Subbética

Lucena acompaña a la Virgen de la Soledad en su dolor ante el Cristo Yacente

  • La Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad expone en veneración a su titular durante la mañana y la tarde de este Sábado Santo

Virgen de la Soledad y Cristo Yacente, en la iglesia de Santiago Apóstol de Lucena.

Virgen de la Soledad y Cristo Yacente, en la iglesia de Santiago Apóstol de Lucena. / M. González

Entre las columnas marmóreas del siglo XIX, la Virgen de Soledad de Lucena, resguardada en el templo de Santiago Apóstol, vela en este Sábado Santo al Cristo Yacente.

Un altar sobrio, estremecedor y de solemne y simbólica oscuridad, custodia el último luto pasionista. Sólo las velas salvaguardan la luz y la Capilla mariana, con unas testimoniales flores, presagia la Resurrección de Cristo.

El culmen doloroso de la Semana Santa impresiona, este año, en un punto de la iglesia donde se imploró al Santísimo Sacramento en el inicio del Triduo Pascual.

La muerte de Jesús, Caído o en su Columna, se prolonga en el barrio históricamente judío durante la penúltima jornada de los ocho días que celebran más de 2.000 años. La talla del imaginero sevillano Luis Álvarez Duarte se adentra en la victoria de la vida eterna.

La dimensión cuantitativa y etérea de la estación de penitencia de la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad, instituida, en negro y blanco, allá por 1.564, se compendia entre los icónicos pilares octogonales.

La veneración a la Titular mariana comprende la mañana de duelo y desconsuelo y la tarde que avanza entre ignotas expectativas y el retorno a la verdad de Jesucristo.

Los constantes hermanos de vela se reemplazan por las súplicas anónimas; las decenas de mantillas viran en confesiones impensables; y el incienso abandona el aire y se condensa en una iglesia singularmente semanasantera.

El vía crucis cuaresmal del Cristo Yacente preludiaba una muerte que, siempre, acompañó, desde su Soledad, la Virgen María. La escena, doble y única, consuma el martirio y la angustia de la Cruz y desemboca en un resurgimiento dominical del Hijo de Dios.

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