El tabaco es un vicio ligado completamente a efectos perjudiciales para todos los ámbitos de la salud y el desarrollo temprano de enfermedades como el cáncer. Eso sí, en sus orígenes esta planta descubierta y comercializada tras el descubrimiento de América, tenía también usos medicinales y ancestrales. En Portugal, por ejemplo, el tabaco fue empleado  contra la sarna, dolores de muelas, jaquecas, en lavados y como cicatrizante. Cuando se descubrió por los europeos en América, el tabaco ya estaba extendido por el continente para muchos usos, entre ellos, el de fumar tal y como lo hacemos hoy.  Además se aspiraba por la nariz, se masticaba, comía, bebía, se untaba sobre el cuerpo, era usado en gotas en los ojos y en enemas. 

Y aunque con el tiempo su uso haya quedado reducido al de la mezcla con componentes tóxicos para crear los cigarrillos, su planta se sigue estudiando para separar sus elementos beneficiosos y crear compuestos beneficiosos para la salud. Esto es lo que han conseguido el grupo de Biología Molecular y Fisiología Vegetal del Instituto Botánico de la Universidad de Castilla-La Mancha y el grupo de Biotecnología Aplicada de Plantas de la Universidad de Lérida. Gracias a la planta del tabaco han logrado crear un medicamento fitoterapéutico cien por cien natural que tiene un efecto positivo sobre la depresión y la demencia.

MEZCLA CON AZAFRÁN

 La unión del azafrán con la planta de tabaco pues, mediante el uso de técnicas de biotecnología, ha sido posible obtener plantas de tabaco capaces de sintetizar y acumular crocinas en diferentes especies de Nicotiana.

Estas crocinas son compuestos que están limitados a unas pocas especies de plantas, entre ellas el estigma de la flor del azafrán.  La crocina es el principal responsable del característico color rojizo del azafrán. Según estos investigadores, las crocinas tienen un efecto positivo en el tratamiento de la depresión y la demencia y ya están ampliamente descritas sus propiedades analgésicas, sedantes, anticancerígenas y de protección neurológica.

Modificar la planta de tabaco de forma transgénica podría tener un uso futuro para desarrollar antidepresivos. Todo ello para superar las barreras económicas que supone el acceso a la especia del azafrán y hacer posible ''un coste más bajo y una mayor producción," explica una de las 'madres' de proyecto Silvia López, quien destaca que "de esta manera favoreceríamos la salud mental de las personas.''

Todo esto resulta poético ya que la misma planta de la que nace uno de los vicios más mortales del mundo, además de sus efectos psicológicos cuando se trata de abandonar, podría convertir la enfermedad en remedio. 

Asimismo,  las crocinas tienen un potente efectos contra los radicales libres, lo que se asocia con otras propiedades como su potente efecto de antioxidante neuronal, la estimulación en la fabricación de bilis en el hígado para una mejor digestión, su acción antiproliferativa contra las células cancerosas o, como hemos mencionado, su acción antidepresiva, que se puede comparar con ansiolíticos o antidepresivos como el Prozac.