Las imágenes que llegan a ocupar un puesto en los pasos que procesionan en Semana Santa, o en las propias iglesias en las que se les rinde culto, guardan entre sus rasgos una historia que explica cómo nació cada uno de los surcos y de los detalles que le otorgan la vida e identidad que exhiben ante cualquiera de las miradas que se les pose. El público desconoce los cambios que la obra ha sufrido desde que surge como idea en la mente de su creador hasta que se añade el último retoque a su policromía.

Por ello, la exposición Pasos de la materia recoge la obra del imaginero cordobés Antonio Bernal en la Fundación Cajasol hasta el próximo 21 de abril, con el objetivo de mostrar este proceso de creación, “desde el primer trazo” y siguiendo “todas las fases previas hasta que la escultura se hace realidad”.

Así lo explica el comisario de la muestra, Luis Manuel García, que señala que “cumple una función didáctica para los alumnos en formación” a la vez que “enseña ese mundo personal del autor que se refleja en la obra”. Se trata de la tercera cita que organiza el también director de la Escuela de Arte Dionisio Ortiz dentro de un ciclo que comenzó en 2017 que busca mostrar “el auge y la proyección laboral” de la profesión con ayuda de las colaboración de las distintas entidades que colaboran con la escuela.

'Pasos de la materia'.

El imaginero Antonio Bernal, protagonista de esta exposición monográfica, señala que la motivación de Pasos de la materia es “mostrar al espectador la importancia del boceto y de los pasos que se dan en el proceso de creación”. Bernal, que ya participó en la muestra colectiva de 2017 “que mostraba la variedad de expresiones” del mundo de la escultura, afirma que lo más apasionante para él es “pasar la imagen de la mente al boceto, al barro, cuando modelo disfruto plenamente y lo hago estando solo y a gusto”. Sobre las dificultades, señala que “conseguir los gestos y las expresiones que deseas” como “el reto propio que plantea la obra” y que le sumerge “en un proceso de lucha” para poder definir la escultura.

La exposición recoge el trabajo del imaginero cordobés de forma que da ejemplo del sello que el artista deja en sus obras, especialmente en el uso de la iconografía y de los gestos que busca capturar. Este aspecto está latente en imágenes como la representación de Jesús amarrado a la columna, realizado para la Hermandad de la Santa Vera Cruz de Belalcázar, una obra que realizó “con gran ilusión y que contiene todo el conocimiento acumulado en los años que me ha ayudado a resolver la expresión, la tensión de las manos al recibir el latigazo o el volumen del paño”.

'Pasos de la materia'.

Del mismo modo se puede apreciar en el Cristo que pertenece a la Lanzada de Elche, una obra “muy personal” en la que el artista plasma su identidad a través “del giro del cuerpo y la posición en aspa de los pies” al igual que con la innovación en el sudario “que muestra las proporciones del cuerpo y se sale del estilo clásico”.

Otro de las obras importantes de la muestra es la obra que Bernal titula como Arrepentimiento, que muestra al soldado que clavó la lanza en el cuerpo de Jesucristo y que “ofrece otra vista al paso al situarse en la parte trasera”. La escultura está acompañada de un boceto que muestra la evolución de la idea original.