Semana Santa

Muerte para Jesús e indultos para los hombres

  • anécdotas para el devocionario· Algunas procesiones estaban todavía vinculadas a los gremios y sus barrios a principios de siglo; de tal modo que la Cofradía de los Curtidores sacaba el Lunes Santo a Jesús en el Huerto de San Francisco, y la de los Panaderos llevaba a Jesús Nazareno, desde San Lorenzo al Marrubial, cada Domingo de Pasión.· En 1978 la Agrupación de Cofradías renunció a la subvención de más de 660.000 pesetas del ayuntamiento de Córdoba, presidido por Antonio Alarcón, desistiendo asimismo de instalar los palcos. A cambio, la corporación municipal la facultó para explotar un máximo de 100.000 sillas. Ese mismo año, el paso de Nuestro Padre Jesús del Prendimiento sufrió una avería a unos metros de San Lorenzo que le impidió incorporarse a la carrera del Martes Santo. · En relación a la salida de la Virgen de las Angustias en 1936, aseguraba un columnista de 'La Voz' que hubo reunión extraordinaria de ediles republicanos. Se cuestionaba la solicitud de salida de la hermandad, basada en la tradición y devoción de los cordobeses a la Virgen; y al no llegarse a un acuerdo, el alcalde Sánchez Badajoz sentenció que permitiría la procesión siempre que fuera laica. Nunca podrá saberse si el hecho fue real o fruto de la ironía del cronista.

1910. La procesión del Viernes Santo casi hubo de suspenderse a causa del aguacero que cayó unas horas antes de su salida del Salvador el 25 de marzo de 1910. En su recorrido, contó con los pasos de Jesús Amarrado a la Columna, El Nazareno, Jesús Caído, Jesús Crucificado, Nuestra Señora de las Angustias, el Santo Sepulcro y la Señora de Córdoba. A las 21:00 la procesión hizo su entrada en la plaza de la Compañía, desde donde partió a solas la Virgen de los Dolores hacia San Jacinto, cruzando la calle Gondomar y Gran Capitán. Esa misma mañana, en la prisión del Alcázar de los Reyes Cristianos se recibía a mediodía el tradicional indulto del soberano, entonces Alfonso XIII, que "en el acto de adoración de la Cruz" otorgaba "la prerrogativa" de salvar de nuevo a "esta población del horrible espectáculo del patíbulo". Se trataba de cinco condenados a muerte por el asesinato de un joven en Dos Torres. Llegada la Pascua de Resurrección, la Real Hermandad de María Santísima de Linares repitió una costumbre de años anteriores y, coincidiendo con el sermón del primer día de novena, congregó a los cordobeses en el entorno del Santuario el 27 de marzo. Por vez primera "para solaz y recreo de los romeros", convocó concurso de caravanas, conciertos de banda militar y contó con la presencia "de una acreditado industrial", que estableció un "restaurante en la explanada" para que el público tomara "fiambres de todas las clases y vinos de las mejores marcas", desquitándose así de los ayunos y abstinencias cuaresmales.

1921. Era tradición que el Jueves Santo por la tarde saliera el Señor Obispo a visitar los sagrarios. A las puertas del palacio esperaban las autoridades civiles y religiosas, y algunos pajes. El rito se repitió también el 24 de marzo de 1921. Los templos estaban abarrotados de público desde primeras horas de la tarde hasta la madrugada, formando parte del mismo mujeres tocadas con mantilla. Ese año se dio una curiosa circunstancia: al paso del Ordinario del lugar -Adolfo Pérez Muñoz- por las calles, los ciudadanos comenzaron a congregarse tras él, de tal modo que, como era costumbre que visitara todos los templos, en los últimos la multitud no cabía en ellos. Para la prensa era "una prueba de la simpatía que ha sabido conquistarse nuestro prelado", y se demostraba según El Defensor de Córdoba con que "no hubo una sola persona, de toda clase y condición" que a su paso no se sumara al cortejo. Así las cosas, los dos seminaristas que le servían de pajes dejaron esa función al pueblo. Aquel año tuvo también sombras: se produjo un accidente en la plaza de Capuchinos al caer una de las tulipas de la Virgen de los Dolores, que se estampó en el suelo creando la alarma entre los congregados. No fue el único suceso de la tarde, ya que uno de los ramos artificiales que adornaban el paso se prendió en la plaza de Benavente, volviendo a reproducirse escenas de temor en el público.

1956. Cambiaron los días de salida de algunas de las Cofradías, los horarios e itinerarios de las procesiones. En 1956 el Santo Sepulcro ya no inició su recorrido en torno a las 19:00 en San Salvador, haciendo su aparición prácticamente a la misma hora en la antigua plaza de José Antonio. La Semana Santa de aquel año trasladó la salida del titular a la Catedral, y el horario a las 22:00. No faltaron la Virgen de los Dolores, el Cristo de la Expiración y Nuestro Padre Jesús del Descendimiento. Un total de 21 hermandades completaban la Semana Mayor, que estrenaba una carrera oficial sin palcos; habían sido sustituidos por barandas metálicas. Aquel año se le dio especial relevancia a los niños en la Procesión de las Palmas, que tuvo su réplica en la noche con la salida de Jesús Rescatado, María Santísima de la Esperanza y la del Cristo del Amor, que iniciaba su andadura en la parroquia de Jesús Divino Obrero, al otro lado del río.

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