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¿Has superado la Covid-19? No bajes la guardia ante estas posibles secuelas

¿Has superado la Covid-19? No bajes la guardia ante estas posibles secuelas

¿Has superado la Covid-19? No bajes la guardia ante estas posibles secuelas

2020 ha sido un año duro del que todos estamos deseando despedirnos, llegó con un número redondo, pero se torció en el mes de marzo como consecuencia de la pandemia causada por el SARS-Cov-2 que todavía no conseguimos dominar. España suma ya más de 1,6 millones de afectados, casi 234.000 en Andalucía, y sin duda uno de los aspectos que más debe inquietar a la población es lo impredecible que resulta la Covid-19, sin importar el sexo, la edad, la forma física o la presencia de patologías previas. Superar o no la enfermedad depende de múltiples factores, y también el hecho de salir de la enfermedad sin consecuencias o con importantes secuelas.

No hay que bajar la guardia y, por ello, los especialistas recomiendan llevar un seguimiento por parte de nuestro médico de familia o por un especialista en medicina interna que vigile nuestra salud de forma global y derivando a los distintos especialistas en caso de detectar alguna patología que precise de especial seguimiento, como pueden ser cardiopatías, problemas vasculares, dermatológicos, olfativos, respiratorios o neurológicos, entre otros muchos.

No se trata de vivir con miedo ante la posibilidad de sufrir los efectos del poscovid, pero sí es bueno estar atento y conocer algunos de ellos para saber cómo afrontarlos en caso de que aparezcan. De la mano de diferentes especialistas vamos a recorrer los principales efectos secundarios de la Covid-19 para saber qué tratamiento precisan.

Paciente en una sesión de olfatorerapia. Paciente en una sesión de olfatorerapia.

Paciente en una sesión de olfatorerapia.

Según indica el doctor Juan Maza Solano, otorrinolaringólogo y  Director de la Unidad de Entrenamiento Olfativo del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón de Sevilla, los síntomas más frecuentes de la enfermedad Covid-19 son fiebre, tos y dificultad respiratoria, así como fatiga y mialgias. Por el contrario, aunque la cavidad nasal desempeña un papel destacado en la enfermedad (es probable que la nariz sea el sitio de entrada, de asiento y de reproducción del SARS-CoV-2), los informes iniciales de síntomas nasales en la Covid-19 sugirieron una baja prevalencia, experimentada por menos del 10% de los pacientes infectados. Sin embargo, a medida que aumentó el número de casos en todo el mundo, se hizo evidente que la disfunción olfatoria (hiposmia o anosmia) fuera indicativa de la enfermedad.

Se ha informado que la prevalencia de la disfunción olfatoria entre los pacientes con Covid-19 es del (85%), y se asocia casi uniformemente con disfunción gustativa concomitante, continúa explicando el doctor Maza.  La alteración del olfato y del gusto puede ocurrir en cualquier momento durante el curso de la infección, pero por lo general aparece de forma temprana. Por lo tanto, los trastornos olfatorios parecen ser un síntoma altamente prevalente y si es repentino debe considerarse un predictor potencial de enfermedad, insiste el otorrinolaringólogo.

Aproximadamente el 90-95% de los pacientes con alteración del gusto y del olfato por el coronavirus, mejoran entre el 6º y el 9º mes posterior a la infección. Esta recuperación suele ser espontánea, aunque a veces puede apoyarse en la rehabilitación y el entrenamiento olfatorio. Precisamente, son los pacientes que mejoran más tardíamente, o quienes quedan con alguna secuela de disosmia o fantosmia quienes demandan más este tipo de terapia apostilla el doctor.

La pérdida de olfato y problemas en los pulmones, secuelas habituales

La infección por la Covid-19 es un proceso fundamentalmente respiratorio aunque afecte a colateralmente a otros órganos. Los pulmones son el órgano que se ve más afectado durante el transcurso de la enfermedad. Esa circunstancia también se refleja en las secuelas detectadas en los pacientes, una vez superada la infección. “Los neumólogos hemos observado que una de las principales secuelas afecta a la función pulmonar”, destaca José María Ignacio García,  Jefe de Servicio de Neumología de los hospitales Quirónsalud Marbella y Campo de Gibraltar quien advierte que estas deben evaluarse a tiempo para que no sean irreversibles.”

Paciente sometiéndose a una espirometría. Paciente sometiéndose a una espirometría.

Paciente sometiéndose a una espirometría.

