La mayor empresa de Brenes, en Sevilla, se llama Jacarandá. Es un instituto de Secundaria y en él, dentro de unos días, pasarán seis horas diarias el 10 por ciento de la población. Cerca de 1.300 alumnos y una plantilla de 87 profesores. Un negocio de tal envergadura requiere de una buena planificación. Ésta comenzó hace tres meses y, desde entonces, la maquinaria sólo ha parado un mes, el de agosto. “No tenemos dos meses de vacaciones como muchos creen”, precisa Herminio Rodríguez, director del centro. El tópico se extiende a la totalidad de los casi 5.000 centros de enseñanza andaluces que estos días han activado el contador para recibir a más de 1.600.000 alumnos de todos los niveles educativos.  La planificación comenzó a finales de mayo, pero las novedades aprobadas por la Administración educativa en pleno verano están haciendo que este septiembre sea aún más maratoniano.

Almudena Romero, jefa de estudios del centro, se recorre el pasillo cual pista de atletismo.  “Cada curso es distinto al otro y no hay dos alumnos iguales; si queremos dar una educación personalizada y atender a la diversidad, pues hay que planificar y coordinar bien los esfuerzos”, advierte. Una tarea para pocos que, sin embargo, conocen casi por el nombre de pila a sus alumnos. A todos, incluso los que llegarán en unos días por primera vez a las aulas, pues desde junio se están visitando y pidiendo informes a los colegios de la zona para estudiar el perfil del nuevo alumnado. “El temor de los de Primero de ESO es perderse en el edificio”, comenta entre risas el director. Y la función del claustro es conseguir que no acaben perdidos en un sistema educativo que, en los últimos años, ha hecho que muchos docentes se desorienten entre siglas: Lopeg, Logse, LOCE, LOE...

En este curso se estrena la Ley de Educación de Andalucía (LEA), primera norma de ámbito autonómico que regula el sistema educativo en una comunidad autónoma. Fue aprobada a finales del año pasado y su objetivo, dentro de las competencias que otorga la Ley estatal, es establecer sus propios objetivos y las medidas para alcanzarlos. “Lo que necesitamos es una sola ley, aunque sea mala porque ya nos encargaremos los profesores de ir desarrollando y corrigiendo sus defectos”, comenta Ignacio Carrillo, el vicedirector, en nombre de su equipo. De entrada, la ley autonómica se ha marcado como objetivo favorecer el éxito escolar del alumnado ampliando los horarios lectivos semanales de las materias de Lengua, Matemáticas e Idioma extranjero. “Parece que hemos vuelto a la racionalidad y se está apostando por el conocimiento y las asignaturas de peso”, comenta Herminio Rodríguez.

Pero no es la única prioridad. También la Junta de Andalucía aboga por incrementar las tasas de escolarización en las enseñanzas postobligatorias: Bachillerato y Formación Profesional. Además, se implantarán nuevos programas de refuerzo y apoyo lectivo en horario de tarde para alumnos que no alcancen los objetivos académicos previstos, se pondrán en marcha Planes de Diversificación Curricular a partir de 3º de ESO y Programas de Cualificación Profesional Inicial para facilitar el acceso al Graduado en Secundaria, titulación básica del sistema educativo.

La tarea no es fácil. “Sobre todo, cuando te encuentras a alumnos que te dicen ‘no saco el título ¿y qué?’, en ellos gastamos muchos recursos para obtener muy pocos resultados”, asegura el vicedirector  que insiste en que el fracaso escolar no se mide sólo en calificaciones del 0 al 10. Lo importante no siempre es que el alumno salga con unos estudios académicos, sino formado como persona “y es un éxito también que consigamos que muchos chavales se porten en el centro y con nosotros mejor que con sus padres, eso demuestra que hemos logrado educarlos, hasta ahora hemos pecado mucho de buenismo y hay que ser exigentes y poner normas para que se cumplan”, añade la jefa de estudios. La falta de motivación social y colaboración por parte de familias y alumnos hacen que la labor del docente trascienda de lo puramente académico. “Nos vemos en la necesidad de enseñar educación vial, sexual, valores... pero también hay que aprender otras materias y, a la vista de los recursos, lo esencial es la coordinación”, admite el director.

