medioambiente

La polución también incide en la demencia

  • Empieza a visibilizarse la urgencia de medidas sobre el tráfico rodado

  • Nuevos estudios amplían los riesgos

El Ayuntamiento de Madrid ha aplicado recientemente las restricciones al tráfico establecidas en su protocolo contra la contaminación.

El Ayuntamiento de Madrid ha aplicado recientemente las restricciones al tráfico establecidas en su protocolo contra la contaminación. / mariscal / efe

Con las medidas aplicadas en Madrid, la política municipal para reducir la contaminación producida por los vehículos en las grandes ciudades está empezando a visibilizarse. El debate social, o al menos sus expresiones en los medios o en las redes, llega en ocasiones a despertar voces que cuestionar la importancia de la salubridad del aire que respiramos , dudar del impacto de estas medidas o relativizar el daño que la contaminación urbana supone para la salud. "¿Dónde esta esa boina que yo la vea?", pregunta un anónimo encuestado que tarda un rato en ser carne de meme. Mientras, en China, donde los altísimos índice de contaminación hacen cada vez más frecuentes las mascarillas, la calidad del aire ha empeorado estos días coincidiendo con una niebla muy espesa.

Este ruido de fondo coincide con la publicación de un estudio que parece demostrar que la demencia es más común en personas que viven a menos de 50 metros de una carretera principal que en quienes viven más lejos, según concluye un estudio que analizó a 6,6 millones de personas. Sin embargo, la investigación no encontró ninguna relación entre la exposición al tráfico y la enfermedad de Parkinson o la esclerosis múltiple.

Son obvias y están más que demostradas las consecuencias de la contaminación en la aparición de las enfermedades respiratorias, pero no su influencia en las enfermedades neurodegenerativas. Este estudio observacional, cuyos resultados se publican en The Lancet, estima que hasta uno de cada diez (de un 7 a un 11%) casos de demencia podría atribuirse a vivir cerca de una carretera principal y que el vínculo es más fuerte para aquellas personas que viven cerca del tráfico pesado.

Investigaciones anteriores han sugerido que la contaminación del aire y el ruido del tráfico pueden contribuir a la neurodegeneración, con un estudio que reveló que vivir cerca de una carretera se asocia con reducción de la sustancia blanca y menor cognición. Asimismo, otros dos trabajos anteriores publicados en la revista Archives of Internal Medicine, ya mostraron que la inhalación de partículas, incluso a niveles considerados seguros por la Agencia de Protección Ambiental (EPA), puede aumentar el riesgo de accidente cerebrovascular isquémico agudo y de deterioro cognitivo. El estudio publicado ahora se centró en investigar el vínculo entre vivir cerca del tráfico pesado y el inicio de las principales enfermedades neurodegenerativas.

Los investigadores rastrearon a todos los adultos entre 20 y 85 años que vivían en Ontario, Canadá -aproximadamente 6,6 millones de personas- durante más de una década, entre 2001 y 2012. Utilizaron los códigos postales para determinar la cercanía de las personas a una carretera y analizaron los registros médicos para ver si pasaron a desarrollar demencia, enfermedad de Parkinson o esclerosis múltiple.

Casi todas las personas (95%) del estudio vivían a menos de un kilómetro de una carretera principal y la mitad, a menos de 200 metros de una vía importante. Durante el periodo de estudio, más de 243.000 personas desarrollaron demencia, 31.500 desarrollaron enfermedad de Parkinson y 9.250 personas esclerosis múltiple.

Aunque no había asociación entre vivir cerca de una carretera y la enfermedad de Parkinson o la esclerosis múltiple, la demencia era más común en las personas con hogares más cercanos a las carreteras ocupadas. El riesgo de desarrollar demencia se redujo a medida que las personas viven lejos de una carretera principal: con un riesgo de un 7% a un 11%mayor de desarrollar demencia entre los que viven a menos de 50 metros, un 4 por ciento más de riesgo a entre 50 y 100 metros, un riesgo un 2% mayor a 101 -200 metros y sin aumento de riesgo en quienes viven a más de 200 metros de distancia.

Los investigadores también encontraron que la exposición a largo plazo a dos contaminantes comunes (dióxido de nitrógeno y partículas finas) se vinculó con demencia, pero no se tuvo en cuenta el efecto completo, lo que significa que otros factores también son susceptibles de estar involucrados. Entre ellos, se podrían incluir otros contaminantes del aire o el ruido del tráfico.

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