FRANCISCO JOSÉ MARTÍNEZ. RECTOR DE LA UNIVERSIDAD DE HUELVA

"Si fuera millonario, pagaría por ser profesor en la Universidad de Huleva"

Tuvo la suerte de nacer en una de las zonas más bellas de la provincia de Huelva, “un lugar del Sur de Europa que nadie se imagina”, la Sierra de Aracena. Por eso no duda ni un segundo al preguntarle cuál sería su rincón favorito: “Campofrío, bueno, cualquier parte de la Sierra”.

Francisco José Martínez vino al mundo hace 44 años en ese rincón de la provincia onubense en el que “el tiempo se para” y del que admira su riqueza gastronómica, paisajística y cultural. Los ratos de meditación junto a la chimenea en invierno y sus veranos leyendo bajo un árbol en la playa de Islantilla son su particular refugio de una ajetreada vida como rector de Universidad, en un momento en el que estas instituciones se enfrentan a una transformación radical para adaptarse al Espacio Europeo de Educación Superior. Presidente del Consejo Económico y Social de Huelva y todavía docente e investigador, Martínez asegura tener cada vez menos tiempo para disfrutar de esos pequeños placeres junto a su familia, arrebatados incluso los fines de semana por las reuniones de rectores de Andalucía, cada vez con más presencia pública (“pero no somos un lobby”) y que preparan el cambio de la Universidad tal y como se la conoce para un plazo corto de dos o tres años.

A él se enfrenta el rector onubense con buena predisposición, asegurando que “nosotros lo vemos como una gran oportunidad”. Está al frente de una Universidad de reciente creación, de pequeño tamaño comparada con otras instituciones españolas pero en la media europea. Esa es a su juicio una de sus fortalezas, junto a una plantilla joven de profesores que “está muy motivada” y que desarrolla una labor investigadora relacionada con la provincia.

Él mismo es uno de los principales exponentes de esa plantilla. Está trabajando en una investigación en la que participan diez países europeos para aumentar el placer de la lectura de libros electrónicos, consiguiendo que puedan transmitir los olores de los personajes y las situaciones (ya consiguieron transmitir olores por internet), pero también ha desarrollado un proyecto para aplicar el teletrabajo al ámbito turístico. Convencido de que la Universidad tiene que servir a la sociedad, “tiene que participar en los procesos de solución de los problemas”, el rector considera que ese es precisamente uno de los déficit actuales de las universidades andaluzas, la transferencia de conocimientos que “hay que hacer antes de la investigación, no después, preguntando a las instituciones, empresas y a la sociedad qué problemas tienen”. El catedrático de Economía y el investigador se dejan ver al asegurar que “la investigación es en este momento el sector que permite que un país avance o no”.

Diferente es el caso de la formación en las universidades, criticada en numerosas ocasiones por no acercarse a lo que demandan las empresas. Recuerda que la Universidad, y hacia ahí se encamina el Espacio Europeo, “tiene que formar profesionales y ciudadanos”, pero “no podemos adaptarnos al 100% al mercado laboral, siempre cambiante”. Hay que “enseñar a aprender”, insiste como docente al que le gusta serlo. “Si fuera millonario, pagaría por ser profesor de la Universidad de Huelva”, asegura. De su Universidad, a la que ha estado ligado como alumno, profesor, investigador, donde conoció a su mujer y que ahora dirige. Y de la que habla con la misma pasión que dedica a rememorar los buenos momentos pasados en la sierra sobre la que tanto predica.

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