El doctor explica que, aunque aún se encuentran en pleno proceso de investigación, su experiencia les indica que las alteraciones más comunes están relacionadas con la afectación de la función pulmonar como consecuencia del trastorno en el intercambio de oxígeno secundario a la afectación a nivel periférico de los vasos y del parénquima pulmonar. En los casos más graves, el enfermo requiere soporte ventilatorio semanas y meses después de haber superado el coronavirus, indica el especialista. El doctor Ignacio subraya que “aún se necesita más tiempo para alcanzar conclusiones definitivas ya que algunos pacientes han podido recuperar la función pulmonar plena mientras que en otros, las secuelas persisten”. Por último, el Jefe de Servicio de Neumología de los hospitales Quirónsalud Marbella y Campo de Gibraltar, afirma que existe una relación directa entre la gravedad del proceso de la enfermedad y las secuelas detectadas.

Mucho se habló de que la piel reflejaba algunos síntomas de padecer la enfermedad fundamentalmente en los niños, pero al parecer también los adultos presentan algunos de ellos y, tras la enfermedad secuelas dermatológicas. Por este motivo el especialista en Dermatología del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa de Sevilla, Tomás Toledo, hace mención a que existe una diferencia reseñable entre los pacientes de la primera ola y la actual. Desde que comenzó la epidemia los dermatólogos estamos viendo problemas en la piel en algunos de los enfermos afectados por la infección Covid-19, más allá de los cuadros secundarios al uso de mascarillas o al estrés emocional de estos días. Concretamente, “un grupo de dermatólogos participamos en el estudio Covid-Piel coordinados desde la Academia Española de Dermatología”. Hasta el 20% de los pacientes hospitalizados por Covid-19 en la primera ola presentaban algún elemento cutáneo, fundamentalmente en forma de lesiones similares a sabañones (perniosis). “Tanto éstas como lesiones de otro tipo aparecían en todo tipo de pacientes con coronavirus, independiente de su gravedad”, subraya el especialista.

Sin embargo, en la segunda ola, el dermatólogo asegura que apenas se están viendo lesiones de este tipo, ni en pacientes hospitalizados ni en consultas. “Resulta muy llamativo viendo el número de casos nuevos que sufrimos cada día y no sabemos por qué estaban tan presentes en los pacientes durante la primera ola y no en la segunda. Del mismo modo, aún hoy desconocemos qué significado pueden tener estas lesiones de cara a la posible evolución de los pacientes Covid-19“, concluye el especialista.

Desde el punto de vista neurológico algunos pacientes que han superado la enfermedad por el Covid-19 pueden presentar ciertas secuelas neurológicas que pueden afectar tanto al sistema nervioso central como al sistema nervioso periférico. 

Según indica Juan Manuel Ceballos, especialista en Neurología del Hospital Quirónsalud Córdoba, entre los síntomas seculares más frecuentes destacan la anosmia (pérdida del sentido del olfato), la disgeusia (alteración del sentido del gusto), cefaleas, dificultad para la concentración y fallos cognitivos. 

La mayor parte de estos síntomas permanecen durante varios meses tras la infección Covid-19. Aunque la mayoría de los pacientes terminan por recuperarse de estos trastornos a lo largo de los meses, existe un número no despreciable de pacientes que siguen presentando dicha sintomatología transcurridos más de 6 meses desde la infección por SARS-CoV-2, concluye el doctor Ceballos.  

Hay que tener en cuenta que los pacientes que han sufrido un ictus suman un factor de riesgo más que aumenta la probabilidad de presentar complicaciones en caso de infectarse de Covid-19, se trata por tanto de pacientes que presentan otro antecedente patológico que les hace más vulnerables y susceptibles de tener mayor morbimortalidad por dicha infección. “Teniendo en cuenta el estado protrombótico al que predispone la Covid-19, se ha podido observar que el riesgo de presentar ictus en pacientes afectos por el virus es más elevado que en aquellos que no presentan dicha patología infecciosa”, explica este especialista.

Respecto a los pacientes de Alzheimer, son mucho más vulnerables ante cualquier factor externo. Por tanto, cualquier infección (en este caso por coronavirus SARS-CoV-2) que pueda afectar a esta población puede ocasionar complicaciones más graves y descompensaciones más frecuentes de su propia patología de base (enfermedad de Alzheimer).

El corazón también sufre a causa de la pandemia

El corazón es también uno de los grandes perjudicados en los afectados por la COVID-19. La relación del SARS-CoV-2 con el corazón se produce por muchas vías, principalmente la afectación cardiaca se ocasiona en la fase de respuesta inflamatoria de la enfermedad, en esta fase son frecuentes los fenómenos trombóticos, sobre todo en pacientes graves y a muchos niveles como cerebral, pulmonar, pero también cardiacos donde ha estado relacionado con un aumento importante de la mortalidad. 