La filosofía está clara. Pero hace falta algo más. El éxito de los programas de refuerzo y desdobles, por ejemplo, depende de la posibilidad de establecer pequeños grupos donde se imparta una atención personalizada. Y, para ello, se necesitan profesores. Pura matemática. En el estreno de la LEA, uno de los compromisos adquiridos por el Gobierno andaluz fue la ampliación de las plantillas para reducir el número de alumnos por aula en los centros con necesidades especiales y organizar los desdobles en las asignaturas de más peso: 15.019 docentes más hasta el año 2012 y más de 3.200 para este nuevo curso. Además, este año se convocaron oposiciones que permitirán consolidar a un alto porcentaje de interinos y crear nuevas plazas. Pero los sindicatos están vigilantes. “Además de esta estabilización se tienen que crear más de 3.200 plazas para atender las nuevas necesidades que surgen de la aplicación de la LEA, así lo acordamos los sindicatos con la Junta en el mes de marzo, pero tememos que estos puestos se deriven a otros cometidos”, comenta Juan Carlos Hidalgo, secretario general de FETE-UGT. La sospecha hace pensar a los sindicatos en movilizaciones, según confirma José Blanco, responsable de la Federación de Enseñanza de CC OO, que advierte que hay un calendario establecido y que la Junta de Andalucía no puede argumentar que tiene 5 años por delante para cumplir con este compromiso. “Sin personal para bajar la ratio y reforzar las clases no conseguiremos aumentar la calidad este año”, insiste Blanco.

Las nuevas plantillas han complicado un poco más el mes de septiembre en los centros, pues sus claustros se renovarán en mayor medida. El insituto de Brenes es un ejemplo: “Este año, en vez de un 30% de profesores nuevos, tendremos un 60%, ya que muchos interinos han conseguido su plaza, que tendrán que pasar un proceso de adaptación y coordinación con el resto del equipo”, comenta el director.

Más que la cobertura de las bajas, la formación  del profesorado es otro de los aspectos que preocupa a los equipos directivos. Herminio Rodríguez, que es representante de la Asociación de Directores de IES de  Andalucía (Adian), apuesta por programas de preparación para los nuevos docentes que se enfrentan a su primer día de clase. “No sólo hay que tener una carrera y pasar un examen u oposición, también hay que aprender aspectos pedagógicos, de organización, de liderazgo... y se aprende con la práctica”, explica y recuerda que los directores pasan por un proceso de formación y tutelaje para ocupar su cargo, algo habitual en la mayoría de  países europeos.  Desde los sindicatos mayoritarios también se apuesta por la mejora de la formación. CCOO propone un cambio radical en la formación inicial, totalmente distinta a la de países con políticas educativas de éxito, como Finlandia.

La formación docentes es un camino para alcanzar la máxima calidad educativa, algo que no siempre se mide en resultados académicos y que el profesorado considera una obligación, un deber, no un motivo para cobrar más. A nadie amarga un dulce, pero los incentivos que ofrece la Junta de Andalucía a los centros que se acojan a los denominados Planes de Calidad para mejorar los rendimientos de los alumnos han sido rechazados por una amplia mayoría. En el centro de Brenes tampoco se han aceptado y hace años que trabajan por la mejora de la calidad.

