La pintura de los recorridos accesibles, incrustados en la icónica explanada empedrada, culminará, en el año 2021, una triple intervención en el santuario de la Virgen de Araceli de Lucena. Esta obra, ya iniciada, suprime las barreras arquitectónicas en este enclave del siglo XVII y materializa un columbario compuesto por 450 nichos.

La inversión afrontada por la cofradía mariana supera los 370.000 euros. La Diputación de Córdoba ha participado, con 90.000 euros, a la satisfacción del presupuesto vinculado expresamente a la consecución de una accesibilidad integral. Otro ingreso inicial, que contribuye a sufragar el gasto global, proviene de la venta de los primeros 30 lóculis, por un importe individual de 3.000 euros, y que, en consecuencia, suman una cantidad de 90.000 euros.

El arquitecto redactor del proyecto, Manuel Roldán Fernández, califica de “grandísimo logro” la conexión establecida, en tres niveles diferentes, dentro de la ermita. Un ascensor, cuya instalación finalizará en unos dos meses, unirá la planta baja de los columbarios; el templo y la tienda, y el camarín presidido por la patrona de Lucena. “Ha sido un trabajo constructivo laborioso y complicado”, señala.

Este profesional local menciona, como “broche final”, aunque previsto en el plan original, la reconversión, anulando obstáculos insalvables, de la entrada al bar, reformada con la colocación de una rampa y la renovación de la terraza. Esta remodelación, resalta Manuel Roldán, se ejecuta sin un “impacto visual demasiado grande”. Como efectos complementarios, apunta que los espacios resultantes permiten contemplar “vistas que no se conocían antes”.

Interior de los columbarios en el santuario de Aras

Un reto espiritual y económico

En los próximos días, la Real Archicofradía perfilará la regulación del tráfico rodado y de los aparcamientos en los exteriores del santuario, limitando la presencia de vehículos en unos recorridos planos recubiertos de hormigón pulido. Una selección de diversos tonos de marrones constituye la opción preferencial para concluir la estética de estos tramos homogéneos.

Esta misma semana ha comenzado el traslado de diversas urnas, situadas provisionalmente en la zona del coro, a las correspondientes cavidades funerarias. Rafael Ramírez, hermano mayor de la corporación religiosa, afirma que “ha significado un reto la construcción del columbario”, preponderando dos objetivos primordiales, “por razones espirituales, puesto que los familiares pueden rezar a sus seres queridos en un marco increíble, y porque supone una fuente de ingresos bastante importante para el futuro”.

Una cristalera permite visibilizar el columbario, emplazado en el salón de los arcos, e integrado por un oratorio y una celosía antecedida por una puerta de corredera. En estos momentos, la cofradía no plantea una segunda fase, si bien, como lugares viables para extensión del columbario se consideran factibles el subsuelo o una ampliación del aparcamiento o la dependencia de la bodeguita.