Según indica el doctor Antonio Gómez-Menchero, jefe de cardiología del Hospital Quirónsalud Huelva,  en el infarto agudo de miocardio  -la máxima expresión de la trombosis coronaria-, en pacientes con Covid-19 se ha caracterizado por estar asociado a una mayor carga de trombo de lo que estábamos acostumbrados con los pacientes no infectados, explica, y “esto era así por varias razones; una por la propia enfermedad que es protrombótica y otra como efectos colaterales de la pandemia, poco se ha hablado de esto, pero el miedo a acudir a los hospitales provoco  retraso en la llegada de pacientes al hospital, asociando una mayor morbimortalidad del infarto agudo de miocardio (IAM) que en la era pre-covid y condicionando  mayores secuelas como la insuficiencia cardiaca, arritmias ventriculares y muerte cardiaca”.

Otra cosa que hemos observado continúa Gómez-Menchero, “es que la existencia de factores de riesgo cardiovascular como hipertensión arterial, diabetes mellitus y su mal control, también han jugado un papel importante en el pronóstico de los enfermos de COVID-19 y entre ellos, el que se ha relacionado con mayor mortalidad ha sido la obesidad”.

Paciente sometiéndose a un ecocardiograma. Paciente sometiéndose a un ecocardiograma.

Paciente sometiéndose a un ecocardiograma.

En opinión del doctor, el daño cardiaco no solo se ha relacionado con fenómenos trombóticos, sino que también se ha producido por toxicidad directa al corazón provocando miocarditis, pericarditis o el síndrome de Tako Tsubo y como por estímulos indirectos provocados por la hipoxia, taquicardia e hipotensión, llegando a producir en los pacientes graves paradas cardiorrespiratorias tanto intra como extrahospitalarias, en aquellos que presentaban cardiopatía previa, un porcentaje nada desdeñable.

Asimismo, el daño miocárdico ha hecho que estos pacientes sufran arritmias de forma frecuente (Fibrilación auricular, Flutter auricular y menos frecuentes arritmias ventriculares). “En más del 50% de  los pacientes incluso con síntomas leves se han detectado en estudios, lesiones cardiacas en resonancia magnética como consecuencia de la infección, es por esto que pacientes con infecciones por Covid-19 leves presentan en un porcentaje no bajo síntomas, durante más de tres meses, de daño miocárdico y pulmonar, tales como disnea, taquicardia, mala clase funcional, agotamiento físico, el desarrollo de hipertensión pulmonar por embolias que han pasado desapercibidas y por daño cardiaco directo que aún no somos capaces de identificar”, relata este especialista.

El riesgo de trombos, un problema frecuente

Los daños del SARS-CoV-2 en el sistema vascular de los pacientes es también reseñable. El doctor Alejandro Rodríguez Morata, jefe de Servicio de Angiología y Cirugía Vascular y Endovascular del Hospital Quirónsalud Málaga, “en la primera oleada de coronavirus hemos notado en nuestro servicio el aumento de la presencia de trombosis venosas profundas sin fenómenos previos, algunos de ellos con embolias de pulmón asociadas; también trombosis venosas superficiales en pacientes sin varices previas”.

Por este motivo, el doctor explica que “desde el principio de la pandemia empezamos a recomendar a nuestros pacientes de alto riesgo la necesidad de estar anticoagulados de forma profiláctica si se habían contagiado por coronavirus, aunque fuesen asintomáticos, con dosis intermedias de heparina para evitar este tipo de riesgos”. El doctor manifiesta que no han visto ninguna trombosis arterial originada directamente por el coronavirus, aunque son conscientes de que en la UVI se han encontrado algunos casos, pero a nivel microarterial, no de grandes vasos.

En relación con las secuelas desde el punto de vista vascular, el doctor indica que son exactamente las mismas que producen este tipo de patologías trombóticas en pacientes sin coronavirus.

El doctor Rodríguez Morata relata que en el Servicio de Cirugía Vascular de Quirónsalud Málaga están haciendo un registro internacional con cirugía vascular a nivel europeo, liderado por un equipo de Suiza, donde se están registrando las incidencias de todas las trombosis y otro tipo de secuelas postrombóticas que han tenido en este tipo de pacientes durante la primera oleada. Y ahora, añade, “estamos empezando con la segunda, que es totalmente distinta porque todos hemos aprendido a manejar mucho mejor este cuadro clínico”. Como vemos, la Covid-19 acecha a nuestro organismo desde diferentes frentes y, en función de cada paciente, puede ser más o menos dañino una vez superada la infección. De ahí la importancia de no bajar la guardia y estar pendiente a cada posible señal de alarma para acudir al especialista más adecuado en cada caso.