace casi como quien no quiere la cosa, por rutina. Ayer no tuvo un torito fácil precisamente, pues un Zaragoza muy bien puesto sobre el campo le complicó muchísimo el triunfo, pero al final el resultado que se consignaba en el acta de Iglesias Villanueva era una victoria de los blanquirrojos y eso es lo único que cuenta en este tramo de la temporada. En éste y en todos, por supuesto.

Vaya por delante que no fue el Sevilla brillante de marzo, que el juego no estuvo en consonancia con lo que se había visto en el mes anterior. Las circunstancias con las que llegaba este encuentro eran complicadas por diferentes motivos que correspondían unívocamente a una peligrosa distracción. El parón liguero no le había venido bien a la tropa de Manzano por la sencilla razón de que se piensa, tanto dentro del club como fuera, más en la próxima temporada que en la presente y que se había hablado muchísimo más del futuro que del presente. Si a esto se le suman los viajes, y el cansancio lógico, de varias de las piezas fundamentales, como Cáceres, Fazio, Medel, Rakitic, Jesús Navas o Kanoute, incluso Zokora o Romaric, es evidente que el regreso a la competición liguera no iba a ser fácil para un Sevilla que había enlazado una serie de buenos resultados.

Por ello, tienen más valor si cabe estos tres puntos frente a un Zaragoza que supo colocarse en el campo de una manera bastante equilibrada e incómoda para los locales, pero que acabó cayendo por las circunstancias que tiene el fútbol cuando se concatenan unas con otras. Casi acababa de empatar Jarosik tras una falta bastante rigurosa de Martín Cáceres a Bertolo cuando Contini le pone un plantillazo flagrante a Kanoute que no es sancionado. Sin embargo, es el italiano quien se queda fuera del campo lesionado y en su zona aparece Ponzio para cometer un penalti, si es que lo fue, sobre Martín Cáceres.

El Sevilla se había sobrepuesto al susto del 1-1 en menos de diez minutos y podía atisbar el futuro de nuevo con optimismo por mucho que le tocara sufrir más de la cuenta. Como ya lo había hecho en el primer periodo a pesar del espejismo en el que se convirtió la primera ocasión de Jesús Navas con escasos 40 segundos contabilizados en los cronómetros. A partir de ahí se vio que el Zaragoza gozaba de superioridad en el centro del campo gracias al planteamiento que había dispuesto Javier Aguirre y eso incomodaba en exceso a Rakitic y Medel.

Porque los dos últimos fichajes son buenos futbolistas, notables incluso, pero no son dioses y difícilmente podrán superar a un adversario que le coloca alrededor de ellos a cinco elementos. Eso fue lo que hizo Aguirre, quien dispuso a Ponzio como libre de un centro del campo y situó a Ander Herrera, Gabi, N'Daw y algo menos a Bertolo en los alrededores de Medel. El chileno trataba de multiplicarse como siempre, pero echaba de menos algo de ayuda desde zonas más adelantadas, pues ni Kanoute ni Negredo, sobre todo el primero, estuvieron por la labor en ese sentido. Además, aunque la temperatura había bajado algo, Rakitic se llevó con la cara al rojo vivo todo el encuentro en su lógico proceso de adaptación a correr con tantos grados para él. El resultado, en definitiva, era que el Zaragoza ganaba en esa disposición táctica de sus elementos y daba la sensación de que el Sevilla tenía que remar contra la corriente.

Pero eso no quiere decir, ni muchísimo menos, que el Sevilla fuera inferior en otras facetas del juego. Por ejemplo, en los acercamientos a la portería rival con algo de peligro gozaba de superioridad en el recuento sin contar siquiera los numerosos disparos de Rakitic desde el borde del área. Tanto Negredo como Kanoute ya habían estado a punto de remachar un córner rozado en el primer poste y en el siguiente aviso, al filo del intermedio, llegaría uno de esos centros de Jesús Navas que sí se convierten en medio gol. No pudo alcanzarlo Negredo, pero sí Perotti en segunda instancia y el conjunto local se iba al intermedio con la tarea encauzada.

Aunque no del todo, pues el Zaragoza tardó muy poquito en dejar las cosas como al principio. Bastó con un despiste a balón parado para que así fuera y el Sevilla tenía que volver a tomar la iniciativa, algo que cada vez era más complicado conforme el cansancio se fue apoderando de Medel. Pero llegó la jugada de Ponzio y Cáceres y, por qué no decirlo, la suerte esta vez se alió con el equipo de Manzano, sobre todo cuando Bertolo se quedó solo delante de Javi Varas. También tuvieron opciones Perotti y Fazio, cierto es, pero el conjunto nervionense sufrió para ganar. Aunque supo hacerlo y eso es importante para que este Sevilla ya casi gane por rutina. Bendita rutina por supuesto.

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