Con la del sábado por la tarde, el Papa Francisco ha llamado ya en tres ocasiones a las Carmelitas Descalzas de Lucena, una orden de monjas de clausura que en menos de un año ha visto cómo detrás del teléfono preguntaba por ellas el mismísimo Pontífice. Sin duda, un hecho que la congregación vivió de nuevo con júbilo y que les ha vuelto a sorprender dentro de su ordenada y reglada vida de clausura. En esta ocasión, la llamada se produjo en la tarde del pasado sábado, alrededor de las 16:30, y el mensaje que el Papa les brindó fue bastante claro. Además de los preceptivos saludos y buenos deseos, el también obispo de Roma encargó una misión a las religiosas, que no fue otra que transmitieran sus palabras a los sacerdotes de Lucena y estos, a su vez, las dieran a conocer en las misas que celebraran a lo largo del fin de semana en la localidad.

Quien bien sabe de la conversación que mantuvo el Papa con las carmelitas fue su capellán, Iván Martín Tejada Hidalgo, que aunque no fue quien descolgó el teléfono si que anotó todo lo que le comunicaron las religiosas. Entre otros mensajes, el Papa "envió su cariño al pueblo de Lucena, su cercanía y su recuerdo afectuoso", subrayó. Además, el Pontífice también demandó a los lucentinos que "sean buenos y recen por él", anotó el sacerdote, natural de Lima y que lleva de capellán desde septiembre del año pasado. "Me he quedado sorprendido", reconoció a El Día el cura, quien recordó que el Papa ha llamado al convento en hasta tres ocasiones. Eso sí, en la primera nadie contestó y el Papa dejó un mensaje en el contestador: "¿Qué andarán haciendo las monjas que no pueden atender? Soy el Papa Francisco, quiero saludarlas en este fin de año. Veré si más tarde las puedo llamar. Qué Dios os bendiga". Este fue el mensaje que dejó en la mañana del día de Nochevieja y que las carmelitas escucharon atónitas, ya que no esperaban que el Papa las telefonease para felicitar las fiestas. Así las cosas, el Pontífice volvió a llamar al convento por la tarde y charló con las monjas durante un cuarto de hora. La del sábado, por tanto, es la tercera ocasión en la que el Papa Francisco saluda a estas carmelitas.

En este convento, según recordó el capellán, viven cinco monjas, tres de nacionalidad argentina, una venezolana y una española. El Papa ya conocía a las tres primeras cuando era arzobispo de Buenos Aires, una amistad que han mantenido con el paso del tiempo a través del teléfono y las cartas y que continúa dando sus buenos frutos.