baena

Y los tambores tocaron por la fiesta de San José

  • Cientos de vecinos salen a la calle a celebrar una tradición que tiene lugar desde el siglo XIX

Lluvia, viento y un notable descenso de las temperaturas, habían sido anunciados días atrás por los distintos portales meteorológicos. Los amantes del tambor lamentaban ya no poder celebrar la víspera de San José cumpliendo con el tradicional ritual que hace a la localidad de Baena conocida en todos los pueblos tamborileros de España.

Y cierto es que las predicciones se cumplieron, pero la lluvia decidió aliviar los pantanos en horas tempranas y los baeneneses pudieron salir a las calles a tocar como siempre su sonoro instrumento tal y como requiere en la localidad del Guadajoz esta antiquísima tradición. Las calles, bares y cuarteles lucieron su habitual lleno en una noche mágica, con una tamborada inigualable y llena de hermandad entre familiares y amigos.

La víspera de San José se vive en Baena con alegría y entusiasmo. Días atrás, los apasionados del tambor se inician ya en los preparativos de este instrumento que cautiva al que lo toca y que en el caso de este municipio, es algo inherente a sus habitantes desde la cuna.

A pesar de la lluvia, los baenenses y muchos atrevidos venidos de fuera, ya tenían decidido que pasara lo que pasare, el tambor sonaría esa víspera por San José ya fuera refugiados en bares, en cocheras o cuarteles, ya que todos estarían abiertos a aquel que quisiera confraternizar por el patrón de los padres. El tambor seguiría una vez más sonando sin descanso. En Baena esta es una tradición con la que se cumple desde el siglo XIX. Antaño, los tambores eran tocados por hombres quienes recorrían las distintas calles de la ciudad visitando y haciendo sonar sus instrumentos en torno a grandes hogueras en las que los ciudadanos quemaban todo aquello que ya no les servía en las casas.

Con el paso de los tiempos, esta costumbre ha ido variando. La mujer se ha incorporado a la fiesta tocando sus tambores y las hogueras sin embargo, han ido descendiendo año tras año. Difícil fue en la noche de ayer ver candelas encendidas tras casi un mes de interminables y deliciosas lluvias.

En este día todos los que quieran salir a tocar sus tambores, pueden hacerlo. No es necesario pertenecer a ninguna cuadrilla de judíos o hermandad, no hay una hora establecida para empezar a tocar, ni un recorrido determinado. En solitario, en grupos de amigos o familias, mujeres y niños, todos están invitados a disfrutar de una jornada que se torna única.

También ayer, la pregonera de la Semana Santa de Baena, María de Prado, aunó en su pregón el amor de Cristo y el exacerbado dolor de la Madre. En un canto religioso, familiar y el que hubo numerosas referencias a la Virgen de la Soledad, hermandad a la que pertenece, de Prado aportó datos curiosos sobre la flagelación de Jesús y como médica de profesión explicó que es posible sudar sangre y que el dolor que sufrió el Señor "fue inhumano e inimaginable".

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