Semana Santa

Los tambores tomaron las calles de Baena

El Miércoles Santo en Baena amaneció temprano. El sonar incesante de los tambores coliblancos y colinegros despertó una tímida sonrisa entre los ciudadanos de esta localidad, acostumbrados desde tiempo inmemorial al trajín de los días de Semana Santa y al ir y venir, solos o en grupos, de los judíos por sus calles.

No faltaron a su cita y un año más las chaquetas rojas, los plumeros mecidos por el viento y el brillo de los cascos y tambores al contacto con el sol hicieron erizar el vello de los baenenses y les provocaron un hormigueo en el estómago al ver cumplido el arte de echar las cajas.

En la mañana de ayer era difícil pasear por alguna vía y no encontrarse con el caminar pausado y elegante de algún judío, en ocasiones, a solas con el tambor y olvidados por completo de que el resto de la ciudad, hasta al menos la hora del mediodía, continúa con sus quehaceres cotidianos.

El judío de verdad no dejará de tocar el Miércoles Santo, el día grande para los judíos de Baena, en el que ambas colas se darán la mano y sólo se separarán para el solemne momento de la procesión. Y así, por el pórtico de la iglesia conventual de San Francisco apareció, puntual como siempre, Nuestro Padre Jesús del Huerto acompañado por las marchas de su centuria romana que provocaron el aplauso emocionado de las cientos de personas congregadas para ver su salida.

La Cofradía de Nuestro Padre Jesús del Huerto y San Diego desfiló por las calles de Baena, ansiosas por ver de nuevo a Jesús de la Ventana, a Jesús de los Azotes, a San Diego y a Nuestra Señora de los Dolores. Además, esta procesión incorporó una hermandad de Los Apóstoles e introdujo numerosos cambios.

Por vez primera, los judíos colinegros, invitados por esta cofradía a desfilar en la procesión, abandonaron el desfile en la plaza de la Constitución una vez realizado el Prendimiento a Jesús, cumpliendo con una decisión tomada para aligerar la procesión, puesto que el número de judíos blancos y negros supera la cifra de los 3.000. Ambas colas no volverán a desfilar juntas en ninguna otra procesión, salvo en el Desfile de las Estaciones en la visita a los Sagrarios en la tarde de hoy.

santaella

Los dos pasos de la Hermandad del Señor Amarrado a la Columna y María Santísima de los Dolores de Santaella recuperó en la tarde noche de ayer su salida procesional desde la Parroquia de la Asunción, después de varios años partiendo de la calle Asensio López debido a las obras de restauración de la Catedrall de la Campiña. Los nazarenos desfilaron desde la calle Antonio Palma Luque hasta la iglesia, desde donde a las 21:00 partió el cortejo. Abrió el desfile el paso de Jesús Amarrado a la Columna portado por costaleros, mientras que minutos más tarde inició su recorrido el trono con la Virgen de los Dolores y San Juan Evangelista. El desfile del Amarrao hizo en primer lugar el camino por el Barrio Bajo, para llegar después a la Plaza Mayor e iniciar la subida por Antonio Palma Luque, Amaya Castellano y Arenal. En su regreso al templo recorrió la calle Corredera, cruzó de nuevo la Plaza Mayor y enfiló la calle Iglesia subiendo primero el Arco de la Villa. Una de las peculiaridades de esta cofradía es que sus hermanos pertenecen a dos familias de Santaella: los del Moral y los Merino.

pozoblanco

Dos cofradías hicieron ayer estación de penitencia en la localidad pozoalbense. La primera en abandonar su templo, el Rescatado, lo hizo a las 21:00. Los aledaños de la parroquia de San Gregorio acogieron a centenares de fieles que no se querían perder los primeros pasos pasos del Cristo de Medinaceli, que recorrió el municipio acompañado por soldados romanos a caballo.

Más tarde, a las 22:45 partió el Vía Crucis de la Caridad de la iglesia de Santa Catalina. Llegaba el turno del silencio, del negro en los atuendos y de los faroles como guía para iluminar un cortejo marcado por la solemnidad y el recogimiento. Pozoblanco sólo escucharía, hasta la recogida del Crucificado, el sonido de los tambores y el rezo de las estaciones de Vía Crucis.

La Rambla

Noche de estrenos -dos pasos y un crucificado a hombros- que protagonizaron el Miércoles Santo rambleño. En el primer paso, cinco imágenes representan la flagelación y coronación de Jesús en el patio de la casa de Pilatos. El portón de la puerta lateral de la parroquia de la Asunción se abría a las 21:30 para que la cruz de guía tallada y dorada con espejos procedente del antiguo convento de las Dominicas iniciara la estación de penitencia la hermandad de la Esperanza. Los nazarenos, con su hábito blanco y verde, comenzaron a desfilar acompañando a sus titulares. Mucha gente se agolpaba en la puerta de la parroquia para ver de cerca la difícil salida del misterio del Señor de la Columna. A continuación, el Cristo de la Veracruz y, por ultimo, la Virgen de la Esperanza, una de la tallas con más arraigo en la ciudad alfarera.

Este año la hermandad estrenó candelabros arbóreos para el paso de misterio, obra de Antonio Ibáñez Valles. Otra novedad fue la parihuela para el paso de palio, realizado por el propio capataz de la Virgen, Juan Amador García Casas. La banda de Nuestra Señora de la Estrella cerró el desfile.

Montilla

Un millar de nazarenos arropó al Santísimo Cristo del Amor en su recorrido por las calles de Montilla. Las 11 campanadas de la iglesia de Santiago Apóstol dieron la señal de salida a los hermanos que abriron un Vía Crucis muy sentido por la localidad. Quienes no participaron como nazarenos, lo hicieron como público. Todos implicados en el cortejo a su manera, pero siempre comulgando con las señas de identidad de entrega y evocación de la fe que demuestra como pocos el hermano Luis Pedraza con su ya clásico canto desde la puerta de la cárcel.

priego de Córdoba

El Miércoles Santo es el día de Jesús Preso en Priego de Córdoba. La hermandad, que fue la primera en la localidad en sacar dos pasos, dejó estampas preciosas en el momento de la salida de su templo. Allí, en la plaza de San Juan de Dios, a las 22:00, la oscuridad del lugar, la Luna llena prieguense y la dificultad de maniobra de la que gozaban los pasos dieron lugar a momentos muy íntimos, en los que la Semana Santa adquiere una dimensión aún más especial.

montoro

El casco histórico de Montoro vivió anoche la procesión del Santísimo Cristo de las Penas. El desfile, caracterizado por la sobriedad, estuvo ambientado por el sonido ronco del tambor y los motetes. El titular de la cofradía es una talla del siglo XVII que se veneraba en la antigua iglesia conventual de los Carmelitas Descalzos, bajo la advocación de Cristo de la Salud. Los nazarenos que participan en el desfile procesional vistieron túnica negra, cubre rostro rojo cardenal y cíngulo de pita blanco. Además, los miembros del cortejo iluminaron las calles del recorrido portando faroles alzados.

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