Si bien en 2016 alrededor de 1,8 millones de personas contrajeron la infección por el VIH, lo que representa una disminución del 39% con respecto a los 3 millones de personas que contrajeron la infección en el pico de la epidemia a finales de los años noventa, este mismo informe advierte que las nuevas infecciones por el VIH están aumentando a un ritmo rápido en los países que no han ampliado los servicios de salud.

En Europa oriental y Asia central, por ejemplo, las nuevas infecciones por el VIH han aumentado en un 60% desde 2010 y las muertes relacionadas con el sida en un 27%. Según informan desde Médicos del Mundo, Débora Álvarez del Arco y Julia del Amo, son dos investigadoras del Instituto de Salud Carlos III de Madrid que, junto a un equipo internacional más amplio, han realizado un estudio para conocer el estado de la infección del VIH en personas migrantes seropositivas en Europa. El estudio se llevó a cabo entre julio de 2013 y julio de 2015 en 57 clínicas de nueve países europeos, con migrantes mayores de 18 años diagnosticados en los 5 últimos años y nacidos en el extranjero. Entre las principales conclusiones de su estudio, destaca que la población inmigrante con VIH en Europa supone un tercio de los nuevos diagnósticos en toda la Unión Europea y que el 63% de las personas participantes en el estudio adquirieron el VIH después de migrar a Europa. Las investigadoras destacan por tanto, como aspecto clave a trabajar por parte de las ONG en aquellos países en los que desarrollan proyectos de salud, el informar a la población gay con expectativas de migrar a Europa sobre los riesgos de practicar sexo desprotegido.

Al mismo tiempo, señalan que existe un claro fallo en las políticas de prevención de los países europeos, lo cual supone a su vez un claro reto para el desarrollo de nuevas políticas desde la salud pública orientadas a frenar la adquisición del VIH de la población inmigrante que llega a la Unión Europea.