Las incidencias del inicio de curso que vocearán los sindicatos en los próximos días no son la principal preocupación de los docentes. En Brenes hay caracolas, “aulas prefabricadas que no se distinguen de las otras y nadie se ha quejado”, comenta el vicedirector, que señala que, a veces, el problema es la falta de espacios comunes para coordinarse. Algunos centros adolecen de infraestructuras, un problema que dificulta la puesta en marcha de los desdobles y las clases de refuerzo. Pero hay quien encuentra soluciones, con imaginación y algunas mamparas, por ejemplo. “La Administración es una máquina lenta y, a veces, nosotros somos capaces de aportar soluciones más eficaces y rápidas”, comenta Herminio Rodríguez, que celebra que desde este año la nueva ley andaluza dé más autonomía a los centros. Éstos podrán gestionar directamente la adquisición de bienes y la contratación de obras, servicios y suministros de material; también dispondrán de competencias para la gestión de sustituciones. “Lo que me da miedo es que no tengamos dinero para hacer todo eso y la responsabilidad recaiga en nosotros”, advierte el director.

Nuevas medidas y los mismos recursos equivalen a más trabajo para  los docentes. La extensión de la gratuidad de los libros de texto a todos los niveles pesa sobre la espalda de Ignacio Carrillo, el vicedirector. ¿Quién lo organiza? La medida es una buena noticia para muchas familias, aunque ya han surgido también las primeras críticas, en esta ocasión, hacia las editoriales, que se presentan como las grandes damnificadas. Desde el sindicato UGT se advierte que, al margen de los libros de texto, son necesarios cuadernillos de trabajos que, en ocasiones, cuestan hasta 20 euros. Picaresca.

Junto a la conserjería del Instituto Jacarandá de Brenes se exhiben la relación de libros de texto y se dan instrucciones para su adquisición. Y también carteles de los programas educativos que se imparten en el centro, uno de los mayores de Andalucía. Bilingüismo y centro TIC, con ordenadores en los pupitres.  ¿Para qué tanta tecnología e idiomas si hay centros en la Prehistoria? Es la crítica recurrente que se lee en muchos foros educativos, pero los profesores de este IES lo tienen más que claro: “No nos podemos parar, hay que avanzar y atender las necesidades de todos los alumnos, los que necesitan refuerzo y los que necesitan nuevas motivaciones e incentivos para seguir aprendiendo”, comenta Almudena Romero, una de las encargadas del programa bilingüe. El éxito de estas iniciativas depende también de los recursos. Por ejemplo, los necesarios para que el profesorado viaje y se forme antes de las clases. También es un esfuerzo añadido para los docentes, pero  el equipo directivo del Jacarandá está convencido de que dará sus frutos. Más dudas tiene acerca del nuevo Bachillerato, otras de las novedades que trae el curso y que dificultará en el futuro la formación de los grupos, pues permite la matriculación de asignaturas sueltas. “El hecho de que los alumnos puedan flexibilizar los estudios y compaginar un año asignaturas de un curso y de otro, como ocurre en la universidad, permitirá que algunos cursen este nivel en 6 años incluso, el problema es que no sé cómo llegarán de preparados a la selectividad si durante los meses escolares anteriores sólo han cursado tres asignaturas”, cuestiona el director del centro.

El nuevo Bachillerato, previsto en el calendario de desarrollo de la LOE, ha sido interpretado por algunos sectores críticos como una bajada de las exigencias. “Yo no creo que todo el mundo tenga derecho a un título, hay que ganárselo”, apunta Gonzalo Guijarro, portavoz de la asociación de profesores Apia, colectivo que ya criticó duramente las ayudas prometidas en campaña electoral por el PSOE para animar a los jóvenes para acabar el Bachillerato. Nunca se convocaron. Para el sindicato ANPE, lo más racional hubiera sido establecer de una vez un Bachillerato de 3 años como en Europa.

De momento, los docentes confían en la eficacia de las nuevas medidas. Hay nueve meses por delante para demostrar si sirven o no. Algunos menos están dispuestos a dar los sindicatos a la nueva titular de la Consejería de Educación y los altos cargos que han tomado posesión este verano. El curso ya ha comenzado y lo bueno es que, como en todas las empresas, al final de ejercicio se puede hacer balance. En Brenes lo hacen cada junio. Sea cual sea invertir en este negocio es rentable. Borrón y cuenta nueva.