Cofradías · el amor

Sin esa vieja melodía que nació en El Cerro

  • La cofradía de Jesús Divino Obrero prescinde de la Banda del Amor tras casi 30 años de acompañamiento

En muy contadas ocasiones la música cobra un protagonismo como el que ayer adquirió en la procesión de la Hermandad del Amor. Las bandas van y vienen cada año de unas procesiones a otras e incluso de unos municipios a otros, fuera y dentro de la provincia. Sin embargo, la ausencia de la Banda del Cristo del Amor tras casi tres décadas de acompañamiento musical fue de lo más comentado entre los vecinos y fieles de El Cerro, un barrio que cada Domingo de Ramos bulle y se viste de gala para recibir a sus titulares: el crucificado, el Señor del Silencio y la Virgen de la Encarnación.   

Bajo la rampa de la parroquia de Jesús Divino Obrero ya no se encontraban los componentes de esta banda que fundó uno de los históricos de esta cofradía del Campo de la Verdad, Francisco Vázquez Vacas. En su lugar estaban los músicos de la Banda de María Inmaculada, de Linares, que cumplieron con nota la difícil tarea de interpretar marchas procesionales como Virgen de la Encarnación, la composición que Abel Moreno dedicó a esta advocación y una partitura con la que la formación del Amor recibía cada año a su titular mariana.

Al margen de esta ausencia, El Cerro vivió la salida de sus “santos” –como así llaman a los titulares– con el mismo fervor e ilusión de años anteriores y con las peculiariades propias de este barrio. Así, los vecinos de la calle del Beato Henares –una de las más largas de la ciudad– colocaron decenas de taburetes y sillas de enea y plástico para ver pasar a los nazarenos de esta hermandad. Otros colgaron las clásicas colchas de damasco rojo y cubrieron los balcones con plantas y flores de colores.

El Cerro, en definitiva, acogió un aluvión de detalles para celebrar uno de los días más señalados en su particular calendario. Sus vecinos se reencuentran cada Domingo de Ramos con la Córdoba de la margen derecha del río. Hasta los capataces, para alentar a los costaleros, repiten el ya clásico “vámonos para Córdoba”. En este viaje hacia el otro lado de la ciudad fue ayer especialmente reseñable el paso por el Puente Romano tras dos años sin hacerlo. Este momento se vivió a las 22.00, al regresar la cofradía a su barri

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